Sanle¨®n tiene una reclamaci¨®n como acreedor de Cleop de casi 2,5 millones por su escultura
Jos¨¦ Sanle¨®n figura en la lista de acreedores de Cleop (Compa?¨ªa Valenciana de Edificaci¨®n y Obras P¨²blicas) debido a que, al declarse en 1996 en suspensi¨®n de pagos, no le abon¨® casi dos millones y medio por su escultura El esclavo, que fue destruida el pasado jueves a las puertas del IVAM por deseo del artista. La empresa se hizo cargo del pago de la obra al ser la adjudicataria de la Consejer¨ªa de Obras P¨²blicas para reurbanizar parte del barrio de Velluters. Obras P¨²blicas, que encarg¨® la escultura a Sanle¨®n, sigue sin dar explicaciones sobre la destrucci¨®n de esta obra p¨²blica.
Los abogados del propio Sanl¨¦on se dirigieron en su momento a la juez, que levant¨® la suspensi¨®n de pagos de Cleop en diciembre de 1998, porque, por un error formal, no se hab¨ªa incluido al artista entre los acreedores de la constructora valenciana. El error se corrigi¨®, y de este modo Sanle¨®n entr¨® a formar parte de los acreedores, como cualquier otro de los afectados a los que la empresa valenciana debe ir abonando la deuda contra¨ªda conforme al convenio aprobado al respecto y los plazos establecidos en el mismo.Cleop se hizo cargo del pago de la escultura -cuyo importe no llega a los dos millones y medio de pesetas- al ser la empresa adjudicataria del proyecto de reurbanizaci¨®n de Velluters promovido por el plan Riva (Rehabilitaci¨®n Integral de Valencia), cuya ejecuci¨®n y financiaci¨®n corre a cargo de la Consejer¨ªa de Obras P¨²blicas.
El director general de Arquitectura y Vivienda, Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa Zarco, quien encarg¨® personalmente la obra a Sanle¨®n hace cinco a?os, estuvo presente en el acto de destrucci¨®n de la escultura el pasado jueves, y all¨ª dijo que Obras P¨²blicas respetaba la decisi¨®n del artista. Desde entonces, ning¨²n representante de Obras P¨²blicas ha respondido a los requerimientos de este peri¨®dico para dar explicaciones sobre lo acontecido.
Cuando Sanle¨®n anunci¨® el mismo jueves su decisi¨®n de destruir la escultura, "para intentar evitar conflictos pol¨ªticos y culturales", se?al¨® que su decisi¨®n contaba con el respeto de de Obras P¨²blicas (que se encarg¨® del traslado de la pieza de su ubicaci¨®n en la calle Pie de la Cruz, en Velluters, a la explanada del IVAM) y de la Consejer¨ªa de Cultura.
Generosidad
Ayer, el artista subray¨® la "generosidad" con la que han actuado las instituciones, y en especial la Consejer¨ªa de Obras P¨²blicas, al respetar la decisi¨®n, "absolutamente personal", de destruir la pieza. Destrucci¨®n que se produjo en un momento muy tenso a ra¨ªz de la pol¨¦mica originada entre la Consejer¨ªa de Cultura y el IVAM por la ubicaci¨®n de la escultura a las puertas del museo, con la oposici¨®n de la direcci¨®n del mismo.
Adem¨¢s, dijo que "asume personalmente todas las responsabilidades" que pudieran derivarse de su actuaci¨®n, al tiempo que a?adi¨® su desconocimiento sobre cualquier cuesti¨®n jur¨ªdica en la que se pudiera incurrir.
Cristina Busch, abogada especialista en derechos de autor que asesara a asociaciones de artista, destac¨® la singularidad del caso de Sanle¨®n por cuanto la ley de propiedad intelectual contempla, b¨¢sicamente, la protecci¨®n de los derechos intelectuales del artista sobre su obra en relaci¨®n al propietario de la misma. La citada ley, de hecho, lo que garantiza es la propiedad intelectual de la obra. La experta considera que el artista podr¨ªa incurrir en delito por la propiedad de otros si se entiende que existe una propiedad p¨²blica de la obra. Tambi¨¦n se?ala que el artista podr¨ªa modificar su obra pero con obligaci¨®n de indemnizar a su propietario.
Todo indica que Obras P¨²blicas no iniciar¨¢ ninguna actuaci¨®n y que pretende llegar a un acuerdo con el artista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.