El angole?o Waldemar Bastos canta a la esperanza de un pa¨ªs devastado "que llora por la guerra" El compositor presenta hoy en Madrid su disco 'Pretaluz', editado por David Byrne
Naci¨® en uno de los pa¨ªses m¨¢s ricos y m¨¢s devastados de ?frica: Angola. Tuvo que huir de casi 40 a?os de guerras y el exilio le llev¨® hasta Lisboa. Su m¨²sica delicada y luminosa suena a fado, canci¨®n brasile?a y rumba congole?a. Waldemar Bastos, que ha publicado Pretaluz en el sello de David Byrne, con producci¨®n de Arto Lindsay, y participa con una de sus canciones en el ¨²ltimo disco de la portuguesa Dulce Pontes, act¨²a hoy en Madrid.
El ¨¦xito de Cesaria Evora tiene la culpa de que se hayan revalorizado las m¨²sicas de las antiguas colonias portuguesas en ?frica. "Hab¨ªa comenzado en Angola una penetraci¨®n del zouk antillano que estaba anegando nuestras tradiciones", dice Waldemar Bastos (S?o Salvador do Congo, 1954), que interpretar¨¢ sus canciones esta noche en el teatro de La Abad¨ªa. "Una corriente negativa que lleg¨® a abarcar todo el ?frica lus¨®fona. Cesaria ilumin¨® esa penumbra que tanto me aflig¨ªa". El compositor angole?o, que se enorgullece de bisabuelo espa?ol, canta a la necesidad de tener esperanza. "Siempre he cre¨ªdo posible un futuro mejor para el ser humano. Y debemos luchar por ello", afirma. Viene de un pa¨ªs devastado: hasta 1974, por una guerra colonial contra el Portugal del dictador Salazar; luego, por m¨¢s de veinte a?os de conflicto civil entre el gubernamental MPLA -apoyado por la URSS y Cuba- y la guerrilla de UNITA -aliada de la Sur¨¢frica racista y financiada por la CIA-. "Fueron asesinados muchos artistas que ten¨ªan el coraz¨®n del pueblo en la mano", cuenta. En 1982 se refugi¨® en Europa.
Sin opciones
"Yo no era militante marxista, pero viajaba con las embajadas culturales a los pa¨ªses del Este y a Cuba. Cuando me preguntaban si ten¨ªa alg¨²n disco m¨ªo me sent¨ªa mal. Llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que no hab¨ªa opciones para m¨ª en mi pa¨ªs. All¨ª dentro me mor¨ªa". Primero se fue a Berl¨ªn, a casa de unos amigos, y despu¨¦s puso rumbo a Brasil. En Angola hab¨ªa conocido a Chico Buarque: "Le llam¨¦ al llegar a R¨ªo de Janeiro y me ayud¨® a grabar mi primer disco. El respeto de los m¨²sicos brasile?os por mi trabajo me hizo sentir mucha gratitud. Dios escribe recto con renglones torcidos y puso tambi¨¦n en mi camino a David Byrne", asegura.
"Compr¨® el disco en Lisboa y, tras escucharlo en su apartamento de Nueva York, averigu¨® d¨®nde viv¨ªa yo gracias a un periodista portugu¨¦s".
Byrne incluy¨® uno de aquellos temas en el recopilatorio Afropea 3: Tellin stories from the sea, y le ha grabado Pretaluz (Luz negra), disco con producci¨®n de Arto Lindsay: "Las canciones est¨¢n tal como las compuse. ?l s¨®lo las enriqueci¨® con sutileza e inteligencia". Hace unos meses, Waldemar Bastos aport¨® su voz y la canci¨®n Velha Chica al ¨²ltimo disco de Dulce Pontes, y dentro de unos d¨ªas viajar¨¢ a Brasil para actuar junto a la cantante portuguesa y Caetano Veloso.
Paradoja
En la car¨¢tula del luminoso Pretaluz comenta que su m¨²sica surge de una paradoja: "Soy un m¨²sico profesional que apenas ha estudiado m¨²sica; un africano que grab¨® su primer elep¨¦ en Am¨¦rica del Sur; un artista de un pa¨ªs que llora por la guerra, cuyos temas principales son la paz y el optimismo...".
En Sofrimento, aquel ni?o que renunci¨® por navidad a una bicicleta -el sue?o de todos los chiquillos del lugar donde viv¨ªa- a cambio de unas clases de m¨²sica, canta para exorcizar las penas: "Por qu¨¦ tanto dolor si somos hermanos...".
Desde 1992 no ha regresado a Angola. "Ya pas¨¦ mucho sufrimiento", confiesa quien estuvo en la c¨¢rcel durante el periodo colonial, "y no me siento suficientemente seguro. La situaci¨®n s¨®lo ha cambiado en apariencia".
De la ¨²ltima vez que estuvo en Luanda -fue a buscar a su madre- guarda un recuerdo emotivo: "Un empleado del hotel, un hombre humilde, me reconoci¨® y me dijo: 'Por favor, Waldemar, c¨¢ntenos algo'. En ?frica no s¨®lo hay ritmo; tambi¨¦n hay mensaje en las canciones".
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