Jornada espa?ola
Volvi¨® Antoni Ros Marb¨¤ al frente de la Sinf¨®nica de RTVE, de la que fue uno de sus primeros maestros titulares. Y con ¨¦l reconocimos el bello y entra?able sonido que cultiva el director catal¨¢n con extraordinaria sensibilidad muscial y ac¨²stica. Qued¨® muy claro en la Sinfon¨ªa n? 41, J¨²piter, de Mozart, dif¨ªcil y magistral, situada ya en los aleda?os del gran Beethoven sin dejar de ser puro, intenso y perfecto Mozart. Ros Marb¨¤ canta Mozart, como lo contaba su primer maestro, el inolvidable Eduardo Toldr¨¢, y trabaja los programas profundamente y con alto rigor. Escuchar la sinfon¨ªa J¨²piter en la versi¨®n serena, bien estructurada, melanc¨®lica o casi scherzante, constituye una experiencia art¨ªstica de la mejor ley. Y esto lo consigue Ros Marb¨¤ de modo admirable, lo que justifica las grandes ovaciones recogidas en el Monumental de un p¨²blico atento y desprejuiciado.La primera parte supon¨ªa una atenci¨®n doble a lo espa?ol. Se revis¨® una p¨¢gina escrita por Jos¨¦ Peris Lacasa (Maella, 1924) para Fr¨¹hbeck de Burgos y la Orquesta Nacional, quienes la estrenaron en 1970. Se trata de Saeta, pre¨¢mbulo para orquesta con intervenci¨®n del cantaor Jos¨¦ Menese. En realidad, el trabajo sinf¨®nico prepara y resuelve el ambiente emocional para el viejo canto popular religioso, lo que el autor logra con eficacia en todo momento hasta ceder el punto culminante de expresi¨®n y significaci¨®n al canto solitario de la saeta andaluza, jonda, ensimismada. La obra de Peris lleg¨® a la audiencia con matices aut¨¦nticos y ausencia de parafernalia folclor¨ªstica, pues el mismo lamento de la saeta aparece a la vez como culminaci¨®n y como ra¨ªz explicativa de todo el discurso musical. Fue muy aplaudida y el compositor salud¨® en uni¨®n de sus excelentes int¨¦rpretes.
Orquesta de RTVE Director: Antoni Ros Marb¨¤
Solistas: M. V. Espejo, clarinete, y L. Ll¨¢cer, viola. Obras de Peris Lacasa, Bruch y Mozart. Teatro Monumental, Madrid, 6 de abril.
Aunque se tratara de una pieza concertante del alem¨¢n Max Bruch (Colonia, 1838-1920), la escrita para clarinete y viola, en 1911, supon¨ªa una atenci¨®n a dos j¨®venes valores espa?oles: los valencianos Llu¨ªs Ll¨¢cer y Vicente Espejo. La p¨¢gina, de un romanticismo rezagado evidente, no alcanza la altura del Concierto en sol nenor o la menos interesante Fantas¨ªa escocesa, pero permite el lucimiento de los solistas. Tanto el viola Lu¨ªs Ll¨¢cer como el clarinetista Miguel Vicente Espejo tocaron con sonido muy bello, t¨¦cnica dominadora y un impulso vivificante que en el tiempo central se aquiet¨® para mostrarse comedidamente l¨ªrico, pues el arte de Bruch se basa sustancialmente en el lirismo y el sosiego. Integrados en los conceptos de director y protagonistas, aportaron cuanto de mejor tienen, que es mucho. Y el ¨¦xito fue t¨®nica de toda la jornada.
Babelia
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