Derechos humanos a pie de calle
,La realidad de los derechos humanos se mide m¨¢s en el n¨²mero de locales que impiden la entrada a personas de otras etnias que en la aprobaci¨®n de documentos cargados de buenas intenciones que con frecuencia no se cumplen. Desde esta perspectiva, el Ayuntamiento de Barcelona ha abierto un vivo debate que pretende tender puentes con la sociedad civil con vistas a influir especialmente para que a los colectivos que m¨¢s dificultades encuentran en su vida cotidiana, como los inmigrantes o los discapacitados, entre otros, se les respeten sus derechos. De todo ello hablaron ayer los representantes de m¨¢s de un centenar de entidades c¨ªvicas barcelonesas convocados por la concejal de Derechos civiles, Roser Veciana. El reto que persiguen es encontrar nuevas v¨ªas de participaci¨®n ciudadana en un momento en que las existentes se perciben insuficientes.
Durante toda la ma?ana de ayer, un total de 150 personas en representaci¨®n de un centenar de entidades se distribuyeron en seis grupos de trabajo. Coincidieron en que cuando la Carta Europea de Salvaguarda de los Derechos Humanos en la Ciudad acabe su tramitaci¨®n no har¨¢ falta recurrir al Tribunal de Estrasburgo como ¨²ltima trinchera legal para hacer valer los derechos b¨¢sicos de la persona. Se habl¨® mucho de lo que implica hoy en d¨ªa "el derecho a una ciudad sostenible". Las aportaciones de los asistentes permitieron introducir m¨¢s de un centenar de nuevas enmiendas al texto inicial con la vista puesta en "revitalizar el estatuto de ciudadano" con todo lo que implica .
Pasar de las grandes definiciones sobre los derechos humanos a aplicarlos en el terreno no resulta f¨¢cil. As¨ª lo constataron las personas que asistieron ayer al foro de debate que vers¨® sobre la Carta Europea de Salvaguarda de los Derechos Humanos en la Ciudad. Sin embargo, el sentir un¨¢nime, al que se sum¨® con entusiasmo Veciana, es que vale la pena el esfuerzo si de lo que se trata es de impedir "que los acuerdos acaben siendo papel mojado".
Para pulsar la realidad de los derechos humanos, la mejor manera es bajar a ras de suelo, a nivel de calle y de barrio. A partir de ah¨ª es cuando, seg¨²n los portavoces municipales, se pueden dise?ar actuaciones concretas. El ejemplo que cita Veciana es aplicado en el complejo Marem¨¤gnum a ra¨ªz de las denuncias de algunos ciudadanos a los que se les impidi¨® acceder a alg¨²n establecimiento. En este caso, el Ayuntamiento comparece como acusaci¨®n particular. En otros puntos del territorio barcelon¨¦s como el Casc Antic, en el que conviven ciudadanos de distintas etnias, se dijo que la Administraci¨®n local puede hacer mucho por potenciar el intercambio cultural.
La ciudad vista como un organismo vivo que ofrece un gran abanico de posibilidades, pero que a la vez puede ser una m¨¢quina de exclusi¨®n social para los sectores m¨¢s vulnerables, centr¨® ayer buena parte de las reflexiones en voz alta que se hicieron. Francesc Casares, presidente de la Federaci¨®n Catalana de ONG por los Derechos Humanos, fue categ¨®rico al afirmar en la Casa Elizalde, donde se celebr¨® el acto, "que si el esquema filos¨®fico no se aplica sobre el terreno que pisamos, todo quedar¨¢ en una entelequ¨ªa que generar¨¢ frustraci¨®n". Otras voces, como la de Jos¨¦ Manuel Bandr¨¦s, presidente del Instituto de Derechos Humanos de Catalu?a, hablaron de la ciudad visible y de la invisible, as¨ª como de la b¨²squeda de nuevos canales y f¨®rmulas que permitan profundizar en la democracia participativa.
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