La movida
La movida juvenil es un fen¨®meno de libertad que muchos achacan a las malas costumbres que se le consienten a unos j¨®venes que han tomado la noche de los fines de semana para ocupar la calle y dejan indefensos, ante sus ruidos y la basura de sus botellones, a los vecinos de bien. A la gente de bien le cuesta trabajo ser autocr¨ªtica. Dentro de poco va a haber concentraci¨®n de gente de bien en palcos y sillas de la carrera oficial de la Semana Santa en cualquier ciudad andaluza, es una ocasi¨®n para comprobar c¨®mo la gente de bien ensucia lo suyo.El centro de nuestras ciudades va a vivir dentro de poco la bulla de la Semana Santa, se va a llenar de personas de orden con bolsas de bocadillos, refrescos, caramelos y todo tipo de productos que acumulan desperdicios, que tiran en la calle sin problemas. Es cualidad nacional la de la limpieza en casa y la suciedad en la calle.
Quienes protestan de los ruidos y suciedad de la movida, no reconocen que, si en lugar de mayores fueran j¨®venes, estar¨ªan en la calle y har¨ªan lo mismo, o parecido. Si empez¨¢ramos por ah¨ª, es posible que lleg¨¢ramos a entendernos y unos y otros har¨ªamos una reflexi¨®n profunda sobre el respeto que nos debemos a nosotros mismos y a la ciudad como espacio de convivencia en el que la libertad y la sensibilidad de todo est¨¦ protegida. De momento, nos enfrentamos. Mala cosa.
Otra cosa mala es la falta de respuesta de los ayuntamientos a la situaci¨®n creada como consecuencia de las salidas nocturnas de los j¨®venes los fines de semana. Es una situaci¨®n nueva que requiere soluciones a los problemas que plantea. Por ejemplo, unos servicios de limpieza reforzados los fines de semana, una Polic¨ªa Local, no para reprimir, sino para atender las necesidades que plantee el intentar hacer posible la diversi¨®n y el descanso y, por supuesto, urgentemente, sin m¨¢s p¨¦rdida de tiempo, urinarios p¨²blicos, servicios para liberar las calles de malos olores, situaciones insalubres y espect¨¢culos lamentables. Todo antes de que los j¨®venes anden orinando por las calles y los mayores levantando muros de incomprensi¨®n sobre un fen¨®meno como el de las salidas de los fines de semana, que si todo, y el di¨¢logo, funcionara, no tendr¨ªa por qu¨¦ ser un problema.
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