Una ideolog¨ªa antidemocr¨¢tica basada en el enemigo comunista

Las elecciones taiwanesas han supuesto una dura derrota para el Partido Nacionalista chino, que durante el siglo XX ha controlado primero China y luego Taiwan y que ha visto el surgimiento de fuerzas democr¨¢ticas que finalmente han terminado con ¨¦l.Sun Yat-sen, el gran l¨ªder revolucionario y nacionalista cre¨® en 1894 una organizaci¨®n predecesora del Partido Nacionalista mientras viv¨ªa en Hawai exiliado. El objetivo inicial del partido era derribar la corrupta dinast¨ªa Qing, que ya estaba m¨¢s o menos desintegrada y que colaps¨® finalmente entre 1911 y 1912.

Durante las siguientes y tumultuosas d¨¦cadas, el partido control¨® el pa¨ªs, aunque tambi¨¦n hab¨ªa numerosos se?ores de la guerra, y algo m¨¢s tarde se produjo la invasi¨®n japonesa en una parte del territorio. Algunos l¨ªderes del partido como el famoso general Chian Kai-chek quedaron impresionados por el comunismo sovi¨¦tico y modelaron el nacionalismo chino sobre principios leninistas, e incluso se llamaban los unos a los otros "camaradas".

Sin embargo, los nacionalistas comenzaron a ser detestados en China a causa de su corrupci¨®n, brutalidad y el fracaso en detener a los invasores japoneses. En 1949 los comunistas liderados por Mao Zendong derrotaron a los nacionalistas en una cruenta guerra civil. ?stos tuvieron que replegarse a la isla de Taiwan (antigua Formosa) a la espera de poder volver alg¨²n d¨ªa. Pero ocurri¨® todo lo contrario. En los cincuenta los comunistas podr¨ªan haber conquistado Taiwan. El Ej¨¦rcito nacionalista estaba sumido en el caos y Washington no estaba interesado en ayudar a los nacionalistas, pero el destino vino en su ayuda al desencadenarse la guerra de Corea. Estados Unidos temi¨® una expansi¨®n comunista y decidi¨® proteger militarmente a Taiwan.

Imponiendo ideas, costumbres e incluso lengua a los habitantes de Taiwan, los nacionalistas gobernaron en r¨¦gimen de partido ¨²nico hasta que en los ochenta permitieron la formaci¨®n de partidos pol¨ªticos. La apertura propiciada por el presidente saliente, Lee Teng-hui, ha terminado por apartarle del poder.