"Tengo las carpetas preparadas para marcharme"
Cipri¨¤ Ciscar Casab¨¢n, secretario de Organizaci¨®n del PSOE desde hace seis a?os, asegura que est¨¢ preparado "sin ning¨²n problema" para abandonar el cargo, su despacho de la quinta planta en la sede madrile?a de Ferraz, inmediatamente despu¨¦s de que el comit¨¦ federal del mi¨¦rcoles, a cuyos miembros tiene que convocar en raz¨®n de su cargo, elija una gestora. En estos a?os ha sido la persona de confianza del reci¨¦n dimitido secretario general, Joaqu¨ªn Almunia, como es imprescindible en un puesto de esta naturaleza. Antes lo hab¨ªa sido con Felipe Gonz¨¢lez. Con los dos ha sido "absolutamente leal". No quiere entrar en los pormenores de su gesti¨®n ni en el motivo de las cr¨ªticas que suscita asegurando que es parte "de la dureza del cargo".Pregunta. De inmediato el problema que se ha instalado en su partido es la composici¨®n de la gestora y si ustedes, los miembros de la ejecutiva, se aferran a sus puestos para participar e influir en el pr¨®ximo congreso.
Respuesta. Ojal¨¢ ese fuera nuestro problema m¨¢s importante. Tenemos decisiones por delante mucho m¨¢s trascendentales y delicadas que la que usted dice. Esa, en concreto, me parece muy f¨¢cil de resolver: todos y cada uno de los miembros de la ejecutiva nos hemos corresponsabilizado con el secretario general, hemos trabajado con honradez y hasta el mi¨¦rcoles, en que decidir¨¢ el comit¨¦ federal, cumpliremos con nuestra responsabilidad. Tenemos, y yo desde luego tengo, las carpetas preparadas para marcharnos y como cualquier afiliado del partido estoy y estaremos a disposici¨®n de aceptar lo que decida el comit¨¦ federal.
P. Usted es consciente de que distintos miembros del comit¨¦ federal, y en p¨²blico Izquierda Socialista, piden expresamente que usted no forme parte de la gestora. Con ello se confirma la creencia de que el secretario de Organizaci¨®n de un partido acaba siendo denostado y nada querido.
R. Nunca he pedido formar parte de ninguna direcci¨®n. Ni en el 33? ni en el 34? congreso.Tampoco lo har¨¦ ahora. Cuando mis compa?ero me ofrecieron que formara parte del ¨®rgano de direcci¨®n, aun a sabiendas de las dificultades que conlleva la Secretar¨ªa de Organizaci¨®n, la dureza, lo acept¨¦ desde el compromiso que siempre he mantenido con el proyecto para la sociedad que pretendemi partido y que es nuestra raz¨®n de ser. He estado dispuesto a hacer siempre lo que el partido me ha encargado. Y ahora sigo, en la misma posici¨®n.
P. ?Pero por qu¨¦ cree que levanta tantas suspicacias?
R. No s¨¦ si son muchas; yo prefiero resaltar las buenas relaciones que tengo con tantos y tantos compa?eros. Tengo la conciencia de que he actuado en todo momento con honradez y lealtad con todos mis compa?eros, incluso con quienes en todo momento se han mostrado opuestos. Desde la gratitud que siento hacia todos, creo finalizada una etapa.
P. ?Por qu¨¦ creen algunos compa?eros suyos que no quiere acabar esta etapa?
R. No lo s¨¦. Ahora recuerdo el ¨²ltimo d¨ªa de mi puesto como consejero de Cultura de la Generalitat Valenciana, despu¨¦s de ocho a?os. Recuerdo la tranquilidad con la que recog¨ª mis cosas, mis carpetas. Claro, la verdad es que en ese puesto tuve muchas m¨¢s satisfacciones que en este. Repito,si el comit¨¦ federal quiere que termine esta etapa, con toda tranquilidad, terminar¨¢.
P. Cu¨¢l es su modelo de direcci¨®n de partido hasta el congreso.
R. Yo no voy a opinar sobre las caracter¨ªsticas de ese modelo, la direcci¨®n debe ser la que determine el comit¨¦ federal.
P. Pues va a tener que insistir mucho para que algunos sectores de su partido crean que usted y algunos de sus compa?eros de ejecutiva no est¨¢n interviniendo.
R. Qu¨¦ le vamos a hacer. En estos momentos la direcci¨®n del partido est¨¢ en manos del comit¨¦ federal. Personalmente mi trabajo en estos d¨ªas se centra en resolver los asuntos ordinarios y ordenar toda la documentaci¨®n para ponerla a disposici¨®n de la pr¨®xima direcci¨®n. Esa es la actitud que tambi¨¦n mantienen todos los dem¨¢s responsables de las secretar¨ªas de ¨¢rea. Nadie est¨¢ intervniendo ni queriendo influir en nada, nadie, ninguno de nosotros.
P. El temor de la larga mano de la ejecutiva no s¨®lo se centra en la creaci¨®n de la gestora que llevar¨¢ al partido hasta el congreso de julio sino tambi¨¦n en el resultado de ¨¦ste, en la elecci¨®n de la direcci¨®n que les sustituya.
R. En el resultado del congreso s¨®lo influir¨¢n los delegados y quienes pretendan suplantarlos se equivocar¨¢n. La celebraci¨®n del pr¨®ximo congreso debe servir para superar problemas, definir un proyecto para la mayor¨ªa y propiciar un liderazgo.
P. ?Y Felipe Gonz¨¢lez, tampoco est¨¢ interviniendo?
R. Es evidente que no. Algunos han pasado tantos a?os persiguiendo obsesivamente a Felipe Gonz¨¢lez que ya no pueden vivir sin ello. Es una curiosa variante del s¨ªndrome de Estocolmo, interesante sin duda desde el punto de vista cl¨ªnico.
P. Al menos reconocer¨¢ que distintos dirigentes del partido le llaman para preguntarle su opini¨®n.
R. Si le llaman es porque quieren hacerlo y es l¨®gico que lo hagan. Pero repito que Felipe no est¨¢ interviniendo.
P. Ustedes pasar¨¢n unas semanas, unos meses dedicados a elegir a sus dirigentes, a sus cuestiones internas por lo que no es previsible que puedan dedicarse a su labor de oposici¨®n.
R. Estoy seguro de que vamos a hacer desde el primer d¨ªa de legislatura, con total plenitud, la tarea de oposici¨®n que los ciudadanos nos han encomendado. Nuestras vicisitudes internas no tienen por qu¨¦ afectar a nuestra primera obligaci¨®n que es garantizar que ocho millones de personas, a quienes estamos profundamente agradecidos, se sientan plenamente representadas por aqu¨¦llos a quienes han votado. Por muchos problemas internos que hayamos tenido nunca hemos dejado de cumplir con nuestra obligaci¨®n. En este partido hay un alto sentido de la responsabilidad y los ciudadanos tienen que saber que no les vamos a defraudar.
P. Esta tarea previsiblemente quedar¨¢ tapada si la situaci¨®n de crisis se mantiene, no s¨®lo en el nivel central sino en las regiones con las dimisiones de secretarios generales.
R. Joaqu¨ªn Almunia y los miembros de la direcci¨®n federal hemos asumido ¨ªntegramente la responsabilidad pol¨ªtica de la derrota, a nadie vamos a trasladar esa responsabilidad. A partir de ah¨ª, el partido tiene que afrontar el futuro con firmeza, sin rehuir ning¨²n cambio,que son necesarios, pero tambi¨¦n, por favor, con serenidad. No es momento de dimisiones de compa?eros de las direcciones regionales y provinciales. No creo que una renuncia de dirigentes territoriales ayude en estos momentos. De inmediato tenemos que empezar a trabajar para reencontrarnos con la sociedad.Sin parecer voluntarista quiero creer que en el 2004 el escenario ser¨¢ distinto.
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