Viaje a Canossa
En el censo del PSPV no hab¨ªa siquiera dos militantes incontaminados para ejercer de mediadores, tal es el grado de descomposici¨®n al que han abocado esta federaci¨®n, otrora envidiada. Y por no haberlos, o estar tan afiladas las susceptibilidades, Madrid, es decir, el presidente de la Comisi¨®n Pol¨ªtica, Manuel Chaves, ha designado a dos propios para que le desbrocen el enredo y le propongan alguna soluci¨®n. Al parecer, no ten¨ªa alternativa. Por m¨¢s que Cipri¨¤ Ciscar le asegurase que el desmadre no era tal y que lo ten¨ªa personalmente controlado, el sevillano eludi¨® el cepo y ha preferido rehacer la casa desde los cimientos a partir de informaci¨®n de primera mano.A partir de ma?ana, dos de sus hombres, dos hombres buenos, habilitar¨¢n el confesionario y, ordenada y sucesivamente, oir¨¢n los desahogos de las distintas familias y facciones valencianas. Ciscaristas, lermistas, romeristas y el Movimiento por el Cambio, que integra a asuncionistas e Izquierda Socialista. Cabe suponer que alg¨²n confidente les haya improvisado un vadem¨¦cum para orientarse entre tanto personalismo y disidencia, pues ni las gentes del lugar alcanzamos a distinguir el meollo de esta bander¨ªa.
El tr¨¢mite -y merece ser as¨ª subrayado- ha sido acogido favorablemente por toda la feligres¨ªa. Coinciden unos y otros en que ¨¦ste tutelaje, por mortificante que se nos antoje, era la ¨²nica salida del conflicto. La aquiescencia m¨¢s o menos obligada revela cuanto menos la asunci¨®n de la propia impotencia para superar la crisis sin recabar ayuda. Que la terapia sea eficaz es algo que pronto se ver¨¢. Pero por lo pronto, esta suerte de viaje penitencial a Canossa es seguro que contribuir¨¢ a esclarecer las miserias que lastran el partido y la necesidad de recuperar la vieja tradici¨®n pactista, o de inaugurar una nueva.
Diligenciado que sea el turno de consultas, ya decidir¨¢n los de Ferraz (sede del PSOE) qu¨¦ prodigio o placebo conviene aplicar a este avispero. Por el futuro del partido, su dignificaci¨®n y la normalizaci¨®n de la vida pol¨ªtica valenciana -hu¨¦rfana de oposici¨®n hasta ahora- celebrar¨ªamos que prosperase el ¨¢nimo integrador y primase el consenso. Pero esto es m¨¢s f¨¢cil de decir que de ejecutar. Que se sepa, el ¨²nico punto en el que converge la inmensa mayor¨ªa es en la conveniencia de neutralizar a Ciscar y asimilar a sus leales. El ex secretario federal de Organizaci¨®n se ha convertido, parad¨®jicamente, en el elemento amalgamador de todas las dem¨¢s familias. Algunos de sus parciales m¨¢s belicosos ya han comenzado a tomar distancias para no quedarse descolgados en la recomposici¨®n de fuerzas que se perge?a.
Una vez establecidas las bases del di¨¢logo, preparatorio del pr¨®ximo congreso, los compa?eros tiene ante s¨ª una papeleta tanto o m¨¢s peliaguda que la de desmantelar el acoso ciscarista. Habr¨¢n de concordar el liderazgo del partido, y para ello ser¨¢ insoslayable que se armen de imaginaci¨®n y perspectiva porque al elegido le espera una larga traves¨ªa en la que se suceder¨¢n las derrotas electorales en la misma medida que se vaya ahormando el nuevo discurso. Y esta tarea no es delegable -queremos creer- en unos comisionados de los ¨®rganos centrales. Tendr¨¢n que echar mano de lo que tienen por m¨¢s que los candidatos posibles les resulten tiernos o novedosos. Los m¨¢s veteranos podr¨¢n recordar que ni Jos¨¦ Luis Albi?ana, ni Joan Lerma ten¨ªan un m¨¢ster pol¨ªtico cuando fueron promovidos a la Generalitat y a la secretar¨ªa general.
Pero esta papeleta no es para ma?ana. Lo que toca ma?ana es cantar la gallina ante los comisionados y liberarse de las inercias fratricidas para frenar y sobreponerse al rid¨ªculo en que est¨¢ sumido el partido, motivo de risitas y chirigotas por parte de la pimpante derecha. Y si todo falla, tranquilos: se refunda o se funde, que por ah¨ª debi¨® empezarse.
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