El coraz¨®n de la norma
Lo que es bueno a veces no es justo y las leyes en bastantes ocasiones agreden a los que deb¨ªan protejer. Pero son las normas, y ah¨ª est¨¢n para cumplirse y la felicidad o la desdicha de muchos depende entonces del arrojo o la voluntad de quienes tienen la posibilidad de navegar en sus m¨ªnimos intersticios abiertos a interpretaci¨®n. El caso de Mari ?ngeles, una menor de 13 a?os conocida ya como la ni?a de Benamaurel, es un ejemplo de todo eso. El titular del Juzgado de Familia n¨²mero 7 de Sevilla, Francisco Serrano, se ha enfrentado a una sentencia en firme de la Audiencia sevillana y ayer paraliz¨® (suspendi¨®) el regreso de Mari ?ngeles a casa de sus padres adoptivos para que se quede con la familia de acogida temporal, con la que convive desde hace cerca de tres a?os en Benamuarel. Eso s¨ª, la suspensi¨®n es temporal, pues el Tribunal Constitucional tiene la ¨²ltima palabra, ya que le han sido remitidos recursos desde la Fiscal¨ªa sevillana, la Junta de Andaluc¨ªa e incluso la familia de acogida (que ser¨¢ desestimado, ya que el caso judicial es entre la pareja de Bormujos y el Ejecutivo andaluz).
La vida de Mari ?ngeles comenz¨® de la manera m¨¢s brutal. Fue fruto de un embarazo no deseado y su madre la vendi¨® a una pareja de Bormujos (Sevilla). En aquellos a?os (1986), a¨²n se pod¨ªan adoptar ni?os de forma directa con el consentimiento previo entre padres biol¨®gicos y adoptivos y dicho y hecho, el beb¨¦ al que su madre llamaba ?gata pas¨® a llamarse Mari ?ngeles y se fue a vivir a la casa de Manuela Ruiz y Bernardo Medina.
Con los a?os, las discusiones de la pareja se llegaron a hacer conocidas en el pueblo y culminaron con una denuncia del propio Bernardo contra Manuela en 1992, en la que el esposo aprovech¨® a la ni?a como puya y asegur¨® que su mujer ¨²ltima descuidaba a Mari ?ngeles. El colegio de la ni?a envi¨® informes preocupantes y la Consejer¨ªa de Asuntos Sociales envi¨® a una perito que recomend¨® que la menor abandonara dicha casa.
Tras un breve paso por un centro de acogida de la Junta, la peque?a fue entregada a una familia de Dos Hermanas (Sevilla) en donde le volvieron a cambiar el nombre por el de Roc¨ªo y del que sali¨® con m¨¢s oscuros que claros. Una sentencia de 1996 le dio la raz¨®n a la familia de Bormujos. En una r¨¢pida maniobra, la Consejer¨ªa de Asuntos Sociales remend¨® como pudo el primer roto de su error al llevarse a la ni?a consigui¨® "convencer" a la juez y paraliz¨® el proceso al tiempo que se llev¨® a la menor de Dos Hermanas.
De vuelta a un centro de menores de la Junta hasta que las autoridades auton¨®micas la llevaron con una nueva familia de acogida, esta vez en Benamaurel (Granada).
Sus padres adoptivos no cejaron en su empe?o de que regresara a Bormujos y la Audiencia les dio la raz¨®n hasta por dos veces (con rega?ina al juez Serrano incluida). No es que la Sala Sexta sea insensible, de hecho cuenta con sentencias muy notorias, como otorgar la custodia de una ni?a a un transexual, pero es que la ley es la ley y entre el c¨®digo y el coraz¨®n se quedaron con el c¨®digo. S¨®lo eso.
Pero, a la espera de lo que diga el Constitucional, Mari ?ngeles, sus padres y los 2.400 habitantes de Benamuarel vibraron ayer de emoci¨®n y euforia al conocer las informaciones que llegaban de Sevilla. Mari ?ngeles corri¨® con su madre a comunicar la noticia a sus compa?eros de colegio y al resto de la familia. "?Ya me puedo llamar Mari ?ngeles Mart¨ªnez!". "Esperaba que la se?ora de Bormujos renunciara. Mari ?ngeles lleva mucho corrido y penado y ahora necesita amor", sentenci¨® el padre de acogida de la ya casi mujer.
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