Una pir¨¢mide a 5.000 metros
M¨¢s que una aldea, Lobuche da nombre a tres barracones semidestartalados ubicados en una breve llanura a 5.000 metros sobre el nivel del mar. Lobuche es el pen¨²ltimo lugar donde uno puede descansar bajo techo, comer a la carta y despedirse de la civilizaci¨®n antes de acampar en el campo base sur del Everest. Lobuche es una an¨¦cdota, un sucio oasis que guarda, sin embargo, una peque?a joya. A escasos 10 minutos de la aldea, un desv¨ªo anuncia la existencia de un albergue (o lodge) de nombre pomposo: el 8.000 Inn. El albergue esconde el verdadero tesoro, ni m¨¢s ni menos que una sofisticada construcci¨®n de forma absolutamente piramidal tapizada exteriormente por paneles solares.
Realmente, all¨ª plantada entre la nieve, rodeada de monta?as de 6.000 o 7.000 metros, la pir¨¢mide parece extra¨ªda de una confusi¨®n relacionada con la escasa presi¨®n del ox¨ªgeno que aqu¨ª se respira (mismo ox¨ªgeno, pero a la mitad de la presi¨®n que conocemos a nivel del mar).
La Pir¨¢mide Cient¨ªfica de Lobuche es italiana y fue construida en 1990 a instancias de Ardito Desio, un cient¨ªfico italiano que dirigi¨® la primera expedici¨®n de su pa¨ªs al K2, en 1954. Ardito Desio cuenta hoy 104 a?os y, evidentemente, ha delegado el peso de las investigaciones en un equipo que a rachas cuenta con 30 miembros.
Inicialmente creada para realizar investigaciones fisiol¨®gicas sobre los esfuerzos en altura, la pir¨¢mide estudia hoy en d¨ªa tambi¨¦n la geolog¨ªa y el medio ambiente del lugar, el comportamiento del sue?o, la adaptaci¨®n de las ¨²ltimas tecnolog¨ªas a condiciones extremas o el comportamiento del cerebro humano en altura.
En un principio, el equipo cient¨ªfico dorm¨ªa, com¨ªa y trabajaba en la misma pir¨¢mide, de tres plantas y dotada con todo lujo de comodidades. La noche del 28 de abril, la temperatura exterior descendi¨® hasta 13? bajo cero; en la planta superior del edificio, dorm¨ªan a 30?.
Ahora, sin embargo, el 8.000 Inn les acoge y aprovecha la energ¨ªa generada por el sol y por un sistema auxiliar de energ¨ªa hidroel¨¦ctrica para calentar las habitaciones del albergue.Aqu¨ª, uno puede olvidar por una noche el claustrof¨®bico saco de pluma, apagar la luz y sentirse en casa.
Pietro es el primer operario en alcanzar Lobuche cada primavera. Lleva 11 a?os estudiando en la pir¨¢mide y, de paso, atendiendo las enfermedades y el mal de altura de los senderistas: "S¨®lo llevo aqu¨ª una semana y ya he atendido un edema pulmonar, un edema cerebral y un infarto. As¨ª no hay quien estudie", se queja. Pietro se?ala un par de bicicletas est¨¢ticas empleadas para realizar pruebas de esfuerzo. "Estas no las usan m¨¢s que los occidentales, puesto que los sherpas no saben andar en bici". Y se?ala a continuaci¨®n el tapiz rodante donde los sherpas corren y arrojan datos sorprendentes al ordenador.
El secreto
"Los sherpas no son m¨¢s fuertes, musculosos o resistentes que los occidentales", explica Pietro. "Su secreto es la adaptaci¨®n al medio, algo que fisiol¨®gicamente se traduce por una asimilaci¨®n perfecta del ox¨ªgeno".
Entre las conclusiones que barajan los cient¨ªficos de la pir¨¢mide, una interesa especialmente al equipo: ?por qu¨¦ se dan tantos accidentes por encima de los 8.000 metros? Los cient¨ªficos que habitan en la pir¨¢mide han llegado a la conclusi¨®n de que, en gran medida, los errores fatales est¨¢n m¨¢s relacionados con fallos del cerebro (poco oxigenado) que con el deterioro muscular. Es decir, perder la cabeza y desaparecer.
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