G¨¦rard Lauzier afirma que nunca fue un aut¨¦ntico dibujante de c¨®mic Su obra 'La carrera del rat¨®n' acaba de convertirse en pieza teatral

A sus 67 a?os, y a pesar de un resfriado maligno y una reciente paternidad, G¨¦rard Lauzier sigue en tan buena forma como cuando escribi¨® y dibuj¨® La carrera del rat¨®n, esa reflexi¨®n en formato de c¨®mic sobre la mediocridad contempor¨¢nea que acaba de convertirse en obra de teatro gracias a Dagoll Dagom. Si se le comenta que Cacao es bastante m¨¢s amable que el tebeo que la inspir¨®, Lauzier sonr¨ªe y asegura: "Es probable, pero tambi¨¦n yo soy m¨¢s amable y m¨¢s positivo que cuando dibuj¨¦ La course du rat a finales de los setenta".

Lauzier lleg¨® a los comics, al teatro (tres obras estrenadas) y al cine (una pel¨ªcula cada dos o tres a?os) casi por azar: "Debo mi carrera a los consejos de mis amigos. Empec¨¦ a dibujar chistes porque me lo aconsej¨® Georges Arnaud, el hombre que escribi¨® El salario del miedo y que muri¨® arruinado en Barcelona. El director de Lui me propus¨® hacer historietas argumentando que ten¨ªa mayores posibilidades narrativas que el chiste, y el hombre que me llam¨® para adaptar al cine La course du rat se convirti¨® en mi amigo, mi agente y mi productor. Me he metido en todo de una forma no premeditada".El ¨²ltimo ¨¢lbum de Lauzier, Portrait de l'artiste, data de 1992, y no parece que el hombre tenga prisa por volver al mundo del c¨®mic: "Es un trabajo muy solitario y, adem¨¢s, nunca fui un aut¨¦ntico dibujante. Yo dibujaba lo justo para poder explicar una historia, as¨ª que no lamento haber cambiado los tebeos por el cine. Adem¨¢s, dirigir es un oficio que se puede ejercer sin haberlo estudiado: en mi primera pel¨ªcula, el equipo t¨¦cnico me iba explicando las cosas a medida que avanzaba el rodaje... ?Volver a la historieta? ?Para qu¨¦? Y, sobre todo, ?para qui¨¦n? Por los motivos que sean, hemos perdido a los lectores que consideraban que los tebeos estaban al nivel narrativo de la novela o el cine. ?Qu¨¦ pinto en un mundo de superh¨¦roes americanos y mangas japoneses?".

La ¨²ltima pel¨ªcula de Lauzier no cumpli¨® las expectativas del productor: "Fue el filme m¨¢s caro de 1999 en Francia y no dio un duro. Se llamaba Le fils du fran?ais y era una historia de aventuras en Suram¨¦rica protagonizada por un ni?o y sus dos abuelas, papeles que interpretaban Josiane Balasko y Fanny Ardant. Fanny era una abuela guap¨ªsima, pero me temo que el p¨²blico no est¨¢ para historias de abuelas aventureras en decorados ex¨®ticos. Eso me obligar¨¢ a que la pr¨®xima pel¨ªcula sea m¨¢s barata, lo cual es algo a lo que debemos acostumbrarnos los europeos. Nunca tendremos los presupuestos de Hollywood. Cuando los norteamericanos rehicieron mi pel¨ªcula Mon p¨¨re, ce heros, cost¨® much¨ªsimo m¨¢s que la original... y para ellos era una producci¨®n barata de s¨®lo 18 millones de d¨®lares [unos 3.000 millones de pesetas]".

Su anterior producci¨®n, Le plus beau m¨¦tier du monde, se estren¨® en Espa?a en v¨ªdeo: "Era una historia ambientada en un arrabal siniestro sobre un profesor de los de ahora, de los que temen a sus alumnos. Ah¨ª tuve la idea para una pel¨ªcula que me gustar¨ªa rodar y que trata de la tendencia de los europeos en general y de los franceses en particular a quejarse. En Francia, los ricos se quejan de no serlo bastante; los pobres, de no llegar a fin de mes... Un amigo brasile?o vino al rodaje y me dijo que nuestros arrabales son hoteles de cinco estrellas comparados con sus favelas. Ten¨ªa raz¨®n, claro".