El Betis sigue jugando con fuego
El equipo de Hiddink, el peor del a?o 2000, firma un p¨¦simo partido ante el Celta
BETIS 0 / CELTA 0En una extra?a tarde de domingo donde s¨®lo se disputaban dos encuentros de la m¨¢xima categor¨ªa, los aficionados al f¨²tbol que se decantaran por seguir por teletaquilla el partido que enfrentaba al Betis con el Celta desperdiciaron su tiempo y su dinero. Una jornada m¨¢s, el f¨²tbol pas¨® de largo por Sevilla y m¨¢s concretamente por el Manuel Ruiz de Lopera, estadio que desde que fuera rebautizado a principios de a?o se ha convertido en un campo de l¨¢grimas al que los incombustibles seguidores verdiblancos peregrinan esperanzados y abandonan desquiciados.Salvo la victoria frente al Athletic y la inopinada ante el Barcelona, la imagen y la sensaci¨®n que transmite el Betis en casa es siempre la misma: la de un equipo sobrevalorado, ast¨¦nico, sin ambici¨®n que, adem¨¢s de ser el peor equipo de 2000 -13 puntos en 12 partidos-, atesora la extra?a cualidad de hacer buenos a cuantos rivales comparecen en su casa, por muy mediocres que sean, como ayer lo fue el Celta de circunstancias y defensivo que dispuso V¨ªctor Fern¨¢ndez. Un Celta que lleg¨® a¨²n aturdido por el golpe an¨ªmico que supuso su eliminaci¨®n de la UEFA, mermado por las bajas, y que desde el principio dio por bueno el empate ante los verdiblancos.
Betis: Prats, Crosa, Filipescu, Vidakovic (Oli, m
78), Luis Fern¨¢ndez (Romero, m. 87); Karhan, Alexis, Merino, Denilson; G¨¢lvez (Benjam¨ªn, m. 60) y Alfonso.Celta de Vigo: Pinto; Velasco, C¨¢ceres, Sergio, Djorovic, Juanfran; Belmadi (Revivo, m. 68), Karpin, Giovanella, Tom¨¢s (Coira, m. 88); y Hoogendorp (Mena, m. 64). ?rbitro: Manuel Enrique Mejuto Gonz¨¢lez (Colegio asturiano). Amonest¨® a Segio, Filipescu, Velasco, Alexis, Juanfran, Djorovic, Giovanella. Unos 30.000 espectadores en el Manuel Ruiz de Lopera. Terreno de juego en muy buenas condiciones.
Un punto que aunque le separa un poco de sus posibilidades de revalidar su pase a la competici¨®n europea no trastoca demasiado los planes de su t¨¦cnico para retomar el pulso a la Liga en la recta final. Un punto que, sin embargo, al Betis le sirve para bien poco, por mucho que su presidente se empecine con sus particulares cuentas y obvie el color mortecino que ha adquirido su proyecto de equipo. Y es que el Betis no hizo nada por ganar el encuentro. Sin Finidi, este Betis parece abocado a sufrir para eludir el descenso. Hiddink se afana para que sus jugadores pierdan la rigidez que les produce su preocupante situaci¨®n, pero ¨¦stos llevan p¨¦treos toda la temporada. Para demostraci¨®n el c¨²mulo de errores de su inoperante centro del campo, donde Karhan parec¨ªa aliado con el rival; la inconsistencia de su defensa, que propici¨® que el timorato Celta tentara la suerte a sus anchas a trav¨¦s de Juanfran y Hoogendorp en la primera mitad y de Revivo despu¨¦s.
Mientras, en un Betis sin apenas llegada y como siempre sin pegada, s¨®lo Denilson parec¨ªa tener sangre en las venas: se desfond¨® por su costado como acostumbra y fall¨® todo lo habido y por haber, como tambi¨¦n acostumbra. De justicia es reconocer que el nimio peligro que creo el equipo de Hiddink lo gener¨® Denilson a fuerza de recibir patadas -cerca de 140 ha recibido el brasile?o en lo que va de Liga-. Sin ocasiones claras y con una displicencia que ray¨® el oprobio transcurri¨® el choque entre un Betis y un Celta que convirtieron el espect¨¢culo en tormento.
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