Ecuaciones en la cumbre
Cuando Josep Borrell fue ministro de Obras P¨²blicas del Gobierno socialista ten¨ªa fama de fr¨ªo y rotundo en sus decisiones. Expon¨ªa sus tesis desapasionadamente pero con firmeza inexpugnable. Ayer, en la Universidad de Alicante, Borrell desvel¨® parcialmente el secreto de su seguridad. Estaba construida sobre c¨¢lculos muy complejos que le llevaban a dar con soluciones que resultaban perfectas vistas con ojos matem¨¢ticos y cuestionables bajo la ¨®ptica del juego pol¨ªtico.Borrell pronunci¨® ayer la lecci¨®n inaugural del curso Matem¨¢ticas en el mundo real, con el que la Universidad de Alicante pretende demostrar que esta ciencia tan abstracta puede ser ¨²til en campos en principio tan lejanos de ella como las humanidades y el arte. Matem¨¢ticas en las decisiones pol¨ªticas fue el t¨ªtulo de una ponencia estructurada en torno a ejemplos extra¨ªdos de su labor como ministro de Obras P¨²blicas y como secretario de Hacienda.
Con 12 a?os, Borrell despachaba en la panader¨ªa de sus padres y estudiaba cuando no hab¨ªa clientela. Observ¨® que hab¨ªa horas de mucha afluencia y horas en las que nadie se acercaba al mostrador. "Trac¨¦ un diagrama de frecuencias -imag¨ªnense el monstruito que era entonces- y le mostr¨¦ los resultados a mi madre. Le dije: el 90% de las ventas se concentran en dos horas. No hace falta que abramos ocho y as¨ª yo puedo irme a jugar", cont¨®. Su madre le dio la raz¨®n, pero le dijo que si s¨®lo abrieran esas dos horas no ir¨ªa nadie a comprar, "porque la gente necesita saber que puede comprar a cualquier hora aunque siempre venga a la misma".
As¨ª aprendi¨® que las matem¨¢ticas puras y duras no sirven si no se tienen en cuenta las restricciones que impone la realidad. Es una regla a seguir cuando se mezclan con la pol¨ªtica. Es un juego de ponderaciones. "Las matem¨¢ticas pueden ayudar a decidir en base a juicios de valor que previamente se hayan adoptado", afirm¨®.
Entre 1986 y 1992, Josep Borrell y su equipo en Hacienda adoptaron modelos de programaci¨®n lineal para resolver la financiaci¨®n de las Comunidades Aut¨®nomas y establecer los fondos de compensaci¨®n territorial. Hac¨ªan sus c¨¢lculos y llegaban a la reuni¨®n con los consejeros de cada territorio con una soluci¨®n. "Es la mejor posible y eso es indiscutible", anunciaba Borrell. Si determinados consejeros modificaban los par¨¢metros en beneficio de sus regiones, los valores de los c¨¢lculos de Borrell tambi¨¦n cambiaban y surg¨ªa una soluci¨®n id¨®nea diferente que perjudicaba a otras comunidades, y as¨ª sucesivamente. "Aquel di¨¢logo entre las decisiones pol¨ªticas y las matem¨¢ticas fue uno de los mejores ejemplos de la confluencia de ambos campos", recuerda.
Las matem¨¢ticas son muy ¨²tiles en pol¨ªtica, y as¨ª las defendi¨® Borrell, pero tambi¨¦n puede hacerse un uso perverso de ellas. Los socialistas acordaron ceder el 15% del IRPF a cada comunidad aut¨®noma como parte de su financiaci¨®n. El PP lo critic¨® desde la oposici¨®n, pero cuando gobern¨® hizo un pacto para que la cesi¨®n ascendiera al 30%. Los socialistas no entend¨ªan c¨®mo no se pod¨ªa estar de acuerdo con un porcentaje de 15 puntos pero s¨ª con uno de 30. La clave estaba tambi¨¦n en las matem¨¢ticas: el PP cort¨® el crecimiento del IRPF y aument¨® el de los impuestos indirectos, con lo que las comunidades aut¨®nomas no salieron beneficiadas con aquella medida, sino que hicieron un mal negocio.
Josep Borrell hizo gala de la iron¨ªa lacerante que es una de sus se?as de identidad. "A veces se hace ostentaci¨®n de la ignorancia. Yo perd¨ª un debate en el Parlamento porque utilic¨¦ la expresi¨®n derechos devengados, que conoce cualquier contable, y provoqu¨¦ muchas carcajadas. El auditorio no s¨®lo no sab¨ªa, sino que no ten¨ªa el m¨¢s m¨ªnimo inter¨¦s en saber", dijo.
M¨¢s comedido se mostr¨® el ex ministro ante las preguntas de los periodistas sobre la actual situaci¨®n del PSOE. Quiz¨¢ sea esa una ecuaci¨®n con demasiadas inc¨®gnitas que despejar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.