Los deportistas m¨¢s duros El triatl¨®n espa?ol se prepara para el debut ol¨ªmpico en Sydney
Ayer compitieron en R¨ªo de Janeiro (Jos¨¦ Merch¨¢n acab¨® 4? y Maribel Blanco 8?), la pr¨®xima semana estar¨¢n en Big Island (Hawai), luego cruzar¨¢n el Pac¨ªfico y aterrizar¨¢n en Ishigaki (Jap¨®n) y bajar¨¢n m¨¢s tarde a Sydney (Australia). As¨ª, unas 20 semanas al a?o.Son deportistas, s¨ª, quienes tienen esas necesidades tan viajeras; pero no, no son golfistas como alguien podr¨ªa sospechar. No, sus competiciones no las siguen millones de personas por televisi¨®n (m¨¢s bien suenan a clandestinas); no, tampoco ellos se hacen millonarios practic¨¢ndolo (los espa?oles reciben una beca de mill¨®n y medio al a?o). Y sin embargo el nivel de exigencia del deporte que practican es tan alto que nadie duda en calificarlo como el m¨¢s duro. M¨¢s que un marat¨®n o una etapa del Tour. Ellos son triatletas y practican el triatl¨®n: 1.500 metros de nataci¨®n, 40 kil¨®metros de bicicleta, 10.000 metros de carrera a pie, todo seguido, sin tiempo para respirar ni para cambiarse de ropa. Todo, en menos de dos horas. Es el ¨²ltimo deporte hecho ol¨ªmpico.
Es la codificaci¨®n final de un deporte aventura nacido hace pocas d¨¦cadas en las playas estadounidenses como prueba de ultrarresistencia y como demostraci¨®n de que una misma persona pod¨ªa ser buena en deportes contradictorios, en pruebas que machacan la musculatura, tendones y ligamentos, como la carrera, en la que los pies chocan contra el suelo; y en pruebas en que los m¨²sculos y el cuerpo se deslizan, como la nataci¨®n y el ciclismo.Ahora se ha estandarizado la duraci¨®n, se ha moderado el ciclismo (se corre en pelot¨®n y no en contrarreloj, como antes), se ha concedido ventaja a la nataci¨®n sobre las otras dos disciplinas, se ha dulcificado la cuesti¨®n, dicen los pioneros, pero no se ha rebajado apenas la dureza.
Media docena de chicos y un par de chicas espa?oles se mueven en la elite mundial. Participan en la Copa del Mundo, se entrenan el resto del a?o y ahora se disputan entre ellos las dos caras plazas por categor¨ªa para estar en Sydney. Y, al mismo tiempo, deber¨¢n saturarse de competiciones para conseguir los puntos necesarios para que Espa?a mantenga sus posiciones.
Lo practican gente que busca una satisfacci¨®n diferente al premio econ¨®mico o a la gloria mundana (aunque no renuncien a ambos), prefiriendo antes la satisfacci¨®n personal, la superaci¨®n de sus propios l¨ªmites y cosas as¨ª. Gente como Maribel Blanco, una madrile?a que dej¨® su puesto de biomec¨¢nica en el Consejo Superior de Deportes, como Virginia Berasategui, que lleva desde juvenil machac¨¢ndose en el empe?o; como Jos¨¦ Barbany, que tiene por ah¨ª colgados los estudios de derecho; como Jos¨¦ Merch¨¢n, que dej¨® Sevilla y vive con otros tantos en la Residencia Blume, en Madrid; como el salmantino Clemente Alonso, otro estudiante de medicina; como los hermanos vitorianos H¨¦ctor y Eneko Llanos; como Iv¨¢n Rana... Gente que tambi¨¦n sue?a con una medalla en Sydney. Son los m¨¢s duros, los m¨¢s completos. Tambi¨¦n tienen derecho.
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