El obispo Pere Casald¨¤liga desvela en un libro sus conflictos con el Vaticano
"Quien toque a Pedro, toca a Pablo", dijo Pablo VI cuando, en 1972, los militares y terratenientes de S?o F¨¦lix do Araguaia (Brasil), amenazaron de muerte al obispo Casald¨¤liga. Lo recordaba ayer en Madrid el te¨®logo brasile?o Leonardo Boff, en presencia de su colega espa?ol Juan Jos¨¦ Tamayo. La actitud papal salv¨® la vida al misionero catal¨¢n, uno de los pocos te¨®logos de la liberaci¨®n que sobrevivi¨® a los procesos de depuraci¨®n iniciados m¨¢s tarde por la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio), cuyo prefecto es el cardenal Joseph Ratzinger.Pere Casald¨¤liga Pl¨¢ lleg¨® a Brasil como misionero en junio de 1968, en plena revuelta del Mayo Franc¨¦s y la Primavera de Praga. Hab¨ªa nacido en 1928 en Balsareny, la di¨®cesis de Solsona donde el cardenal Vicente Enrique y Taranc¨®n, entonces el obispo m¨¢s joven de Espa?a (37 a?os), estaba congelado por el franquismo, y el joven misionero intent¨® convivir con la extrema pobreza de la inmensa mayor¨ªa y la escandalosa riqueza de unos pocos. Hasta que un d¨ªa, en pleno banquete de "160 personas zamp¨¢ndose cinco toros asados" en una hacienda donde aterrizaron 20 aviones para la ocasi¨®n, el misionero catal¨¢n, hijo de padres de derechas, dijo basta.
"En circunstancias as¨ª resultaba dif¨ªcil no marcharse gritando con ira: ' ?Tan gran hartazgo ante tanta miseria!", dice el famoso obispo al periodista Francesc Escribano, que acaba de publicar una biograf¨ªa sobre Casald¨¤liga titulada Descalzo sobre la tierra roja (editorial Pen¨ªnsula). Casald¨¤liga lleva 32 a?os en Brasil y llor¨® por primera vez al d¨ªa siguiente de llegar a la misi¨®n, cuando encontr¨® en la puerta de su casa los cad¨¢veres de cuatro ni?os metidos en unas cajas de zapatos. No ha vuelto a Espa?a. Ni piensa hacerlo. Pero su familia pudo abrazarlo en Roma en 1988, cuando fue llamado a cap¨ªtulo por Ratzinger. "Vos sois utilizado", le dijo Ratzinger. "Todos somos utilizados. Vosotros tambi¨¦n, y tambi¨¦n el Papa", replic¨® Casald¨¤liga.
El obispo hab¨ªa puesto como condici¨®n para viajar a Roma que le recibiera el Papa. Le cost¨® conseguirlo, pero finalmente hubo entrevista. Y Juan Pablo II, entre amonestador y bromista, le dijo: "?Para que ve¨¢is que no soy ninguna fiera...!". Dicen que el Vaticano hab¨ªa escarmentado. Un portazo al obispo de San Salvador, ?scar Arnulfo Romero, le cost¨® a ¨¦ste la muerte, hace ma?ana 20 a?os, semanas despu¨¦s de volver a su di¨®cesis humillado por la curia y rechazado por el Papa.
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