La UE presenta un ensayo que permite moverse mediante impulsos el¨¦ctricos a tres parapl¨¦jicos
Los investigadores mantienen la cautela, pese al notable ¨¦xito de la demostraci¨®n p¨²blica
Bruselas brind¨® ayer un escenario para la esperanza. La ciudad belga acogi¨® la presentaci¨®n de los primeros resultados del programa Lev¨¢ntate y anda, encaminado a que los parapl¨¦jicos recuperen la movilidad mediante impulsos el¨¦ctricos. En la demostraci¨®n, tres inv¨¢lidos pusieron en movimiento sus piernas (los dos conectados a un ordenador exterior se irguieron, y el tercero, con un chip implantado en el abdomen, movi¨® la pierna derecha). Al frente del programa, financiado por la UE y que a¨²n ha de desarrollarse m¨¢s, se encuentra una veintena de investigadores, dirigidos por el profesor franc¨¦s Pierre Rabischong.
La t¨¦cnica consiste en la recuperaci¨®n de la actividad motriz mediante la electroestimulaci¨®n. Para ello se implantan en los m¨²sculos y nervios electrodos que, a su vez, est¨¢n conectados a un ordenador (en uo de los tres casos, un chip implantado). ?ste dirige las descargas el¨¦ctricas que simulan est¨ªmulos nerviosos que mueven los m¨²sculos. Pese a que el programa a¨²n ha de desarrollarse, la expectaci¨°n despertada por la presentaci¨®n fue inmensa y, finalmente, todo fue demasiado improvisado y ca¨®tico. Pero eso mismo le dio una humanidad y una credibilidad que no hubiera existido en un escenario m¨¢s fr¨ªo y ordenado. Una veintena de miembros del equipo del profesor Rabischong, unos pocos pol¨ªticos encabezados por el comisario europeo de Investigaci¨®n, el belga Philippe Busquin y un aluvi¨®n de periodistas abarrotaban una estrecha y mal acondicionada sala de un edificio de la Comisi¨®n Europea en Bruselas. Se trataba de ver una revolucionaria t¨¦cnica, de ver andar a un parapl¨¦jico (v¨¦ase El PA?S del s¨¢bado). Tres j¨®venes y fuertes lesionados medulares que cumplen el requisito de no haber padecido la atrofia de su su masa muscular fueron los protagonistas.
Marc Merger, franc¨¦s de 39 a?os, operado por tres cirujanos (uno italiano, otro franc¨¦s y otro alem¨¢n), pareci¨® el m¨¢s afectado. Los nervios le traicionaron en los ensayos previos a la presentaci¨®n, cuando cay¨® al ver unas c¨¢maras. Y es que Marc sufri¨® la primera implantaci¨®n de electrodos en septiembre pasado, pero los fallos t¨¦cnicos obligaron a repetirla el 14 de febrero. El 3 de marzo se levant¨® por primera vez y el 17 de marzo dio los primeros pasos, siempre ayudado por un andador. Apenas tres d¨ªas despu¨¦s y tras 10 a?os en silla de ruedas, Marc tuvo el coraje de intentarlo en p¨²blico.
No fue L¨¢zaro, pero ha dado esperanzas a miles de parapl¨¦jicos. Comido por los nervios, tanto ¨¦l como el ingeniero encargado de manipular el ordenador que ten¨ªa que hacerle andar, no logr¨® ayer alzarse sobre sus piernas inv¨¢lidas. Pero los impulsos el¨¦ctricos transmitidos a trav¨¦s de la t¨¦cnica de implantar unos electrodos bajo su piel logr¨® que Marc moviera una pierna insensible desde hace 10 a?os. Gabriele Tronconi y Ludovico Corrao, italianos, que llevan meses prepar¨¢ndose para tratarse con el mismo sistema, s¨ª lo lograron. Ellos llevaban los electrodos conectados en el exterior de sus piernas, a la espera de que el aparatoso cableado exterior sea sustituido por los electrodos internos que transmitir¨¢n la corriente el¨¦ctrica a sus m¨²sculos para ordenarles moverse. "Intentamos sustituir al cerebro a trav¨¦s de un ordenador que transmite impulsos el¨¦ctricos a los m¨²sculos", explic¨® el Rabischong.
La operaci¨®n cuesta cinco millones de pesetas y requiere un entrenamiento muy duro. De momento seguir¨¢n usando la silla de ruedas y no podr¨¢n subir escaleras. Ahora los pacientes s¨®lo podr¨¢n andar con ayuda de una segunda persona que transmita las ¨®rdenes por ordenador. En poco tiempo ese ordenador estar¨¢ incorporado en el andador y dispondr¨¢ de un programa que facilitar¨¢ el proceso. Bastar¨¢n un par de botones para que el parapl¨¦jico ordene el milagro de andar a unas piernas que ya no sienten nada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.