Joaqu¨ªn Almunia asume la derrota y dimite
El candidato del PSOE reconoce que no ha conseguido movilizar a los progresistas
La severa derrota electoral del PSOE tuvo anoche la m¨¢xima consecuencia que puede tener en una formaci¨®n pol¨ªtica: la dimisi¨®n de su secretario general. Joaqu¨ªn Almunia, su candidato a la presidencia del Gobierno, anunci¨® su renuncia "de forma irrevocable". Hoy mismo, por la tarde, la har¨¢ efectiva ante la comisi¨®n ejecutiva federal. Despu¨¦s, dentro de unos d¨ªas, tendr¨¢ que ser avalada por el comit¨¦ federal. El descalabro en las urnas abre, por tanto, una crisis en el PSOE que tendr¨¢ que resolverse en un congreso extraordinario que, previsiblemente, se celebrar¨¢ antes del verano. Almunia se siente responsable del fracaso en la movilizaci¨®n del electorado progresista, a pesar de que protagoniz¨® una iniciativa in¨¦dita, cual fue la propuesta de unidad de toda la izquierda. No ha funcionado el pacto y tampoco se ha llevado al ¨¢nimo de la mayor¨ªa de los ciudadanos la necesidad del cambio.
A las 22.30 horas, Joaqu¨ªn Almunia baj¨® al sal¨®n de actos de la sede federal del PSOE para comunicar su dimisi¨®n irrevocable como secretario general, tras la p¨¦rdida de 16 esca?os y m¨¢s de mill¨®n y medio de votos respecto a 1996. Durante un rato, miembros de la ejecutiva intentaron convencerle de que la retrasara, la planteara en la reuni¨®n de hoy y, de manera ordenada, condujera la transici¨®n hasta el pr¨®ximo congreso.Todo fue in¨²til porque Almunia, con una sonrisa triste, negaba con la cabeza esa posibilidad. "Quiero anunciaros que desde este momento presento mi dimisi¨®n con car¨¢cter irrevocable como secretario general del PSOE", dijo. Hubo entonces exclamaciones de "no, no" mezcladas con aplausos de los militantes y los altos cargos que hab¨ªan llegado a la sede socialista a las 20.00 horas dispuestos a asistir a una noche larga que no fue tal.
Con tono esta vez casi burocr¨¢tico, Almunia inform¨® de que hoy dar¨¢ cuenta de su "dimisi¨®n irrevocable"a la ejecutiva federal y en los pr¨®ximos d¨ªas al comit¨¦ federal. En ambos ¨®rganos expondr¨¢ un informe sobre cu¨¢les son sus puntos de vista sobre las razones que han conducido a esta derrota sin paliativos.
"Gente nueva"
El anuncio de su dimisi¨®n lo dej¨® para el final de su breve declaraci¨®n, que fue el colof¨®n l¨®gico de su discurso: "Ahora, los socialistas, necesariamente, debemos hacer una reflexi¨®n sobre las causas y las consecuencias de esta derrota, a partir de la cual debemos afrontar la renovaci¨®n que yo inici¨¦, pero que requiere necesariamente mucho m¨¢s impulso para empezar en el siglo XXI un nuevo proyecto con ideas y gente nueva".
De lo que no se apea Almunia es del grueso de sus convicciones sobre la bondad del proyecto progresista. "Las ilusiones y esperanzas de los millones de espa?oles que nos han apoyado siguen siendo hoy la base de nuestro compromiso con ellos y ello se ver¨¢ reflejado en nuestra labor de oposici¨®n, que empezamos a partir de ma?ana mismo", enfatiz¨®. Luego, advirti¨® de que esta labor ser¨¢ firme y contundente y que se exigir¨¢ al PP el cumplimiento de todas y cada una de las promesas que ha ido desgranando a lo largo de la campa?a.
Momentos antes, el todav¨ªa l¨ªder de los socialistas telefone¨® al presidente del Gobierno en funciones, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, para felicitarle por su ¨¦xito. "El PSOE ofrecer¨¢ al Ejecutivo consenso para los asuntos que afectan a la estructura del Estado, pero tambi¨¦n exigir¨¢ un respeto escrupuloso a las reglas esenciales de la democracia". Los socialistas, al menos hasta anoche, consideran que su oferta sigue vigente. Desde la oposici¨®n defender¨¢n "un modelo alternativo de sociedad basado en los valores y los ideales progresistas".
La evidencia aplastante de los resultados indica que no ha funcionado el pacto con Izquierda Unida y que tampoco el PSOE ha conseguido su objetivo pertinaz de movilizar a esa gran bolsa de abstencionistas que cree situada a la izquierda.
De las primeras frases de Almunia, poco dado a los eufemismos, se desprende la afirmaci¨®n de que, en realidad, no ha funcionado nada de lo que ten¨ªan previsto. "Los socialistas no hemos sabido convencer a los espa?oles del proyecto de futuro que hemos venido defendiendo. No hemos sabido conectar con sus esperanzas e ilusiones del momento presente. No hemos sabido explicar la carga de futuro que conten¨ªa el pacto con IU".
Por ¨²ltimo, Almunia se responsabiliza de no haber "movilizado al electorado de izquierda, a los progresistas, pese a que son mayor¨ªa en la sociedad".
Con todo, considera que el descenso que se ha producido en la participaci¨®n ha condicionado a la baja sus resultados. "No busco excusas en ello", matiz¨® enseguida porque estima como "una responsabilidad preferente de la izquierda" incentivar la participaci¨®n ciudadana frente a quienes "prefieren y fomentan su distanciamiento de la pol¨ªtica".
Para quienes creen en el valor de la pol¨ªtica -otra alusi¨®n constante de Almunia- el bajo ¨ªndice participativo es precupante "porque refleja el desinter¨¦s de una parte importante de los ciudadanos por la evoluci¨®n de la vida del pa¨ªs". "Con este desinter¨¦s", agregan, "se relaja el sometimiento del poder a la cr¨ªtica, disminuyen las posibilidades de control sobre poderes de hecho, se resiente la solidaridad que requiere la construcci¨®n de una sociedad cohesionada en la que todos dispongan de oportunidades reales para ganar su futuro".
En esta alocuci¨®n, Almunia no olvid¨® agradecer el apoyo a los ciudadanos que han votado a su partido y tuvo una menci¨®n especial para los militantes y simpatizantes que han participado directamente en la campa?a y aquellas personas que, "p¨²blicamente", han manifestado su respaldo a las candidaturas del PSOE.
"Todos ellos son la esperanza de un futuro m¨¢s igualitario y solidario para Espa?a. Un futuro que no debemos dar por perdido; un futuro que s¨®lo retrasa su comienzo en unos a?os", dijo el candidato del PSOE ya en un ambiente de una inmensa consternaci¨®n y tristeza.
En consonancia con su personalidad, al terminar su alocuci¨®n y abandonar la sala, Almunia fue dando palabras de ¨¢nimo y abrazos de consuelo a quienes le mostraban su desolaci¨®n incluso con los ojos nublados. A su lado, manten¨ªa la sonrisa su esposa, Milagros Candela. Cipri¨¤ Ciscar, el secretario de Organizaci¨®n, coment¨® despu¨¦s que la dimisi¨®n de Almunia implica el cese autom¨¢tico de toda su ejecutiva. "Tambi¨¦n el m¨ªo", puntualiz¨®.
Quien no se dej¨® ver fue el ex presidente Felipe Gonz¨¢lez, quien asisti¨® a la escena desde un despacho de la sede. Por primera vez, los gur¨²s del PSOE se equivocaron al sostener, tras escuchar el resultado de los primeros sondeos a pie de urna, que estaban equivocados. Lo estaban, s¨ª, pero a la baja.
Un congreso cuanto antes
Ning¨²n miembro de la ejecutiva federal del PSOE pod¨ªa anoche precisar las fechas o los plazos aproximados para afrontar la dimisi¨®n de Joaqu¨ªn Almunia como secretario general.
Unos apuntaban que quiz¨¢ no habr¨ªa que forzar la m¨¢quina, sino celebrar un congreso en el oto?o. A otros, la mayor¨ªa, la realidad les parec¨ªa imposible y repet¨ªan a quienes quer¨ªan afrontar la situaci¨®n con calma que "?ha dimitido el secretario general!".
La situaci¨®n es, pues, de crisis total y quienes conocen a Almunia dan por supuesto que no demorar¨¢ su salida.
El comit¨¦ federal, que se reunir¨¢ previsiblemente antes de que termine esta semana, convocar¨¢ un congreso extraordinario para cuya celebraci¨®n deber¨¢n transcurrir 40 d¨ªas desde la convocatoria. Si fuera ordinario, el plazo ser¨ªa de cuatro meses. Pero todo hace pensar que antes del verano habr¨¢ un nuevo l¨ªder.
La tesis m¨¢s extendida anoche era la de que el proceso deber¨ªa tener muy en cuenta la actividad en el Congreso, de manera que la nueva direcci¨®n del grupo parlamentario estuviera lista para hacer oposici¨®n lo antes posible.
Atr¨¢s quedan los planes de Almunia, esbozados hace s¨®lo una semana de manera informal, de celebrar el congreso de su partido con tranquilidad el pr¨®ximo mes de octubre. La actual ejecutiva daba por supuesto que los resultados no ser¨ªan nunca tan malos como para llegar a una situaci¨®n de este tipo.
Quienes no estaban tan confiados aventuraban que el futuro de Almunia y de la actual ejecutiva, en el caso de no ganar las elecciones, se dirimir¨ªa en funci¨®n del "por cu¨¢nto" se perdiera.
Unos resultados similares a los de 1996 o algo peores no habr¨ªan llevado previsiblemente a Almunia a presentar la dimisi¨®n. Pero anoche le pesaban como una losa tanto la derrota como la situaci¨®n abrupta en la que lleg¨® a ser aspirante a La Moncloa tras perder las elecciones primarias frente a Jos¨¦ Borrell. Eso, por no recordar que su llegada a la secretar¨ªa general, en junio de 1997, se consider¨® obra de Felipe Gonz¨¢lez.
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