Pugna por la herencia de un 'burgu¨¦s ilustrado'
La sala de actos de La Pedrera estaba llena a rebosar. El cartel hab¨ªa levantado expectaci¨®n. Con motivo de la celebraci¨®n del 25? aniversario de Converg¨¨ncia Democr¨¤tica (CDC), la Fundaci¨®n Ramon Trias Fargas sent¨® alrededor de la mesa a tres primeros espadas: Pasqual Maragall, Maci¨¤ Alavedra y Artur Mas. El objetivo era recordar la figura de Trias Fargas, uno de los l¨ªderes de Converg¨¨ncia, aunque proveniente del nacionalismo laico de Esquerra Democr¨¤tica."Ramon Trias supo leer los signos de los tiempos", dijo en la presentaci¨®n del acto el secretario general de Converg¨¨ncia Democr¨¤tica, Pere Esteve, en un tono casi conciliador. Pero los ponentes lo tomaron al pie de la letra y cada uno de ellos hizo su personal lectura del legado de Trias.
Maci¨¤ Alavedra, ex compa?ero de fatigas en Esquerra Democr¨¤tica, lo defini¨® como "la ortodoxia liberal que se ha acabado imponiendo". "?l era un nacionalista y un liberal y lo expresaba en un momento pol¨ªtico dominado por las ideas marxistas; han pasado los a?os y ahora su l¨ªnea la recomienda la OCDE y las econom¨ªas europeas, est¨¦n dominadas por liberales o socialistas". El ex consejero de Econom¨ªa rescat¨® al Trias liberal, pero tambi¨¦n al "burgu¨¦s ilustrado, al humanista que hab¨ªa le¨ªdo a los cl¨¢sicos" y al nacionalista radical que "ofrec¨ªa su colaboraci¨®n cordial con una Espa?a capaz de respetar los derechos nacionales".
En esa misma l¨ªnea del "liberal aut¨¦ntico" insisti¨® Pasqual Maragall, quien quiso hacer catequesis a sabiendas de que estaba en tierra de infieles. El l¨ªder de la oposici¨®n rescat¨® al Trias inc¨®modo para una Converg¨¨ncia i Uni¨® cada vez m¨¢s dispuesta a dar el s¨ª a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. "Trias quer¨ªa una Catalu?a fuerte, bien definida y que las negociaciones con Madrid las afrontaran conjuntamente socialistas y convergentes", dijo Maragall ante un auditorio en el que comenzaba a hacerse evidente alg¨²n que otro signo de incomodidad.
"Si el nacionalismo va a captar los votos de la derecha podemos tener una derecha pura y dura, nacionalista, y una izquierda poco nacionalista", seg¨²n la interpretaci¨®n de Trias que hizo Maragall, quien alert¨® sobre el peligro de divisi¨®n del pa¨ªs que ello comportaba.
El l¨ªder de la oposici¨®n tambi¨¦n quiso recordar al Trias que m¨¢s le atemorizaba, el que hab¨ªa sido su jefe en el servicio de estudios del Banco Urquijo. "El que me dijo cuando me fui a trabajar como economista Ayuntamiento de Barcelona: 'As¨ª que ahora, Maragall, visera y manguitos'", explic¨®. Ese era el Trias al que la lectura de los cl¨¢sicos griegos dio como armas la iron¨ªa y el sarcasmo, pero tambi¨¦n el liberal que "en cuestiones decisivas, a?os despu¨¦s, dec¨ªa que los catalanes deb¨ªamos ir juntos", concluy¨® un decidido Maragall.
Artur Mas, por su parte, glos¨® a otro Ramon Trias, el de la soberan¨ªa pol¨ªtica y la autonom¨ªa financiera. "Las banderas que levant¨®, a¨²n siguen en alto", concluy¨® el consejero de Econom¨ªa. Al acabar el acto, un dirigente de CDC sentenci¨®: "Hemos reunido al pasado, al presente y al futuro". No qued¨® muy claro que papel representaba cada cual.
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