Jos¨¦ Antonio Garriga escribe una f¨¢bula sobre el valor del silencio 'El vendedor de rosas' es la tercera novela del autor

El escritor Jos¨¦ Antonio Garriga Vela (Barcelona, 1954) ha vuelto a congregar a los personajes del pasado en El vendedor de rosas (Destino), una suerte de f¨¢bula biogr¨¢fica en donde el autor rinde homenaje a la quietud y al silencio, dos cosas que, en su opini¨®n, se contradicen con la "excesiva din¨¢mica de la vida actual". "Por ello, me he planteado la quietud como finalidad en esta novela, porque la quietud permite el pensamiento".

Un personaje obsesionado por la quietud. As¨ª es el protagonista de El vendedor de rosas y as¨ª tambi¨¦n define su autor el oficio de escribir. "Un escritor es una persona que est¨¢ quieta", dice Garriga estableciendo el paralelismo, y a?ade: "Me gustan las profesiones en las que nada me agobie". Y, como su autor, el protagonista de su tercera novela tambi¨¦n se busca profesiones que le permitan abstraerse de su vulgar cotidianidad. "Intento confundir al lector con lo que es mi propia biograf¨ªa y lo que es inventado, es un juego superdivertido", afirma Garriga. El autor de Muntaner 38, obra galardonada con el Premio Ja¨¦n de Novela 1996, en la que describe, a partir de la visi¨®n de un ni?o, la Barcelona de los a?os cincuenta y sesenta, defini¨® El vendedor de rosas como "un cuento feroz sobre las bofetadas de la vida" en el que su protagonista, un aspirante a escritor, ¨²ltimo eslab¨®n de una familia dedicada a la quietud, intenta recuperar a trav¨¦s de la memoria los retazos de un amor contrariado y no correspondido.

Herencia de familia

La saga familiar se compone de un abuelo que ejerc¨ªa de don Tancredo en una plaza de toros; su padre, un guardagujas de tren en Barcelona, emigr¨® a M¨¢laga convencido de que en el sur el tiempo pasaba con mayor lentitud; un hermano que hace de muerto, y ¨¦l, un parado voluntario que se dedica a vender flores, a hacer de estatua en la puerta de un teatro, o lector de libros a una se?ora que no habla. "Quer¨ªa, de alguna manera, retratar cosas que pasaron a finales de siglo", dice Garriga. "El protagonista es alguien que observa el mundo desde su inmovilismo, y ese mundo forma parte de los dif¨ªciles a?os de la transici¨®n hasta el presente".

Para el escritor Pedro Zarraluque, la novela, que trascurre entre M¨¢laga y Barcelona, "es una novela con muchas novelas dentro. Es un poco como ramales que no llegan a ning¨²n lado". Y a?adi¨®: "Es una novela tratada con mucha habilidad y tristeza. No es milenarista, pero s¨ª de fin de milenio".