De Calanda a la fama

En la muestra sobre el mundo de Bu?uel se cuenta la infancia y adolescencia del hijo del ferretero en Calanda y Zaragoza, con los jesuitas: la formaci¨®n intelectual en Madrid, la forja del artista entre las vanguardias parisienses, su labor en defensa de la Rep¨²blica; sus exilios americanos, la censura y prohibici¨®n espa?ola de Viridiana, que convirti¨® sin querer el final en un violento anticipo de m¨¦n¨¤ge a trois, su muerte tranquila.En medio quedan latigazos de genio, frases sin terminar, t¨ªtulos nunca utilizados, escenas sueltas ligadas con secuencias de un futuro lejano, fetiches, noticias de una vida amplia y parad¨®jica, im¨¢genes, azares... Su m¨¢quina de escribir Olympia con tinta verde. La maravillosa foto del fusilamiento de El fantasma de la libertad, con Barros, Bergam¨ªn y Silbermann. Una nota de su profesora, cuando ¨¦l tiene 11 a?os, que pone "Muy Bien en Piedad", pero dice: "Fatal afici¨®n a re?ir con todos y pegarlos". Otra suya, a los 13: "Me cogieron el rev¨®lver"...

Por ah¨ª anda tambi¨¦n la edici¨®n francesa de El hombre de la pierna cortada, libro que explicaba el milagro del mu?¨®n que hizo la Virgen del Pilar con el Cojo de Calanda, milagro que luego recre¨® en sus pel¨ªculas. Y su opini¨®n categ¨®rica sobre Una mujer sin amor, "sin duda mi peor pel¨ªcula". O el buen recuerdo de la escritura del gui¨®n de Un perro andaluz con Dal¨ª: "Est¨¢bamos tan identificados que lo escribimos en seis d¨ªas, y sin discusi¨®n". O su frase: "Fui concebido durante un viaje a Par¨ªs en el hotel Ronceray del Passage Joufrroy", junto al fotograma de la ¨²ltima escena de su ¨²ltima pel¨ªcula, Ese oscuro objeto del deseo, con una toma de ese pasaje... O esa carta de Fellini, que encabeza con un "carissimo Luigi" y cierra con un "carissimo maestro"...