El bienestar 'navegable'
Las toneladas de basura pueden convertirse en la medida m¨¢s fiable del bienestar y la demograf¨ªa. Y en Castell¨® d'Emp¨²ries los basureros trabajan duro. El pasado mes de febrero recogieron unas cantidades de porquer¨ªa (a 1,3 kilos por habitante y d¨ªa) que desmienten el censo oficial, de unos 6.470 habitantes, y permiten aventurar que en el municipio residen actualmente m¨¢s de 13.000 personas. La cifra ascender¨¢ en paralelo a las temperaturas y en agosto se situar¨¢ en torno a las 80.000 personas: ser¨¢ una de las mayores concentraciones humanas de las comarcas de Girona. El pueblo de Castell¨® d'Emp¨²ries debe su espectacular despegue econ¨®mico a la urbanizaci¨®n tur¨ªstica de Empuriabrava, su gallina de los huevos de oro.En 1965 el municipio dej¨® de dar la espalda al mar y empez¨® la construcci¨®n de una de las mayores marinas residenciales de Europa, a poco m¨¢s de un kil¨®metro del pueblo. Una treintena de picapedreros gallegos tallaron los bloques que compondr¨ªan los 46 kil¨®metros de canales navegables. Espl¨¦ndidas viviendas unifamiliares, cuidados jardines y una barca a la puerta de casa. Sin parang¨®n. Sus moradores son, sobre todo, los jubilados de la Europa opulenta que buscan el sol y una econom¨ªa en la que sus divisas se revalorizan. Menudean los alemanes de pelo plateado, car¨¢cter reservado y nulo inter¨¦s hacia la lengua y la cultura del pa¨ªs de acogida. "Vienen aqu¨ª como a un parque tem¨¢tico: navegaci¨®n, tenis, bicicleta...", asegura una empleada de un restaurante.
Gracias al turismo, Castell¨® d'Emp¨²ries ha conseguido generar una floreciente econom¨ªa en la que se desconoce el paro. M¨¢s del 15% de la poblaci¨®n empadronada es extranjera. El alcalde, Xavier Sanlleh¨ª, al frente de Unitat de Progr¨¦s Municipal (UPM), una formaci¨®n local que gobierna gracias a un pacto con el PP, niega que el pueblo nade en la abundancia y asegura que la estacionalidad tur¨ªstica falsea los estudios econ¨®micos. El alcalde constata que el crecimiento tur¨ªstico les ha obligado a crear estructuras de gran ciudad.
El presupuesto municipal de este a?o es de 2.318 millones. Existe un dispensario municipal (medicina general, pedriatr¨ªa y ginecolog¨ªa). Para consultar a otros especialistas de la sanidad p¨²blica hay que acercarse al centro sanitario de Roses (a 5 kil¨®metros) o al hospital de Figueres (11 kil¨®metros). En ambos casos hay transporte p¨²blico. Castell¨® d'Emp¨²ries tambi¨¦n dispone de una escuela de m¨²sica, una escuela de primaria y otra de secundaria, una guarder¨ªa municipal, una biblioteca, ocho c¨¢mpings, 221 bares y restaurantes, tres museos, once bancos, cuatro m¨¦dicos privados y dos veterinarios. El tejido asociativo es denso.
El aer¨®dromo, con la pr¨¢ctica del paracaidismo, es otra fuente de riqueza importante. Adem¨¢s, en verano se llega a las 3.500 embarcaciones, equipar¨¢ndose casi al n¨²mero de autom¨®viles. Pero por encima todo, en Empuriabrava (la zona del municipio m¨¢s poblada), destaca un efervescente mercado inmobiliario en el que los ¨¦xitos se codean con los fracasos. El crecimiento no se detendr¨¢: el ayuntamiento est¨¢ dispuesto a crear m¨¢s suelo urbanizable.
La educaci¨®n no queda al margen del bienestar. El instituto de secundaria que se inaugurar¨¢ el pr¨®ximo curso estar¨¢ entre los mejores de Catalu?a y permitir¨¢ dejar los actuales barracones. Su director, Santi Puig, lo califica de "incre¨ªble". Dispondr¨¢ de tres laboratorios, aulas de m¨²sica, de inform¨¢tica y de audiovisuales. Con un 15% de poblaci¨®n extranjera, el centro es como una especie de ONU. Hay alemanes, marroqu¨ªes, franceses, belgas, rusos, polacos, hondure?os o filipinos. Y sin excesivos problemas de integraci¨®n, aunque el fracaso escolar es de un 40%. Puig cree que la riqueza quita est¨ªmulo al estudio: muchos alumnos saben que a los 16 a?os tienen un puesto laboral asegurado.
Los Mercedes metalizados que recorren las luminosas avenidas de Empuriabrava se cruzan a menudo con las desvencijadas motocicletas de los magreb¨ªes que ocupan el escalaf¨®n m¨¢s bajo de la boyante econom¨ªa tur¨ªstica. Trabajan como jardineros, basureros, peones o pinches de cocina. Los africanos, en cambio, se dedican a las actividades agr¨ªcolas, que a¨²n sobreviven. Los inmigrantes son la constataci¨®n del esplendor econ¨®mico. A pesar de que hasta el momento no han existido graves conflictos raciales, hay inquietud entre los comerciantes ante la llegada de inmigrantes. "Aqu¨ª lo que hace falta es un Gil", proclama una adinerada propietaria de varios establecimientos al tiempo que se queja de la inseguridad, las drogas y la "mala gente". Opiniones similares y con tintes racistas abundan entre los sectores m¨¢s pudientes.
Un agricultor jubilado que aprovecha la le?a de las cunetas recuerda que hace 30 a?os muy pocos pensaban que Empuriabrava pudiera salir a flote. "Vend¨ªan por 300.000 pesetas parcelas que ahora valen 40 millones y la mayor¨ªa pens¨¢bamos que nos quer¨ªan tomar el pelo", dice. Entonces, la urbanizaci¨®n se defin¨ªa como "una idea de so?adores y poetas por encima del l¨ªcito fin mercantil". Con los a?os, la vena po¨¦tica de Empuriabrava se ha ido disolviendo: el fin mercantil parece haber ganado la partida.
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