Un servicio a la democracia

El presidente Eduardo Zaplana dijo el mi¨¦rcoles pasado en Madrid ante un muy cualificado auditorio que "algunos no inauguraremos el AVE". El anuncio, a nuestro juicio, no necesita el concurso de los augures para ser entendido: el presidente se ha limitado a ratificar el compromiso de limitar a dos sus mandatos que expres¨® cuando opt¨® al gobierno de la Generalitat. Que ahora se susciten dudas entre sus propias huestes, y m¨¢s a¨²n entre sus adversarios, nos parece l¨®gico, dado lo ins¨®lito del caso. Muy pocos pol¨ªticos han sido capaces de renunciar al poder y su gloria cuando tienen en su mano todas las garant¨ªas para prolongarlo sin apenas merma de su solidez y sin que le obligue a ello precepto alguno, estatutario o constitucional. Le obliga ¨²nicamente su palabra, y eso es lo novedoso tanto como plausible, pues tal precedente, si se consuma, constituir¨¢ un serio impedimento para que sus sucesores, del color que fueren, se sientan tentados a enrocarse en el cargo. Quiz¨¢ el PP lo sufra en las urnas, pero es indudable que la democracia progresa y se robustece.