Por un milenio sin pena de muerte
Quiero sumarme y solicitar adhesiones a la iniciativa de algunas organizaciones internacionales que trabajan en pro de la abolici¨®n de la pena de muerte como pr¨¢ctica aplicada por los Estados para sancionar ciertos delitos. Creo en que el derecho a la vida es uno de los que fundamentan la dignidad del hombre y que no es justificable responder al desm¨¢n de individuos y grupos que privan de la vida a otros con id¨¦ntico desm¨¢n protagonizado por el Estado, que deber¨ªa dar ejemplo de m¨¢s civilizaci¨®n.Por eso me adhiero a la iniciativa de varias organizaciones, la Comunidad de Sant Egidio, de inspiraci¨®n cat¨®lica; Moratorium 2000, Hands of Cain y Amnist¨ªa Internacional, en el sentido de hacer campa?a para que en el a?o 2000 se ponga fin de forma permanente a todas las ejecuciones. Se aboli¨® la esclavitud, se conden¨® la tortura, pero a¨²n queda la posibilidad de que el Estado le condene a uno a la muerte.
Es inhumano y, aunque haya pa¨ªses de relevancia que se resisten, algunos de gran influencia internacional como Estados Unidos, es ir contra corriente; es una demanda constante y creciente, sin duda, de la comunidad internacional. Fij¨¦monos en que los tribunales establecidos por el Consejo de Seguridad para condenar delitos tan graves como el genocidio, la limpieza ¨¦tnica, la exterminaci¨®n masiva y otros delitos graves cometidos en la exYugoslavia y en Ruanda excluyen categ¨®ricamente la pena capital.
Asimismo, las Naciones Unidas han reconocido que no hay datos que puedan demostrar que su uso disuade de cometer cr¨ªmenes de forma m¨¢s eficaz que otros castigos. ?La pena de muerte es un anacronismo! No seamos pasivos. Combat¨¢mosla.- Celia Peral Espina. Madrid.
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