Con toda la raz¨®n

Fiel a la cita con un p¨²blico que degusta el rock sin aditivos, en clave ingenua pero con vigor y matices, este veterano cuarteto murciano present¨® ante sus numerosos seguidores madrile?os el sexto ¨¢lbum de su carrera, Shangri-la.La banda de Miguel Ba?¨®n, toda una instituci¨®n del pop rock patrio, extendi¨® a lo largo de una intensa actuaci¨®n un repertorio en el que hubo cabida para repasar lo m¨¢s granado de sus seis discos publicados.

En clave guitarrera, con bases r¨ªtmicas de ingenuidad sixtie y meritorios juegos de voces, el grupo atac¨® su particular credo musical, en el que casi hay un apartado para los grandes grupos de rock de los sesenta -ingleses y californianos-, todo ello sin renunciar a unos textos en castellano cada vez m¨¢s pulidos y efectivos en su vocaci¨®n de contar historias y emociones de modo sincero, impactante y en tres concisos minutos. Blues, rythm'n'blues, pop luminoso, power-pop m¨¢s acelerado y, sobre todo, canciones de estribillos resultones y f¨¢cilmente asimilables son el material que se trabajan, con coraz¨®n e intensidad. Sabiendo que, por mucho que la industria y la mercadotecnia les hayan vuelto la espalda, ellos tienen la raz¨®n y eso se constatar¨¢ en ventas en alg¨²n d¨ªa no muy lejano.

Expresi¨®n

La personal y poderosa voz de Ba?¨®n, un cantante como los de antes, brill¨® a gran nivel de expresi¨®n en canciones nuevas como Hombre invisible, la din¨¢mica No fue tan mal o la directa Dentro de cada palabra. Tambi¨¦n los cl¨¢sicos del grupo -en especial Voy loco, mam¨¢, con el que cerraron su actuaci¨®n antes de los bises-.

Fueron en total veinticinco canciones que certificaron que el tono vital y creativo de Los Mara?ones se mantiene alto y productivo. Un alivio para los gozadores -muchos- de un g¨¦nero que no est¨¢ de moda.