El l¨ªder renace cuando m¨¢s lo necesita

DEPORTIVO 2VALENCIA 0

Cuando m¨¢s lo necesitaba, con nervios en el banquillo, en la plantilla y en la grada, con media Espa?a consider¨¢ndolo una birria de l¨ªder, el Deportivo renaci¨® a lo grande. Definitivamente, este equipo tiene dos rostros, y el m¨¢s bello s¨®lo lo exhibe en Riazor y en las situaciones aparentemente m¨¢s comprometidas. Ayer, por ejemplo, ante un Valencia en racha, dispuesto a comerse a ese l¨ªder de medio pelo vapuleado en Europa y cabizbajo en la mayor¨ªa de sus visitas por Espa?a. El Deportivo parec¨ªa al borde del acantilado y m¨¢s tras los resultados del d¨ªa anterior, pero reaccion¨® con un partido esplendoroso, que conden¨® a su adversario al anonimato y recarg¨® la ilusi¨®n de la parroquia en v¨ªsperas del crucial del partido del pr¨®ximo s¨¢bado en Barcelona.Bastaba arrimar un poco el o¨ªdo a los corrillos pr¨®ximos al estadio para verificar que el viento de la playa de Riazor tra¨ªa malos presagios. A la flojera que le hab¨ªa entrado ¨²ltimamente al Deportivo se un¨ªan los ominosos recuerdos de un rival, el Valencia, que ya hurt¨® una Liga en A Coru?a y ayer llegaba en un momento trascendental para decidir el destino de otro t¨ªtulo que ronda tierras gallegas. Pero el empe?o del Deportivo disip¨® los malos augurios en la primera jugada del partido. La acci¨®n acab¨® con un remate a la madera de Djalminha y prefigur¨® una conclusi¨®n: que el Deportivo, como suele ocurrir en Riazor en las grandes citas, sal¨ªa a un ritmo vertiginoso. Veinte minutos despu¨¦s, hasta los m¨¢s agoreros se hab¨ªan entregado al entusiasmo: el Deportivo ganaba 1-0 y las gradas vibraban con su f¨²tbol.

Se esperaba un Valencia atrevido, consciente de que el empate le serv¨ªa de poco, mientras que un triunfo pod¨ªa engancharle al furg¨®n del t¨ªtulo. Y, efectivamente, dio la impresi¨®n de que ¨¦se era el plan del Valencia, pero como los partidos, adem¨¢s de pensarlos, hay que jugarlos, los prop¨®sitos visitantes se desvanecieron por la briosa respuesta del Deportivo. Al principio, pareci¨® que el l¨ªder dejaba hacer al Valencia, que prefer¨ªa esperarlo en el centro del campo para golpear con incisiones repentinas y profundas. Pero el despliegue del l¨ªder fue tan poderoso que acab¨® apropi¨¢ndose de todo: del bal¨®n, del centro, de las bandas y de las ¨¢reas. El Valencia se march¨® al descanso con un solo remate, un manso disparo de Djukic.

La pieza maestra del Deportivo fue, por supuesto, Djalminha, ese tipo a la vez detestable y seductor, irritante y asombroso. El Djalma de ayer result¨® el artista de talento desatado en lugar del pendenciero bravuc¨®n de otras veces, y de su genio salieron las mejores ideas para asediar al rival. El brasile?o dispar¨® al palo a los 40 segundos, le puso el primer gol en la cabeza a Fran, le hicieron un penalti que el ¨¢rbitro no quiso ver y estuvo a punto de rozar lo inveros¨ªmil al borde del descanso, cuando, desde el centro del campo, escorado a la derecha y a la media vuelta, tir¨® a puerta al ver a Ca?izares adelantado y el bal¨®n no entr¨® por apenas un palmo. Al calor de la exhibici¨®n de Djalma, crecieron los dem¨¢s. Fran volvi¨® a ser el gran Fran, y Donato y Flavio reinaron como mariscales.

El Valencia qued¨® muy pronto borrado del partido. Tal vez le costase entrar en una contienda tan intensa como la que propon¨ªa el Deportivo despu¨¦s de haberse jugado su suerte en la Liga de Campeones esta misma semana. Lo cierto es que al Valencia le fall¨® hasta lo m¨¢s fiable. La defensa contribuy¨® a los dos goles.

El l¨ªder debi¨® de haber resuelto el choque antes del descanso y esa falta de acierto para trasladar al marcador su aplastante superioridad era la ¨²nica esperanza del Valencia para la segunda parte. Los de C¨²per salieron presionando m¨¢s arriba, pero sus pretensiones volvieron a desvanecerse muy pronto. El gol de Flavio clausur¨® el partido con m¨¢s de 40 minutos por jugarse, para disfrute del p¨²blico, que lleg¨® al estadio con el coraz¨®n encogido y se fue lleno de esperanza ante el duelo del s¨¢bado en el Camp Nou.