Claves para una lectura provisional
Asumidos ya los resultados num¨¦ricos y su proyecci¨®n en esca?os, y a la espera de las encuestas post-electorales que habr¨¢n de dar las pautas exactas del comportamiento electoral de los valencianos, unas someras operaciones num¨¦ricas dan algunas pistas de lo que se intuye. Por ejemplo, el porcentaje de voto obtenido sobre censo electoral por los partidos el pasado domingo comparado con los datos de las generales del 96, muestra que el PP habr¨ªa experimentado una subida de algo m¨¢s de dos puntos de manera muy homog¨¦nea en las tres circunscripciones, mientras que entre PSOE y EU pierden m¨¢s de once puntos (6,59 el primero, y 4,24, el segundo). Si adem¨¢s se tiene en cuenta la bajada de algo m¨¢s de un punto de UV, y la subida de menos de un punto del Bloc, la conclusi¨®n es evidente: el triunfo del PP procede de la fidelidad de sus votantes auton¨®micos y de un crecimiento real en votos imputable a varios conceptos a¨²n sin determinar con exactitud (votos de nuevos votantes, votos del PSOE y votos de UV); pero la derrota de PSOE y EU se habr¨ªa cosechado fundamentalmente en la abstenci¨®n y no en el trasvase de votos hacia el PP.Las causas de esta desmovilizaci¨®n (pues el abstencionismo de antiguos votantes del PSOE y de EU debe llamarse as¨ª), que aparece en los n¨²meros de manera directa y que, por ello, necesita el endoso de argumentos pol¨ªticos van a ser objeto en las pr¨®ximas semanas de atentas reflexiones necesariamente ligadas a datos emp¨ªricos de ardua comprobaci¨®n y que podr¨ªan encontrarse en las siguientes hip¨®tesis, unas comunes a la t¨®nica espa?ola, y otras, propias de la pol¨ªtica valenciana:
1.- La dimensi¨®n econ¨®mica del proceso pol¨ªtico auspiciada ad nauseam por todos los actores sociales, medi¨¢ticos y pol¨ªticos estar¨ªa en la base de la actitud de los abstencionistas de izquierda y de centro-izquierda, al constatar que el discurso parcialmente catastrofista del PSOE, por una parte, y la obsolescencia del discurso izquierdista de EU no se correspond¨ªan con la realidad econ¨®mica del pa¨ªs, con la percepci¨®n media de la situaci¨®n, y , sobre todo, con la que se hace desde las econom¨ªas familiares supuestamente afectadas.
2.- La ambig¨¹edad y falta de concreci¨®n electoral del pacto entre PSOE y EU habr¨ªa mantenido las expectativas de los respectivos votantes (los de EU en alarmante disminuci¨®n desde la triple cita de junio del 99) en una zona sin incentivos. Las ganancias del PSOE s¨®lo pod¨ªan proceder de que los votantes de EU optasen por el voto ¨²til, algo improbable si se tiene en cuenta que el PSOE despreci¨® la coalici¨®n all¨ª donde el voto de EU no produc¨ªa representaci¨®n y s¨®lo ofreci¨® la retirada a cambio de gobernar bajo un programa de m¨ªnimos. Las ganancias de EU eran muy improbables, pues sin coalici¨®n no pod¨ªan ser ¨²tiles al crecimiento del conjunto ni pod¨ªan parar la tendencia a la baja en un contexto donde la econom¨ªa, y la propia pol¨ªtica sindical estaban dejando sin juego la dimensi¨®n estatalista del programa econ¨®mico de EU.
3.- Estas contradicciones habr¨ªan estallado, adem¨¢s, con los votos cosechados por los candidatos conjuntos al Senado. El primero de la lista com¨²n de PSOE y EU habr¨ªa obtenido el puesto de las minor¨ªas, pero la distancia entre el tercero (de EU) y el primero muestra claramente que el pacto funcion¨® con notables deficiencias. En efecto, la distancia entre el candidato com¨²n de EU con el primero del PSOE en Alicante fue de 52.760; en Castell¨®n, de 18.810; y, finalmente, en Valencia, de 60.003. En ning¨²n caso, de haberse ajustado m¨¢s el voto, habr¨ªan obtenido la mayor¨ªa, pero especialmente en Alicante, la infidelidad del voto de unos o de otros hacia el tercer candidato fue muy llamativa. En Valencia, el candidato del Bloc super¨® en mucho los votos del Congreso, y quiz¨¢s como d¨¦bil concreci¨®n de cierta infidelidad de voto de votantes del PSOE y de EU.
4.- Que UV iba a bajar con respecto a las generales del 96 y a los resultados de la triple cita del 99 era algo cantado; pero ya advertimos en su momento que el n¨²cleo duro del electorado regionalista pod¨ªa resistir; y, de hecho, los 51.750 votos retenidos en la circunscripci¨®n de Valencia corroboran un poco su presencia municipal significativa en los pueblos de la provincia. Si su futuro pol¨ªtico es incierto, no debe olvidarse que en situaci¨®n extra-parlamentaria la tentaci¨®n radicalizante le puede llevar a la marginalidad.
5.- La inc¨®gnita que algunos acariciaron con la candidatura del BNV-EV-VpC estaba sentenciada desde mucho antes de la campa?a electoral. Tan apenas consigui¨® sus resultados de las europeas de junio del 99, y no fue capaz de mantener los casi 50.000 votos prestados en las auton¨®micas y municipales de junio. Un fracaso que contrasta vivamente con los resultados de otros nacionalismos a lo largo y ancho de la geograf¨ªa estatal, que habr¨ªan aprovechado la crisis del PSOE para afianzarse como partidos con representaci¨®n en el Congreso. Si se tiene en cuenta que la crisis aqu¨ª es mucho mayor, que viene de antiguo y que reviste caracter¨ªsticas ¨¦picas, se hace menos comprensible que una derrota del tama?o que ha cosechado el BNV no despierte en su direcci¨®n m¨¢s expresi¨®n que la suicida alegr¨ªa que le caracteriza.
6.- De los resultados comarcales que se ofrecen se deduce que el PP tiende a homologar sus resultados, de manera que grandes ciudades, y comarcas litorales van acerc¨¢ndose a los porcentajes de las comarcas interiores y a las de tama?o de habitat peque?o. Son muy pocas las comarcas donde el PP no haya superado el 50% de los votos v¨¢lidos emitidos, y se reducen al hinterland de la ciudad de Valencia, donde los resultados de la izquierda y el mayor pluralismo le alejan en varios puntos de aquel. Por otra parte, el mayor o menor porcentaje de abstenci¨®n no influye de manera decisiva en el aumento o disminuci¨®n del porcentaje del PP. Finalmente, una detallada observaci¨®n del cuadro indica que los mejores resultados del PSOE se encuentran a¨²n en comarcas interiores, de poca poblaci¨®n y tama?o de habitat reducido.
Vicent Franch es profesor de Ciencia Pol¨ªtica y de la Administraci¨®n en la Universidad de Valencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.