"Los profesores deben cobrar seg¨²n su rendimiento"
La revoluci¨®n de Tony Blair en la ense?anza va a toda m¨¢quina. Chris Woodhead, de 53 a?os, es el inspector jefe de las escuelas de Inglaterra. Un hombre pol¨¦mico por sus ideas en la aplicaci¨®n de esa revoluci¨®n y por su presunta arrogancia intelectual. Con seis a?os al frente de la inspecci¨®n, Woodhead ha conseguido enfrentarse a la crisis con rigor t¨¦cnico. Uno de sus logros, que cuenta con la reticencia de los sindicatos y parte del profesorado, ser¨¢ aplicado por el Gobierno a partir de septiembre: los maestros ser¨¢n remunerados seg¨²n su rendimiento.Pregunta. Como inspector jefe es admirado por unos y odiado por otros. ?Por qu¨¦?
Respuesta. La Office for Standards in Education (Ofsted) fue establecida en 1992 para identificar los problemas en las escuelas, acabar con el pasotismo y elevar la calidad de la ense?anza. Los profesores se mostraron esc¨¦pticos y resentidos respecto a nuestro trabajo, y esto significa que no hemos sido muy populares. Respecto al odio, ¨¦ste ha quedado reducido a una cierta admiraci¨®n porque la inspecci¨®n se lleva a cabo con rigor. Mi trabajo consiste en no mezclarme en el debate pol¨ªtico entre izquierda y derecha en materia de educaci¨®n. Creo que he expresado mis puntos de vista muy claramente, y esto me ha dado un perfil p¨²blico que no tuvieron los que me precedieron. Llevo seis a?os en el cargo, al que acced¨ª con los conservadores. Muchos esperaban que Blair me despidiera, pero cuento con todo su apoyo.
P. ?Por qu¨¦ su trabajo es tan pol¨¦mico y tan pol¨ªtico pese a su independencia?
R. Creo que en Inglaterra nuestros ni?os no han recibido la educacion que se merecen, puede que debido a la idea de que el trabajo del profesor es desarrollar la potencialidad del ni?o. Esto en cierto sentido es esencial, aunque yo creo que su trabajo es fundamentalmente asegurar que cada ni?o logre entender todo cuanto su inteligencia le permita respecto a la herencia cultural, la historia y el arte de su pa¨ªs. He desafiado a la opini¨®n general y esto me ha convertido en una figura controvertida. Los profesores deben ense?ar, algo que en Espa?a puede sonar obvio, pero quiero profesores que sean una autoridad en la materia que ense?en y puedan transmitir a los ni?os conocimiento y comprensi¨®n de las cosas que de otra manera no lograr¨ªan. Esto choca con mucha gente.
P. ?La crisis del sistema ha sido por falta de presupuesto o por maestros deficientes?
R. El Gobierno invierte mucho dinero en educaci¨®n. Yo creo que el problema fundamental, no s¨®lo en Inglaterra, es ideol¨®gico, intelectual. Se trata del concepto que tienen los profesores del oficio de ense?ar, y c¨®mo influye en su trabajo.
P. Usted despacha con el primer ministro o con el pr¨ªncipe de Gales, seg¨²n proceda, m¨¢s que con el ministro de Educaci¨®n.
R. El pr¨ªncipe de Gales tiene un gran inter¨¦s por los asuntos educativos y en ocasiones he tenido la oportunidad de hablar con ¨¦l sobre lo que est¨¢ pasando en las escuelas. Naturalmente, yo soy el inspector jefe de la reina y aqu¨ª tenemos la curiosa situaci¨®n de que finalmente la persona que me designa para el cargo es ella. Por tanto, no es extra?o despachar con el pr¨ªncipe de Gales. En cuanto a Tony Blair, tiene un gran inter¨¦s en el tema, porque la educaci¨®n es su prioridad n¨²mero uno.
P. Blair prometi¨® una revoluci¨®n en la educaci¨®n cuando accedi¨® a Downing Street.
R. Eso es lo que estamos haciendo, y la inspecci¨®n contribuye a ello. La revoluci¨®n, en cierto sentido, trata de fomentar b¨¢sicamente las expectativas de los ni?os, y especialmente las de los m¨¢s desfavorecidos que viven en n¨²cleos urbanos deprimidos.
P. A veces se critica que Inglaterra tiene un sistema clasista. Los pobres, a las escuelas estatales. Los ricos, a las privadas.
R. Eso es verdad. El 93% de nuestros ni?os van a las escuelas del Estado. Pero en ellas hay significativas diferencias. Algunas tienen ni?os procedentes de la clase media, de padres dispuestos a apoyar a sus hijos. Y hay otras en los n¨²cleos urbanos con enormes problemas sociales.
P. ?Es usted m¨¢s partidario de la escuela privada o de la p¨²blica?
R. En una democracia debe existir el derecho a escoger. Cualquier padre, si tiene dinero, puede decidir mandar a sus hijos a una escuela privada. Lo que la inspecci¨®n y el Gobierno tratan de conseguir es que la calidad de la ense?anza en las escuelas estatales sea comparable a la de cualquier buena escuela privada. Es cierto que hay escuelas privadas de gran prestigio, como Eton, Winchester, Harrow. Son escuelas magn¨ªficas. Pero tambi¨¦n las hay de menos categor¨ªa. No se puede decir que en Inglaterra todas las escuelas privadas sean maravillosas y las estatales un desastre. Eso no es as¨ª. Hay tambi¨¦n maravillosas escuelas estatales con un alto nivel de ense?anza.
P. ?Qu¨¦ proporci¨®n de chicos de las escuelas estatales logran acceder a la Universidad?
R. No tengo datos, pero puedo darle uno que encuentro muy preocupante. En la clase social 5, que en Inglaterra es la clase trabajadora, el porcentaje de chicos que consiguen ir a la Universidad es s¨®lo del 1%. Tenemos un largo camino que recorrer si queremos abrir la educaci¨®n superior a cualquier chico, con independencia de su procedencia social.
P. En Espa?a hay una universidad que paga en secreto a alumnos para controlar a sus profesores. ?Se hace algo similiar aqu¨ª?
R. ?Me imagino c¨®mo se sentir¨¢n los profesores! Eso es muy dif¨ªcil de hacer. Hay que ser prudente con este tipo de iniciativas. Cuando hacemos una inspecci¨®n hablamos siempre con los chicos, pero nunca les preguntamos directamente si su profesor es bueno o malo. Hacemos nuestra evaluaci¨®n de lo que hablamos, pero somos muy sensibles repecto a la posici¨®n de los profesores.
P. Eso contrasta con su idea de que al profesor hay que pagarle seg¨²n su producci¨®n.
R. Es lo que el Gobierno va a hacer. Y yo lo apoyo. Los buenos profesores deben ser premiados, pagados seg¨²n su rendimiento, se les debe compensar su habilidad como ense?antes. A m¨ª me parece que ¨¦ste es el camino correcto a seguir. El sistema ser¨¢ introducido en septiembre, al comienzo del nuevo curso. Es un tema muy controvertido y los sindicatos a¨²n est¨¢n recelosos. Pero pronto ser¨¢ rutina.
P. ?C¨®mo va a evaluar el trabajo de un profesor?
R. Hay establecidos criterios que definen la calidad del profesor cuando se inspecciona una escuela. Si el director del centro utiliza esos criterios no le ser¨¢ dif¨ªcil determinar el maestro que est¨¢ haciendo un buen trabajo y merece recompensa. Se deben tener en cuenta los alumnos con los que se trabaja. Habr¨¢ profesores que lo hagan con chicos brillantes, y ¨¦stos pueden tener muy buenos ex¨¢menes. Pero puede haber buenos profesores que tengan alumnos mediocres. Ser¨ªa un sistema falseado si la decisi¨®n de recompensar se basase cruda y simplistamente en los resultados de los ex¨¢menes. Yo digo: de acuerdo, miremos los resultados de los ex¨¢menes, pero tambi¨¦n el potencial de los chicos y la manera en que el profesor ense?a, la calidad de la ense?anza y la contribuci¨®n que realiza el profesor fuera de la escuela: si se practican juegos, si lleva a los chicos de viaje, si dedican su tiempo a la m¨²sica, el teatro, las artes en la escuela. Hay que mirar a la contribuci¨®n global del profesor. Esto es dif¨ªcil, pero no imposible.
P. ?Cu¨¢ntos inspectores tiene?
R. En mi oficina trabajan 220 personas a tiempo completo, pero ¨¦stas no son quienes realizan las inspecciones. Cada a?o decidimos qu¨¦ escuelas van a ser inspeccionadas y se contrata a gente de fuera para hacerlo. Con este sistema de contrataci¨®n privada hay unas 12.000 personas que trabajan a tiempo parcial. Tenemos en Inglaterra un total de 24.000 escuelas e inspeccionamos entre 5.000 y 7.000 al a?o.
P. Usted ha dicho que hay que ense?ar en la escuela principios fundamentales de moralidad. ?Acaso los ni?os tienen d¨¦ficit moral?
R. Los profesores ense?an lo que hoy llamanos moral social. La educaci¨®n espiritual y cultural es una de las secciones en las que se centra nuestra inspecci¨®n. ?ste es un importante aspecto de la educaci¨®n, m¨¢s all¨¢ de lo acad¨¦mico.
P. ?Estudian los ni?os religi¨®n?
R. S¨ª. Es una asignatura obligatoria. Hay seis religiones principales que son ense?adas en las escuelas. Y el prop¨®sito es que los chicos, cuando abandonen la escuela a los 16 a?os, salgan sabiendo algo de esas seis religiones como parte de la Inglaterra multicultural. La Iglesia de Inglaterra, la religi¨®n anglicana, es obviamente la principal religi¨®n, pero consideramos importante en el siglo XXI que los chicos conozcan algo sobre el islam y otras religiones.
P. ?Se ense?a tambi¨¦n educaci¨®n sexual?
R. Es tambi¨¦n una de las asignaturas que forman parte del curr¨ªculo del alumno. Los padres tienen derecho a sacar a sus hijos de estas clases de educaci¨®n sexual. El punto de vista del Gobierno, y yo creo que es el correcto, considera rid¨ªculo que los padres impidan a sus hijos recibir ese tipo de ense?anza. El profesor tiene un papel en esto. Es un tema controvertido en Inglaterra, como pone de manifiesto la secci¨®n 28 de la ley que regula la materia, seg¨²n la cual los profesores no deben promover la homosexualidad en la escuela. La palabra clave es "promover", y creo que muchos padres no quieren que la educaci¨®n sexual anime a los chicos a seguir un particular estilo de vida o sexualidad.
P. ?A¨²n existe el castigo corporal en las escuelas inglesas?
R. Est¨¢ prohibido, aunque no podr¨ªa decirle desde cu¨¢ndo, creo que por una directiva europea. Yo mismo prob¨¦ la vara cuando estaba en la escuela, en los a?os cincuenta y sesenta.
P. ?Y eso le corrigi¨®?
R. Creo que me dio lo mismo.
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