Abajofirmantes
Victoria amarga o dulce derrota, las elecciones de 1996 permitieron una nefasta continuidad en el comportamiento de las izquierdas: IU respaldada por m¨¢s de 20 diputados en su tentaci¨®n de sorpasso y en su vivencia de las dos orillas y el PSOE de vacaciones entre dos mandatos, mientras Almunia le guardaba la silla a un tapado previsible y todo socialista daba por sentado que Aznar se romper¨ªa la crisma y el carisma. La hora de la verdad ha llegado y Almunia ha dado un paso adelante dimitiendo, abriendo camino no s¨®lo a la elecci¨®n de un nuevo secretario, sino a una nueva pol¨ªtica. Sospecho que la supuesta clientela potencial de la izquierda en s¨ªndrome abstencionista ha dejado de ser clientela potencial para vivir su vida y su historia al margen de las estrategias burocratizadas de la izquierda realmente existente. Me inquieta la respuesta a una simple pregunta ?cu¨¢ntos de los j¨®venes que montaron las mesas petitorias del s¨ª para la condonaci¨®n de la deuda externa abandonaron un momento su pr¨¢ctica democr¨¢tica alternativa para meterse en un colegio electoral a votar seg¨²n las pautas institucionales? ?Hasta qu¨¦ punto la estrategia del PP moviliza a su favor a los jubilados, pero la de la izquierda real no atrae a un nuevo sujeto hist¨®rico cr¨ªtico plural e incomprensible para los c¨¢nones de la izquierda establecida?Los abajofirmantes en la petici¨®n de voto para las izquierdas estamos obligados a asumir esta condici¨®n y pedir un sitio en la discusi¨®n sobre la funci¨®n de la izquierda, sobre la elecci¨®n entre una izquierda de mercado o una izquierda pedag¨®gica, una izquierda con vistas al mar del siglo XXI, a las contradicciones generadas en el seno de un capitalismo diferente y convocantes de un potencial sujeto hist¨®rico cr¨ªtico que a¨²n no ha alcanzado la condici¨®n de sujeto hist¨®rico de cambio.
Fue ese sujeto hist¨®rico cr¨ªtico y plural el que debi¨® sentirse convocado por los abajofirmantes, por la llaneza de Almunia, por la franqueza de Frutos. Pero no. Sali¨® a la calle para dejar su voto en la urna alternativa y se volvi¨® a su casa a establecer redes que crean libertad que poco tienen que ver con aquellos partidos creados por la historia para que la redimieran.
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