Cuesti¨®n de salud
EUGENIO SU?REZ PALOMARESAyer, siguiendo el ritual de la toma de caf¨¦ de los ejecutivos, que es lo mismo que el bocadillo de los obreros de la construcci¨®n, mis compa?eros comentaban las bondades del sistema democr¨¢tico. Comentaban las elecciones generales y las auton¨®micas que se van a celebrar este domingo. Discurr¨ªan sobre la opci¨®n m¨¢s acorde con su forma de pensar y con su forma de ser. La conversaci¨®n transcurr¨ªa con la sinceridad de su juventud y con la transparencia de quienes est¨¢n habituados a vivir en democracia.
Sin embargo, uno de los conversadores llev¨® la conversaci¨®n al acto de votar. Apoy¨® la opci¨®n de abstenerse, no iba a votar. Sus ideas no las compart¨ªa con ninguna opci¨®n pol¨ªtica y las que compart¨ªa se ver¨ªan defraudadas.
Qued¨® en minor¨ªa. Qued¨® solo. Poco importaba, ya, hablar de derechas, de izquierdas, de centro, de nacionalismos. Dej¨® de interesar el intento de convencer de las bondades del sentido de la opci¨®n que ten¨ªa cada uno de los que tomaban caf¨¦. Este tema qued¨® al margen y, todos a una, se emplearon a fondo. Pidieron a su compa?ero que votara, que se comprometiera, aunque pudiera resultar defraudado. Pocas veces he visto tanto inter¨¦s en convencer a una persona de algo, en esta ocasi¨®n de que lo importante era votar para comprometerse con el Estado de Derecho en el que se vive.
S¨®crates llam¨® placer a que le quitaran los grilletes de los tobillos. Hoy, cuando Espa?a vive sin grilletes; hoy, cuando siente el placer de que su dictador haya dejado de escribir cu¨¢l debe ser la moralidad del Estado y de establecer l¨ªmites a la libertad de sus s¨²bditos, hay que votar. Este acto es un ejercicio que ense?a a ser dem¨®crata. La mayor participaci¨®n implica que el pueblo, que es el protagonista en una sociedad libre, est¨¢ m¨¢s representado. No es cuesti¨®n de motivaci¨®n. Es cuesti¨®n de salud democr¨¢tica. La abstenci¨®n, aunque descanse en ideas leg¨ªtimas, es una falta de compromiso y s¨®lo puede favorecer a quienes, como ETA, utilizan la abstenci¨®n y la muerte como instrumentos de gobierno y, as¨ª, constre?ir y anular la voluntad de una sociedad que siente el placer de vivir sin grilletes. Estaba decidido, pero, si alguna duda ten¨ªa, esta juventud me ha convencido. Ma?ana voy a votar.
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