Un vecino en los huesos
"Cuando quitaron la basura de encima del esqueleto, el cr¨¢neo se separ¨® del cuerpo y sali¨® rodando". Rafael Montes, presidente de la comunidad de propietarios del inmueble n¨²mero 21 de la calle Mayor, recordaba ayer el momento del macabro hallazgo. Un operario de una empresa de limpieza hab¨ªa descubierto la osamenta completa de un var¨®n, el pasado mi¨¦rcoles, en una buhardilla del edificio situado a un tiro de piedra de la Puerta del Sol. En el chisc¨®n de al lado vive desde hace un mes Luis, un indigente abulense de 39 a?os que sol¨ªa trabajar de alba?il en Madrid.El esqueleto estaba sepultado bajo un enorme mont¨®n de basura de m¨¢s de un metro y medio de altura. Luis no se hab¨ªa percatado de la presencia del huesudo vecino. Ni por el olor. "No sab¨ªa que ah¨ª hab¨ªa un muerto porque nunca entr¨¦ en esa habitaci¨®n", asegur¨®, al tiempo que mendigaba en plena calle Mayor, apenas a cinco metros del portal del inmueble. "En esa habitaci¨®n no se pod¨ªa entrar... la basura llegaba hasta el techo", a?adi¨® el indigente. "Los huesos llevaban a?os bajo la basura y estaban pelados, no ten¨ªan ni un gramo de carne del hombre que un d¨ªa fue", a?adi¨® Montes.
El an¨®nimo esqueleto era el cuarto inquilino de la quinta planta del edificio. Fue un desconocido para sus vecinos durante a?os. Ni siquiera Pedro sab¨ªa de su existencia. Este vecino, de 62 a?os, es el que m¨¢s a?os lleva en ese ¨²ltimo piso del inmueble. Pedro es un alba?il jubilado que cobra una peque?a pensi¨®n por invalidez. "Se cay¨® del andamio y se peg¨® un golpe en la espalda. Desde entonces no puede levantar peso", explic¨® ayer Julia, de 43 a?os, su compa?era sentimental. Julia es una indigente que vive con Pedro desde hace 10 a?os.
La buhardilla donde se produjo el macabro hallazgo tiene un n¨²mero cuatro pintado en la puerta, a brocha gorda, de color blanco. "En ese apartamento viv¨ªa una familia hace ya muchos a?os", recuerda Pedro. "La madre muri¨® atropellada en la calle, enfrente del portal", a?adi¨®. "El hijo era un borracho y el padre nunca sacaba la basura. La tiraban en ese cuarto y por eso hay esta peste", afirm¨®.
Al entrar en la vivienda, el olor era f¨¦tido. Apestaba. Tanto que el cuerpo dejaba de respirar por acto reflejo. El hedor no ven¨ªa del esqueleto, sino de los desechos acumulados durante a?os. El suelo estaba alfombrado por una capa de desperdicios de todo tipo. Hab¨ªa hasta jeringuillas. Algunos drogadictos se colaban en el edificio y sub¨ªan a esa buhardilla a drogarse, seg¨²n comentaron varios vecinos del inmueble. En la entrada de la casa hay marcas de hogueras y dos nombres escritos con sangre en la pared: Mikel y ?ngel.
Montes afirm¨® ayer que desde que cambi¨® la cerradura del portal e increment¨® la seguridad del edificio, en las pasadas Navidades, ya no entran indigentes. S¨®lo Luis.
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