El palomar
A Picasso en M¨¢laga hay que buscarlo en Internet. Es m¨¢s f¨¢cil seguir su rastro por la realidad virtual. Y eso que hay huellas de su nacimiento, de sus correr¨ªas infantiles, de alg¨²n regreso juvenil y hasta de los modelos que quedaron inmortalizados en sus mejores creaciones. As¨ª ha sido hasta ahora la relaci¨®n del pintor con su tierra, una eterna aventura de desencuentros.En M¨¢laga hay se?alizaci¨®n suficiente para alcanzar la plaza de toros o los hoteles, pero para descubrir el escenario donde el artista pas¨® sus primeros a?os de vida hay que tropezar con un panel explicativo en el centro hist¨®rico y descubrir, en ¨²ltimo y s¨¦ptimo lugar de los monumentos de referencia, debajo del museo de las costumbres populares, la casa natal del genio. Ha debido pensar el concejal de Cultura, Antonio Garrido, que en esta urbe cosmopolita funciona bien la tradici¨®n consuetudinaria y no hay mejor informaci¨®n que la que sale del boca a boca, que para eso el edil es un experto ling¨¹ista. Adem¨¢s, la cuna del pintor la veneramos en sitio equivocado. El periodista Pedro Luis G¨®mez describe en el libro sobre su infancia que naci¨® una manzana m¨¢s arriba de donde se alza ahora la Fundaci¨®n de la Plaza de la Merced que rememora la efem¨¦ride. Cosas de un terremoto de la ¨¦poca que provoc¨® la mudanza familiar.
El ni?o Pablito Ruiz dej¨® su impronta en la escuela de Bellas Artes de entonces, en el coraz¨®n de la capital. All¨ª su padre daba clases y el infante se entreten¨ªa con una borriqueta que a¨²n se conserva en su aula, junto a la cabeza de caballo que ilustr¨® el Guernica. Tambi¨¦n divis¨® en el tejado un palomar y aquellas t¨®rtolas quedaron impregnadas para siempre con su sello.
En homenaje, su rinc¨®n qued¨® transmutado en aseo, que hace una d¨¦cada la demograf¨ªa daba sus ¨²ltimos estertores y hab¨ªa que ampliar los urinarios para los escolares que acud¨ªan al reconvertido colegio. Reg¨ªa como delegado de Educaci¨®n Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Povedano, de profesi¨®n historiador y hoy presidente de la Sociedad Econ¨®mica de Amigos del Pa¨ªs. Ahora un fiscal dirige el Ateneo y la chiquiller¨ªa ha dejado de correr por algunos de los pasillos del centro educativo. El edificio rehabilitado reestrenar¨¢ en unas semanas su uso cultural. Antonio Morales ha derribado el muro de los mingitorios. L¨¢stima, nadie hasta ahora le discut¨ªa a M¨¢laga el t¨ªtulo de madre del surrealismo.
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