La polic¨ªa ugandesa cree que la secta us¨® bombas para la matanza colectiva
La polic¨ªa ugandesa ha encontrado gran n¨²mero de explosivos en la iglesia en la que al menos 530 personas, incluidos 78 ni?os, murieron el viernes en un supuesto suicidio colectivo. Stephen Okwalinga, alto oficial de la polic¨ªa, declar¨® ayer que las investigaciones muestran que las bombas fueron colocadas en seis puntos de la iglesia. Los primeros informes suger¨ªan que los miembros de la secta hab¨ªan usado gasolina para quemarse.
"No utilizaron gasolina... Parece como si hubieran usado explosivos", asegura Stephen Okwalinga, jefe de la polic¨ªa de la regi¨®n suroeste, a la que pertenece la remota localidad de Kanungu, donde ocurri¨® la matanza. "Parece que se sirvieron de bombas, que explotaron en seis lugares diferentes de la iglesia". Existen otras teor¨ªas. Uno de los l¨ªderes de la secta Movimiento para la Restauraci¨®n de los Diez Mandamientos de Dios hab¨ªa comprado 40 litros de ¨¢cido sulf¨²rico d¨ªas antes de la tragedia, declar¨® la polic¨ªa. Mezclado con gasolina este ¨¢cido se convierte en una mezcla altamente inflamable y explosiva que emite gas letal mientras se quema. Y ¨¦sa es, seg¨²n expertos, la posible causa de la explosi¨®n repentina y del fuego que devor¨® la iglesia el viernes 17 de marzo.
El antiguo cura cat¨®lico Dominic Kataribabo compr¨® ¨¢cido en latas el pasado 12 de marzo y declar¨® al vendedor local que quer¨ªa usarlo en bater¨ªas de coches. No se encontraron bater¨ªas en las ruinas de la iglesia en Kanungu. Pero se hall¨® un tambor vac¨ªo al fondo del edificio de la iglesia, y la polic¨ªa crey¨® inicialmente que hab¨ªa sido usado para combustible.
El n¨²mero exacto de muertos no ser¨¢ nunca conocido. Cientos de cad¨¢veres carbonizados fueron enterrados sin ninguna ceremonia en una fosa com¨²n el lunes, pero la polic¨ªa cree que 530 han fallecido. La Iglesia cat¨®lica rechaz¨® oficiar una misa, ya que algunos l¨ªderes eran curas y monjas excomulgados.
Aunque la tragedia fue considerada en un principio como suicidio colectivo -a excepci¨®n del asesinato de los, al menos, 78 ni?os- numerosos testimonios de los familiares avalan la tesis de que muchos desconoc¨ªan lo que iba a suceder. Las normas de vida eran rigurosas, con las relaciones sexuales prohibidas y la obligaci¨®n de trabajos forzosos sin retribuci¨®n. La polic¨ªa sospecha que el m¨¢ximo l¨ªder de la secta, Joseph Kibwetere, muri¨® en el fuego. S¨ª est¨¢n identificados los cuerpos de dos de sus colaboradores.
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