Angelopoulos cree que en el mundo de hoy nos faltan muchos sue?os El director griego presenta en Espa?a su pel¨ªcula 'La eternidad y un d¨ªa'
Teo Angelopoulos (Atenas, 1935) asegur¨® ayer, en el curso de una visita rel¨¢mpago a Madrid para presentar su ¨²ltima pel¨ªcula, La eternidad y un d¨ªa, que en el mundo de hoy nos faltan muchos sue?os. "Es penoso escuchar que el ¨²nico sue?o que existe ahora es el de la Uni¨®n Europea", a?adi¨® el director griego. La eternidad y un d¨ªa gan¨® la Palma de Oro en Cannes en 1998, y narra el ¨²ltimo d¨ªa en la vida de un escritor.
Angelopoulos escribi¨® La eternidad y un d¨ªa para que fuera protagonizada por el actor Gian Maria Volont¨¦, pero el int¨¦rprete muri¨® cuando el director griego rodaba La mirada de Ulises; luego habl¨® con Marcelo Mastronianni para que ocupara su lugar, pero el actor cay¨® gravemente enfermo y falleci¨®. Cuando Angelopoulos se encontr¨® sin actor para el papel, un amigo le habl¨® de Bruno Ganz y sugiri¨® que viera la interpretaci¨®n que en esos momentos realizaba en un teatro parisiense en el papel de Ulises. "Me convenci¨® totalmente", asegur¨® el director, que lo retrat¨® "tal como es, con su gabardina y su barba, aunque ech¨® de menos su lado meridional".La eternidad y un d¨ªa se estren¨® el pasado d¨ªa 24 en Espa?a, y con ella el director griego cierra su trilog¨ªa sobre las fronteras, territoriales o amorosas, iniciada con El paso quedo de las cig¨¹e?as y La mirada de Ulises. Con 11 pel¨ªculas en su haber, el director griego reconoce que su cine no llega a tantos espectadores como a ¨¦l le gustar¨ªa. "Con 30 a?os de carrera cinematogr¨¢fica ha habido muchos cambios en mi relaci¨®n con los espectadores, pero hago m¨ªa la f¨®rmula de Borges cuando dec¨ªa que escrib¨ªa para ¨¦l y para sus amigos y que daba igual que fueran uno o veinte. 'Escribo para suavizar el tiempo que pasa".
La eternidad y un d¨ªa cuenta la historia de Alexandre, un escritor que se sabe condenado por una enfermedad incurable y efect¨²a un ¨²ltimo viaje de 24 horas, interior y f¨ªsico, en el que le acompa?a un ni?o alban¨¦s. Como en otras pel¨ªculas de este realizador, en el viaje de Alexandre se mezclan escenas del pasado, el presente y el imaginario. Como tema de fondo, Angelopoulos retrata el tambi¨¦n envejecimiento de los europeos y la masiva llegada de refugiados, ni?os, sobre todo, que son secuestrados y vendidos por las mafias albanesas. "Europa est¨¢ llena de refugiados y en los a?os que vienen la cifra va a aumentar de forma muy importante. La Europa de ma?ana ser¨¢ una Europa de refugiados y eso crear¨¢ problemas sociales, econ¨®micos y de criminalidad. Es importante que Europa resuelva cuanto antes este problema".
El director de El viaje de los comediantes reconoci¨® la influencia de Grecia en toda su carrera cinematogr¨¢fica. "Nac¨ª en una dictadura, con cinco a?os estall¨® la guerra en Europa, con nueve sufr¨ª la guerra civil en Grecia y mi familia luchaba en ambos bandos. Creo que eso me ha marcado hasta el punto de tratar de entender lo que significa ser griego hoy, y lo hago atravesando la historia, aunque tengo que reconocer que todav¨ªa no tengo respuesta".
Su cine se aleja de los c¨¢nones habituales, pero Angelopoulos parece sentirse c¨®modo en su faceta de creador solitario. "Hace falta valor para seguir adelante", reconoci¨® el realizador, que cit¨® como ejemplo de la "tristeza que nos invade" la reuni¨®n que mantuvo en Roma hace unos meses con directores de su generaci¨®n como Wenders, Bertolucci, Taviani y Rosi, en la que constataron c¨®mo el cine europeo es cada vez m¨¢s minoritario frente al que se hace en Estados Unidos. "Somos extranjeros en este paisaje cinematogr¨¢fico, pero creo que lo ¨²nico que puedo hacer ya es seguir mi carrera. Es demasiado tarde para cambiar, me quedan dos o tres pel¨ªculas y las voy a hacer desde mi ¨®ptica habitual, da igual que las vean uno o un mill¨®n de espectadores. Ser¨¢n las ¨²ltimas palabras del alma, antes de que ¨¦sta se aleje en barco".
Sobre la invasi¨®n del cine americano en las pantallas de toda Europa, el director de Paisaje en la niebla explica el ¨¦xito de las pel¨ªculas americanas en que no necesitan referencias para que el espectador las entienda. "Si veo una pel¨ªcula espa?ola o portuguesa necesito datos de los pa¨ªses para entender la pel¨ªcula, y yo no soy un espectador medio", apunta. "En Europa sabemos menos de nosotros mismos que lo que conocemos de la corta historia de Estados Unidos. Hasta la II Guerra Mundial hab¨ªa un equilibrio, que se rompi¨® al concluir la contienda. En mi pa¨ªs, el 90% de las pel¨ªculas que se proyectan son americanas y el 10% para las restantes".
El amor y la historia
Serio, enjuto, bajito, sin parar de fumar y ataviado con un traje y una corbata oscuros, el director Teo Angelopoulos se mostr¨® ante los periodistas como un personaje sacado de una de sus pel¨ªculas. Recit¨® incluso el poema que es el inicio de su pr¨®ximo filme cuando una periodista le pregunt¨® por las tres palabras que definir¨ªan la vida de sus personajes: "Mientras est¨¢bamos andando entre los ruidos de la multitud/ nos sorprendi¨® el silencio del ¨¢ngel/. Baj¨® sus alas para tocar el suelo y grit¨®: la ¨²nica utop¨ªa es la tercera ala". La tercera ala ser¨ªa, seg¨²n el director griego, lo extraordinario, lo milagroso y ser¨¢ tambi¨¦n el t¨ªtulo de su nueva pel¨ªcula, en la que narra una historia que empieza en Odesa en la Revoluci¨®n de Octubre y acaba al final del siglo. "La pel¨ªcula es la vida de dos ni?os que se conocen en esa ¨¦poca y que son separados por el momento hist¨®rico. La tercera ala cuenta c¨®mo el amor puede con todos los obst¨¢culos, hasta con los que pone la historia".
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