Mill¨¢s y Bradlee abren la nueva colecci¨®n de Ediciones EL PA?S El escritor espa?ol presenta sus columnas como literatura
Libros objeto, o casi, en tapa dura y edici¨®n muy cuidada, con textos de periodistas y articulistas. ?sa es la f¨®rmula de Ediciones EL PA?S, una colecci¨®n que se desgaja de Aguilar para resaltar su vocaci¨®n period¨ªstica. La nueva iniciativa fue presentada ayer, en la Asociaci¨®n de la Prensa de Madrid, por Jes¨²s Ceberio, director del diario, y Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, columnista, que inaugura la colecci¨®n con una selecci¨®n de art¨ªculos y reportajes procedentes de distintas publicaciones. Mill¨¢s, hilarante, consider¨® el periodismo pura literatura.
Mill¨¢s hizo toda una exhibici¨®n de humor y surrealismo en la presentaci¨®n de su libro recopilatorio de art¨ªculos, que sale a la calle de la mano con la reedici¨®n de La vida de un periodista, las memorias del ex director de The Washington Post Ben Bradlee, que fueron publicadas hace cuatro a?os en El PA?S-Aguilar. La nueva colecci¨®n proseguir¨¢ en unas semanas con la selecci¨®n de art¨ªculos de Manuel Vicent, que presenci¨® divertido la exposici¨®n de un Mill¨¢s que trat¨® de quitarse importancia, y lo logr¨® a base de provocar carcajadas en el auditorio. Primero, explic¨® que el t¨ªtulo del libro, Cuerpo y pr¨®tesis, lo toma de un reportaje escrito para El paseante -tambi¨¦n se recogen textos de los diarios del grupo Prensa Ib¨¦rica y de la revista Jano-. Enseguida, procedi¨® a hablar de cuerpos y de pr¨®tesis.
Serio y circunspecto, como si estuviera escribiendo sobre la marcha tres o cuatro columnas de las suyas, Mill¨¢s encendi¨® su m¨¢quina de surrealismos para denunciar esa obsesi¨®n general que consiste en no parar de hablar del cuerpo, "como si hubiera escasez". Dijo que hablamos tanto del cuerpo y lo ense?amos tanto que parecemos "un manco hablando de su nueva pr¨®tesis americana". Cont¨® que ¨¦l toda la vida hab¨ªa estado rodeado de gente "muy corporal". Afirm¨® que "el coche es la pr¨®tesis por excelencia", y sugiri¨® que quiz¨¢ en un tiempo remoto sufrimos la amputaci¨®n del cuerpo, y que probablemente lo que tenemos ahora es la pr¨®tesis de aquello que nos amputaron, porque todo lo hacemos "a imagen y semejanza" del cuerpo: "El armario de tres cuerpos, pero tambi¨¦n la escritura, que respira bien o mal, y est¨¢ suelta o estre?ida".
Periodismo y literatura
Mill¨¢s tambi¨¦n habl¨® de animales, y confes¨® que el insecto, "bicho tecnolog¨ªa punta", es su modelo para la columna de tres p¨¢rrafos (cabeza, t¨®rax y abdomen); despu¨¦s explic¨® que su mirada trata de preguntarse si no ser¨¢ m¨¢s importante el huevo que la gallina. Finalmente, se puso serio. O casi. Tras agradecer "el cors¨¦ de 32 l¨ªneas" que tiene su columna -"los cors¨¦s permiten experimentar mucho"-, neg¨® que haya fronteras entre periodismo y literatura: "Incluso para cubrir la rueda de prensa del Consejo de Ministros de los viernes, que es el acto m¨¢s zarrapastroso posible, el periodista hace literatura. Va, ve, y luego lo cuenta tratando de darle un sentido, un significado. Es lo mismo que hace el escritor: seleccionar". El peri¨®dico es un "artefacto literario", una met¨¢fora de la realidad, concluy¨®: "Es una falacia que eso sea la realidad. La prueba es que luego va la gente y cada uno se hace su peri¨®dico".
Antes, Jes¨²s Ceberio hab¨ªa definido el libro de Bradlee como el relato de los ¨¦xitos, los fracasos, los errores y las derrotas de un director que lleg¨® al periodismo por azar, y que, mediante "una combinaci¨®n de dedicaci¨®n y suerte", convirti¨® su peri¨®dico en uno de los mejores del pa¨ªs, incluido un acierto m¨ªtico: destapar, publicar y llevar hasta el final el caso Watergate que, tras dos a?os de terribles presiones por parte del Partido Republicano, provoc¨® finalmente, en agosto de 1974, la dimisi¨®n de Richard Nixon.
Bradlee no se escabulle, record¨® Ceberio, y no olvida narrar una de las peores situaciones imaginables para un director: el diario publica con enorme despliegue una gran historia sobre una ni?a heroin¨®mana, la periodista gana el Pulitzer con ella y pocas semanas despu¨¦s se desvela que la historia es absolutamente falsa. En cuanto a Mill¨¢s, "otro periodista seguramente llegado al oficio por azar", Ceberio destac¨® su facilidad para sorprender al lector con su humor surrealista desde la ¨²ltima p¨¢gina, y su capacidad para resultar, desde la irrealidad, "m¨¢s real que la primera del peri¨®dico". "Sin pretender escribir de lo m¨¢s importante, acaba escribiendo de lo que m¨¢s nos importa", dijo.
Babelia
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