Ya estamos
JUANJO GARC?A DEL MORAL Ya estamos. Calles cortadas, moteros desbocados, ruido y m¨²sica -que por estas fechas vienen a ser la misma cosa-, olor a p¨®lvora, tufo de aceite requemado, efluvios et¨ªlicos, orines, vomitonas y suciedad callejera en general, destrozos de mobiliario urbano, aglomeraciones, sue?o imposible, tr¨¢fico infernal, garrafa a gog¨®, ni?os con quemaduras... De la campa?a electoral hemos pasado, sin tiempo apenas para darnos cuenta, a la semana fallera. La ciudad est¨¢ tomada. Un a?o m¨¢s, nos encontramos metidos de lleno en esa vor¨¢gine sin freno en que se han convertido las fiestas de las Fallas de Valencia. Las carpas, que desde hace d¨ªas ocupan las calles, se estrenaron el pasado s¨¢bado con el estruendo habitual y, una vez m¨¢s, se pasaron por el forro la obligaci¨®n de terminar el jolgorio a las tres de la madrugada. Eran m¨¢s de las cuatro de la madrugada y aquello segu¨ªa y segu¨ªa. Y llamabas a la Polic¨ªa Local para protestar y te contestaban que ya lo sab¨ªan, que cuando tuvieran libre una patrulla acudir¨ªan al lugar para obligarles a cerrar. Pues ni por esas; hasta m¨¢s all¨¢ de las cinco estuvieron d¨¢ndole a la matraca, mostrando, una vez m¨¢s, escaso respeto por todos aquellos que no participan del jolgorio. Algunos afortunados optan por huir de la ciudad en estos d¨ªas, pero no todos los ciudadanos a los que no les gustan estas fiestas tienen esa posibilidad y las autoridades deber¨ªan pensar tambi¨¦n un poquito en ellos. Que las Fallas se han convertido en una mostruosidad no constituye ninguna novedad, pero en alg¨²n momento habr¨¢ que pararse a pensar en ello y buscar la manera de ponerles freno. El grave accidente que se registr¨® el pasado domingo en la masclet¨¤, con varias decenas de heridos, es un aviso que deber¨ªa servir para cuestionar algunas cosas, incluida la propia celebraci¨®n de estos espect¨¢culos pirot¨¦cnicos -que atraen a miles de personas- en un recinto como el de la plaza del Ayuntamiento. Hace ya algunos a?os que, por motivos de seguridad, se decidi¨® trasladar los castillos al Jard¨ªn del Turia. Quiz¨¢ haya llegado el momento de hacer otro tanto con la masclet¨¤.
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