El Atl¨¦tico no ve soluciones
Los rojiblancos, que no ganan con Antic, siguen su viaje hacia Segunda
El Atl¨¦tico est¨¢ a un paso de culminar la mayor tragedia de su historia. Los n¨²meros que descubre su estela de fracasos le anuncian un irremediable descenso a Segunda; la actitud y la moral pesimista de los que tienen que salvar el barco, tambi¨¦n. Contra el Numancia, el s¨¢bado pasado, el Atl¨¦tico complet¨® su peor partido. Lo hizo frente a un rival directo en la lucha por la permanencia, y se clav¨® un poco m¨¢s en el puesto 19. Y no hay nadie a la vista que quiera cargar con el equipo a la espalda y salvarlo.La ca¨ªda del Atl¨¦tico ha sido constante desde el 30 de octubre. Ya antes de la intervenci¨®n judicial del club los signos de decadencia resultaban evidentes. A partir de la d¨¦cima jornada se precipit¨® en picado y desde entonces aumenta su velocidad de descenso con cada partido. Suma 14 derrotas en 30 encuentros a lo largo de la temporada de Liga y no gana desde el 30 de enero, hace ocho jornadas. El fichaje de Radomir Antic como revulsivo, hace tres semanas, no ha surtido efectos positivos. Al contrario. Desde entonces el Atl¨¦tico vive en puestos de descenso. No conoce la victoria y apenas marca goles (s¨®lo uno).
De los cuatro partidos que ha dirigido el t¨¦cnico serbio el equipo ha empatado dos y ha perdido dos. Ha cosechado dos puntos de doce posibles. Ha recibido cinco goles y ha metido uno solo, acentuando la tendencia del equipo hacia la falta de punter¨ªa. Con Ranieri, s¨®lo marcaba Hasselbaink en medio de un desacierto generalizado en el remate. Ahora, no le quedan goles ni a Hasselbaink. El m¨¢ximo anotador del equipo vive sumido en la depresi¨®n que afecta al resto de sus compa?eros y no marca desde hace un mes.
Hasselbaink es la caricatura del derrumbe del Atl¨¦tico. El equipo viv¨ªa de los goles del holand¨¦s, que ha marcado 21 tantos del total de 39. El siguiente goleador, Solari, le sigue con cuatro tantos. Valer¨®n y Baraja llevan tres. Pero el problema es que Hasselbaink no marca desde que Antic se hizo cargo del banquillo (marc¨® uno en Lens, en Copa de la UEFA). El nuevo entrenador le exige m¨¢s movilidad y un nuevo papel en las jugadas a bal¨®n parado: como lanzador en los c¨®rneres lanzados desde la derecha, pero ya no como m¨¢ximo especialista en los golpes francos, donde antes que a su zapatazo se da prioridad ahora a las combinaciones de estrategia. Hasselbaink ha reducido su rendimiento y se ha lesionado por primera vez en lo que va de temporada -por eso no jug¨® en Numancia-. Su relaci¨®n con Antic es fr¨ªa.
Los despachos, en manos de profesionales ajenos al f¨²tbol, no aportan soluciones. Al contrario, sus decisiones han generado m¨¢s problemas. Desde el banquillo, ahora con Antic, tampoco aparecen remedios. Y los jugadores, en manos de quien ahora est¨¢ toda la historia de este club, huyen de las responsabilidades.Hay en la plantilla quienes tienen la cabeza en otra parte y permanecen indiferentes a la defunci¨®n del Atl¨¦tico. Escuchan ofertas como si nada o negocian su marcha del club para la pr¨®xima temporada. Minutos antes del partido contra el Numancia, en la entrada de vestuarios, algunos jugadores se re¨ªan nerviosos, como intentando evitar una realidad amenazadora. "Nos vamos a segunda", dicen con angustia otros, lejos de los micr¨®fonos, que tampoco aportan soluciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.