Estabilidad
La OPEP, el cartel que controla algo m¨¢s del 40% de la producci¨®n mundial de petr¨®leo, adopt¨® el martes por la noche un acuerdo para elevar la oferta mundial de crudo en 1,7 millones de barriles diarios. Una cantidad que, en teor¨ªa, y contando con el previsible descenso de la demanda de los pa¨ªses industrializados, ajusta el desnivel entre la oferta de petr¨®leo y el consumo de los pa¨ªses demandantes y contribuir¨¢ decisivamente, en opini¨®n de los expertos, a estabilizar los precios en una banda de entre 22 y 25 d¨®lares por barril, al menos hasta la pr¨®xima reuni¨®n de la organizaci¨®n prevista para el mes de junio. Por el momento, el precio del brent ha ca¨ªdo en m¨¢s de un d¨®lar en las 24 horas siguientes al acuerdo, hasta algo m¨¢s de 24 d¨®lares por barril.El mensaje de la estabilidad de los precios es el m¨¢s favorable que han lanzado los pa¨ªses productores reunidos en Viena. Est¨¢ claro que si este aumento funciona como espera el mercado, los pa¨ªses industrializados pueden olvidarse ya de los precios superiores a los 30 d¨®lares que se registraron en los dos primeros meses de este a?o. Por lo tanto, parte de las tensiones inflacionistas provocadas por el encarecimiento del petr¨®leo desaparecer¨¢n. Y ser¨ªa conveniente, en la b¨²squeda de esa mejor¨ªa de la inflaci¨®n, que los usuarios tambi¨¦n notaran en sus bolsillos lo antes posible esa rebaja, sin necesidad de esperar al oto?o, tal y como han adelantado las compa?¨ªas operadoras. De todas formas, el aumento de la producci¨®n es una noticia excelente para las expectativas de estabilidad de las econom¨ªas industrializadas.
Pero la cumbre de Viena ha emitido mensajes menos agradables. Uno de ellos es, de nuevo, la comprobaci¨®n de que el cartel petrolero se divide en dos grupos que cada d¨ªa que pasa tienen m¨¢s dificultades para acordar una posici¨®n com¨²n. El problema no ser¨¢ grave mientras no se produzca una ruptura que recorte la capacidad de representaci¨®n de la OPEP. Porque un mercado tan decisivo para la riqueza y prosperidad de los pa¨ªses consumidores de petr¨®leo necesita un interlocutor que responda ante el juego de presiones exteriores y coordine su actuaci¨®n global. Presiones que deber¨ªan excluir, en cualquier caso, el recurso sistem¨¢tico a la amenaza de sanciones, tan empleado por las autoridades estadounidenses y tan ineficaz en la mayor parte de los casos.
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