Al ritmo de Djordjevic

Corre en las ¨²ltimas semanas por la capital cierto debate alentado por la Demencia: ?cu¨¢l es el primer equipo de baloncesto de Madrid? La animosa hinchada de Estudiantes, crecida tras la reciente Copa del Rey que gan¨® su equipo, reclama el t¨ªtulo para s¨ª en detrimento del todopoderoso Madrid, pero la cosa no est¨¢ tan clara. Ayer era un buen d¨ªa para buscar algo de luz en el asunto. Madrid y Estudiantes se ve¨ªan las caras, pero si hay que hacer caso a lo que se vio en el Raimundo Saporta, los chicos del Ramiro de Maeztu tendr¨¢n que seguir con su particular intifada. El Madrid gan¨® a Estudiantes, y lo hizo con una soltura y una facilidad inusual en estos duelos.Nunca estuvo en duda la victoria del Madrid. Desde el principio, los blancos se adelantaron en el marcador y jugaron al ritmo que m¨¢s les conven¨ªa, superando con claridad a Estudiantes. Los colegiales s¨®lo aguantaron en el partido hasta el minuto 10. Fue cuando un tiple de A¨ªsa puso el marcador en 19-16 y oblig¨® a Sergio Scariolo a pedir un tiempo muerto. A partir de entonces, la cosa se acab¨®. Sin grandes alardes ni parciales desproporcionados ni exhibiciones de uno u otro jugador, el Madrid fue aumentando su ventaja con un goteo constante que Estudiantes no encontr¨® la forma de evitar.

En realidad, los blancos jugaron ayer como uno de esos p¨²giles que no tienen una gran pegada pero que golpe a golpe van dejando sin aire a su oponente. Fue una pelea de desgaste. Estudiantes no sab¨ªa si fajarse en el cuerpo a cuerpo o lanzar pu?os desde la larga distancia, y el Madrid, entre tanta duda, fue colocando sus golpes. Buena parte de culpa la tuvo Djordjevic, que manej¨® el partido a su antojo. Marc¨® siempre el ritmo que m¨¢s le conven¨ªa a su equipo; tan pronto le daba juego a sus hombres altos como mov¨ªa el bal¨®n por el per¨ªmetro o lanzaba un contraataque; desquici¨® a Azofra y a Gonzalo Mart¨ªnez, que jam¨¢s pudieron pararle y encima se permiti¨® ser el m¨¢ximo anotador del Madrid con unos n¨²meros que rozaron la perfecci¨®n: tres de tres en tiros de dos, cuatro de seis en triples y siete de ocho en tiros libres, para un total de 25 puntos. Y adem¨¢s, siete asistencias. Casi nada. Djordjevic fue ayer mucho Djordjevic para Estudiantes. Y para el Madrid, que de su mano desequilibr¨® un partido en el que Mijailov, el otro destacado, ofreci¨® su mejor cara desde que volvi¨® al equipo. El ruso entr¨® en la cancha mediada la primera mitad y se hizo el due?o de los tableros ante la pasividad de Vandiver, quien ayer estuvo en otra cosa.

Los triples se convirtieron, todav¨ªa en la primera mitad, en el ¨²nico recurso ofensivo que le daba resulado a Estudiantes. Pero cuando un equipo f¨ªa todo a los lanzamientos de larga distancia algo falla. Fallaba tanto que, a pesar del acierto estudiantil en esa faceta, al Madrid no le import¨® defender en zona a la vuelta del descanso. Fue la puntilla definitiva. Mijailov se hizo due?o y se?or de la zona y empez¨® a sumar. Cuando se sent¨® en el banco, a falta de 10 minutos, el Madrid hab¨ªa alcanzado su m¨¢xima ventaja: 70-53. Dos triples consecutivos de Gonzalo Mart¨ªnez parecieron presagiar una remontada de Estudiantes, pero fue un espejismo. Mijailov volvi¨® a la pista y engord¨® un poco m¨¢s sus n¨²meros, aunque el equipo de Pepu Hern¨¢ndez hab¨ªa superado ya las siete faltas y al Madrid le bastaron los tiros libres para conservar su ventaja.

Al final, 12 puntos de diferencia para el Madrid, que dio la impresi¨®n de haber superado ya el mal trago de su decepcionante eliminaci¨®n en octavos de final de la Euroliga. Un dato habla del buen partido de los madridistas: cinco jugadores (Djordjevic, Herreros, Alberto Angulo, Scott y Mijailov) por encima de los 10 puntos y, lo que es m¨¢s importante, superioridad blanca en todas las facetas del juego excepto en triples y en p¨¦rdidas de bal¨®n. En eso fue en lo ¨²nico en lo que gan¨® Estudiantes.