Prospectiva 2004 XAVIER BRU DE SALA
A¨²n no ha tomado posesi¨®n Aznar y no son pocos los que dan por descontado que el PP ganar¨¢ en el 2004, con Rodrigo Rato a la cabeza, y que a los socialistas les ir¨¢ peor que en el pasado 12-M. No lo hacen tanto por af¨¢n de profetizar como para ejemplificar una tendencia bien establecida en el presente: ni el PP ha tocado techo en su ascensi¨®n ni el duro suelo ha parado la ca¨ªda del PSOE. Nadie sabe qu¨¦ ser¨¢ del se?or Rato, pero todo el mundo entiende mucho mejor y m¨¢s deprisa la extrapolaci¨®n que la selecci¨®n de los trazos de fondo responsables de tales asertos. Adem¨¢s, ante este tipo de afirmaciones, que horripilan a los acad¨¦micos y son ciertamente temerarias, pocos son los que no descuentan autom¨¢ticamente el grado de riesgo para quedarse con el acierto subyacente. De todos modos, como conocer mejor que otros los par¨¢metros del futuro a medio o largo plazo confiere ventajas en el presente, es natural e incluso imprescindible efectuar proyecciones. ?Acertadas? ?Con qu¨¦ grado de fiabilidad?Me va a permitir el lector que rompa el habitual comedimiento en relaci¨®n con mi ego, habitualmente bajo control, y dedique unas pocas l¨ªneas a convencerle de que la fiabilidad de los p¨¢rrafos siguientes puede no ser nula. Recuerdo que, a finales del 98, el profesor Miquel Caminal me recrimin¨® en estas p¨¢ginas -no sin amabilidad- por haber osado escribir un art¨ªculo sobre los cinco personajes importantes del pospujolismo, en el que empezaba afirmando que est¨¢bamos ya entrados en el pospujolismo con Pujol -lo que reafirmo- y continuaba explicando que ser¨ªan Duran Lleida, Artur Mas, Maragall, Carod Rovira y Piqu¨¦. Obtener un tr¨ªo era entonces f¨¢cil, pero deducir que no ser¨ªan seis o cuatro y encima sacar el rep¨®quer ya no lo era tanto. Todos cometemos fallos, y m¨¢s quienes arriesgan, pero alg¨²n m¨¦rito debe de tener la predicci¨®n de que todo apuntaba a una mayor¨ªa absoluta del PP, publicada en esta p¨¢gina el d¨ªa antes de las elecciones. Ya s¨¦ que quedo mal recordando que fui el ¨²nico en Espa?a, pero en fin, ya me disculpar¨¢n, si quieren, por haber ca¨ªdo en la tentaci¨®n de colgarme la medalla en p¨²blico.
Armados con tan vol¨¢til bagaje, pasemos por 2003 antes de llegar a 2004. El calendario electoral marca las municipales y auton¨®micas para mediados de 2003 y las catalanas para fin del mismo a?o. A la luz de las tendencias actuales, es posible presumir que las auton¨®micas van a ser un desastre socialista completo o casi. El mapa electoral es bien claro y los feudos de Castilla-La Mancha y Extremadura tienen todas las de caer en manos del PP, claro vencedor ahora en ambas comunidades, por lo que los analistas har¨ªan bien en considerar a Bono y Rodr¨ªguez Ibarra no como h¨¦roes o resistentes, que no lo son, sino como moribundos pol¨ªticos en busca de salvadora ascensi¨®n. No se me antojan motivos por los que los electores de estas autonom¨ªas cambien de opini¨®n tan deprisa cuando acaban de decidir apuntarse a la fiesta del PP. ?Podr¨ªan mantenerse las fr¨¢giles y exiguas minor¨ªas de Arag¨®n y Baleares? ?Podr¨ªa darse el vuelco en Galicia, mediante una alianza PSG-BNG? Podr¨ªa. Sin embargo, el porcentaje de acierto aumenta si optamos por un mapa auton¨®mico casi por completo azul. Incluso en Euskadi el PP podr¨ªa estar en el Gobierno.
En cambio, es plausible vaticinar que el PSOE pueda recuperarse en las municipales (y el PSC mantener sus altos bastiones en Catalu?a), gracias al efecto tiempo, propiciador de la alternancia. Por las ciudades se inici¨® la marea alta del PP y por las ciudades empezar¨¢ el lento reflujo. ?Y en las europeas? Vayan ustedes a saber. Pues no. Por lo menos pueden apuntarse un par de cosas. Si funcionan como primarias, votos al PP. Si funcionan como ratificadoras de la pol¨ªtica espa?ola en la Uni¨®n, muchos m¨¢s votos al PP. El se?or Gonz¨¢lez se ha burlado hasta la saciedad y con escaso gusto del papel de Aznar en el mundo. Pues bien, dejando aparte que en Latinoam¨¦rica es superior al del propio Gonz¨¢lez, en primer lugar por el aumento del peso de Espa?a, el hecho de ser el ¨²nico l¨ªder conservador de peso en Europa le confiere al actual presidente un status de primera magnitud, que se incrementa hasta el liderazgo en el modelo econ¨®mico-social por su alianza ideol¨®gica con el brit¨¢nico Blair. El d¨²o Blair-Aznar est¨¢ estrenando un baile de onda larga y huella profunda que est¨¢ lejos de llegar a su cl¨ªmax. A ojos de Europa, la cumbre de Portugal ha sido anglo-hispana. Las propuestas de la pareja quedar¨¢n impresas, y no para mal, en el futuro modelo social europeo. De momento, s¨®lo cuenta con la oposici¨®n, matizada, de Jospin. Hablando en t¨¦rminos generales, los dem¨¢s est¨¢n a favor, incluso Emma Bonino. Pocas bromas pues.
Seg¨²n el calendario, el a?o 2003 terminar¨¢ con nuestras auton¨®micas. A poco que CiU pierda alg¨²n voto hacia la abstenci¨®n, hacia el PSC, el PP o a favor de ERC, el primer resultado va a ser el fin de una mayor¨ªa nacionalista en el Parlament. Hoy por hoy, operen o no, las matem¨¢ticas parlamentarias, que son lo que cuenta a la hora de gobernar, arrojan tres posibles mayor¨ªas. La transversal, defendida por Carod y luego por Maragall, de m¨¢s que dudosa aplicaci¨®n. La de derechas, sumando CiU y PP. Y la nacionalista, si ERC sustituye al PP. Pues bien, me atrevo a pronosticar que esta ¨²ltima dejar¨¢ de ser posible, aunque suba ERC. A?adir¨¦ que ser¨ªa, ser¨¢, la primera vez en la historia de Catalu?a que el nacionalismo es minoritario en el Parlament y dejar¨¦ los comentarios a tan importante novedad como deberes al lector. M¨¢s arduo es vaticinar si habr¨¢ mayor¨ªa de derechas o de izquierdas (ambas a la vez no son posibles). En principio depende de los socialistas, pero tambi¨¦n del PP. Los populares, a quienes siempre se les han resistido las auton¨®micas catalanas, pueden obtener un resultado abultado. ?Hasta el punto de contrarrestar el declive de CiU y propiciar un Govern de derechas? Es demasiado arriesgado responder. En principio, as¨ª parece. Aunque depende, repito, de los socialistas, pero no s¨®lo de los catalanes. Suponiendo que la minicrisis del PSC llegue a buen puerto y todos remen como posesos a favor de Maragall y al ex¨®tico ritmo de Maragall, har¨¢ falta adem¨¢s que Chaves se convenza de que el ¨²nico campo donde los socialistas pueden jugar a ganar en 2003 es Catalu?a. Si en las tensiones internas del PSOE se impone la l¨ªnea Madrid-Pa¨ªs Vasco, m¨¢s proclive al centralismo, la alternancia en Catalu?a ir¨¢ para largo. Si se produce un acuerdo estrat¨¦gico entre los socialistas andaluces y catalanes, el mapa de Espa?a puede cambiar. Tal vez despu¨¦s de 2008. Pero habr¨¢ empezado por Catalu?a antes.
Cuando haya modificaci¨®n de los par¨¢metros en los que me baso, cosa siempre posible pero poco probable, ya avisar¨¦. Pero aunque esta vez me hubiera salido un churro, no piensen que voy a dar la receta.
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