El sorprendente robo de las 55 estatuillas de los 'oscars' deja mudo a Hollywood El portavoz de la Academia asegura que los trofeos ser¨¢n reemplazados si no aparecen
ENVIADA ESPECIALPrimero fue la misteriosa desaparici¨®n en Correos de 4.000 de las 5.600 papeletas de voto de este a?o. Luego, el rumor de un sondeo de The Wall Street Journal que, rompiendo el secreto pacto que desde hace 40 a?os mantienen la Academia y la prensa, amenazaba con restar suspense a la noche de los premios. Y, ayer, el golpe definitivo: el robo de las 55 estatuillas de los oscars en un muelle de los suburbios de Los ?ngeles. Bruce Davis, portavoz de la Academia, pidi¨® calma; "la 72 ? ceremonia de los oscars no peligra", asegur¨® al explicar que las estatuillas ser¨¢n reemplazadas de aqu¨ª al pr¨®ximo domingo 26. "Sospechamos", a?adi¨®, "que los ladrones desconoc¨ªan lo que conten¨ªan las 10 cajas que robaron, as¨ª que si las devuelven simplificar¨ªan su problema y el nuestro".
El primer comunicado de la Academia, a primera hora de la ma?ana de ayer, fue telegr¨¢fico: "Un cargamento con los oscars para la ceremonia del 26 de marzo ha sido aparentemente robado de un muelle de Road Way, en un suburbio de Los ?ngeles". Las estatuillas, ba?adas en oro de 24 quilates, hab¨ªan llegado, como cada a?o, desde la f¨¢brica de R. S. Owen, de Chicago. El n¨²mero de figuras es siempre aproximado, ya que las 23 categor¨ªas en que se dividen los oscars no siempre recaen en una sola persona.El FBI y la polic¨ªa de Los ?ngeles investigan desde ayer el robo de las diez cajas. Se ha ofrecido una recompensa de unos 8,5 millones de pesetas por cualquier informaci¨®n que conduzca a su aparici¨®n. Cada caja pesa unos 25 kilos y su valor total es de m¨¢s de tres millones de pesetas.
Bruce Davis, director ejecutivo de la Academia y su portavoz, incluso se carcaje¨® durante una absurda conferencia de prensa que la Academia convoc¨® para dar su versi¨®n de lo ocurrido. Un periodista pregunt¨® si hab¨ªan mirado en casa de Jim Carrey, mientras otro, m¨¢s serio, plante¨® si no se trataba de una operaci¨®n de promoci¨®n. "No podemos decir mucho m¨¢s de lo que ya saben ustedes. Se han robado 10 cajas con 55 estatuillas. Pero, tranquilos, tenemos 20 que sobraron del a?o pasado y ya hemos encargado otras 25 o 30 m¨¢s. As¨ª que les recomiendo que vean la ceremonia de este a?o completa, por si no hay suficientes y alguien se queda sin su Oscar".
Quiz¨¢ la nerviosa risa de Davis encerraba una peque?a alegr¨ªa: el pol¨¦mico sondeo que se esperaba ayer en las p¨¢ginas de The Wall Street Journal tambi¨¦n desapareci¨®. Con 1.000 millones de espectadores, la de los oscars es la entrega de premios m¨¢s contemplada del mundo y su retransmisi¨®n por televisi¨®n es uno de los grandes negocios de Hollywood. Por eso el rumor de que el prestigioso diario neoyorquino ha realizado un sondeo entre un buen n¨²mero de acad¨¦micos ha removido el fango del tranquilo valle californiano.
La histeria que rodea a los oscars forma parte de un juego del que la prensa es un viejo c¨®mplice; en 1958 se practic¨® por ¨²ltima vez un sondeo de esta especie. Las encuestas period¨ªsticas, precisamente porque siempre acertaban, restaban expectaci¨®n y sorpresa (y, por tanto, telespectadores) a la rentable noche de los premios. "?Qui¨¦n quiere ver un partido si ya sabe qui¨¦n va a ganar?", se?alaba esta semana en The Washington Post el propio Davis. El acad¨¦mico, con un cinismo de pel¨ªcula, a?ad¨ªa: "Mantengamos la histeria, es buena para todos".
"The Wall Street Journal ha asaltado nuestra privacidad". Robert Rehme, presidente de la Academia, acusaba en una carta al peri¨®dico neoyorquino de querer robar el suspense de la noche del pr¨®ximo 26 de marzo. Antes de enviar la carta al diario, Rehme advirti¨® -tambi¨¦n por carta- a los acad¨¦micos de lo ocurrido y les previno de la existencia de una docena de periodistas que, "con m¨¦todos poco profesionales", estaban sonsacando los votos secretos para publicar cu¨¢l ser¨¢ la mejor pel¨ªcula, el mejor director y las mejores interpretaciones de este a?o. La Academia, que sospecha que los periodistas lograron las direcciones de los acad¨¦micos del archivo de un estudio, acusaban al grupo de reporteros de enviar e-mails y cartas confusas sin especificar para qu¨¦ eran y de realizar entrevistas en las que, poco a poco, "y despu¨¦s de relajar al entrevistado", se iba a la cuesti¨®n clave: ?A qui¨¦n ha votado?
Si el sondeo (si es que existe) se publica o no es, de momento, otro misterio. Ayer, en Week End, el suplemento que cada viernes publica The Wall Street Journal y al que al parecer pertenecen el grupo de reporteros encargados del reportaje, no aparec¨ªa ni una sola referencia al tema. El peri¨®dico hasta ahora se ha negado a contestar a las acusaciones de la Academia y se ha limitado a decir que no responde a preguntas sobre rumores ni sobre art¨ªculos no publicados.
El material de los sue?os
No hace mucho, Jodie Foster confesaba que guardaba sus dos oscars en el cuarto de ba?o, donde, por desgracia, la humedad los estaba estropeando. Billy Wilder, que posee media docena, escribe en sus memorias: "Utilizarlos como topes para las puertas ser¨ªa quitarles dignidad, y colocarlos sobre la repisa de la chimenea ser¨ªa presuntuoso. En realidad, de lo que estoy orgulloso es de haber salido en un crucigrama de The New York Times".
El Premio de la Academia al M¨¦rito, nombre original del Oscar, es un dise?o de Cedric Gibbons, que fue director de arte de la Metro-Goldwyn- Mayer . Esculpida por George Stanley, la figura maciza representa a un caballero medieval que, con una espada entre sus manos, se mantiene sobre un rollo de celuloide. Existe mucha leyenda, pero la m¨¢s veros¨ªmil apunta a Margaret Herrick, una empleada de la Academia, como responsable de su nombre. La estatua le recordaba terriblemente a su querido t¨ªo Oscar.
Cada vez que la Academia entrega uno, los directores, actores y t¨¦cnicos tienen que firmar un contrato en el que garantizan que no dejar¨¢n que se hagan copias y que, si pretenden venderlo, la Academia tiene prioridad sobre la compra. Son fuertes medidas de seguridad para mantener a¨²n m¨¢s alejado de la realidad este dorado premio hecho con el material de los sue?os de Hollywood.
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