Regreso triunfal de Jes¨²s Gil
El presidente rojiblanco inici¨® su jornada a las 10.45 y la finaliz¨® en el Calder¨®n entre ovaciones
El palco del Vicente Calder¨®n, vac¨ªo durante tantas jornadas, rebos¨® anoche. Volvi¨® el presidente a ocupar su poltrona y arrastr¨® a la familia en pleno, que estaba all¨ª para respaldarle. Tambi¨¦n figur¨® una buena representaci¨®n de la otra familia, la atl¨¦tica, con sus directivos, que incluso tuvieron tiempo de celebrar un consejo de administraci¨®n una hora antes del encuentro. Tampoco faltaron jugadores veteranos como Rivilla, Jos¨¦ Luis Cap¨®n, G¨¢rate...Fue un palco con reuni¨®n familiar en el que se not¨® la ausencia de cualquier representante institucional, tanto del deporte como de cualquier otro organismo. Incluso se pudieron echar en falta las consabidas pancartas cantando el retorno de Gil. S¨®lo un par de min¨²sculas pancartas se pod¨ªan observar con esfuerzo en la fr¨ªa noche de los grader¨ªos del Calder¨®n. En una de ellas, se pod¨ªa leer: "Gil siempre estar¨¢ aqu¨ª". La otra, colocada en el fondo sur, dec¨ªa: "El Atleti es de Primera; jugadores vencer o morir".
El Atl¨¦tico recuper¨® ayer el estilo Gil. Despu¨¦s de cuatro meses de administraci¨®n judicial, Jes¨²s Gil volvi¨® a su despacho de presidente en estado puro. A las 10.45 se present¨® en el Calder¨®n despu¨¦s de recoger en la Audiencia Nacional el auto judicial por el que recuperaba las riendas del club. Retorn¨® a su despacho con la parafernalia que siempre le ha acompa?ado. "He dado muchos abrazos y algunos besos", cont¨®.
Los jugadores se entrenaban desde las once sobre el c¨¦sped del Calder¨®n con la consigna de que al final del trabajo pasar¨ªan por el despacho del presidente. Volv¨ªa la rutina, aunque en las oficinas se respiraba un clima de incertidumbre. A las 12.20, Luis Manuel Rub¨ª, el administrador judicial hasta el martes, abandonaba el Vicente Calder¨®n acompa?ado de sus ayudantes Miguel Juane y Fernando Elvira. Gil no los vio. Se despidi¨® de ellos su hijo Miguel ?ngel, director general del club.
Jes¨²s Gil no quiere ni que se le mencione el nombre de Rub¨ª. "Ha sido una pesadilla", asegura. "?Se quiere quedar conmigo?", respondi¨® el presidente cuando en la conferencia de prensa se le plante¨® si alg¨²n d¨ªa invitar¨ªa al administrador judicial a presenciar alg¨²n partido del Atl¨¦tico. Mientras las se?oras de la limpieza sacaban brillo al palco del Calder¨®n, vac¨ªo ¨²ltimamente y que pocas horas despu¨¦s ocupar¨ªa Gil, el presidente recibi¨® en su despacho al entrenador, Radomir Antic, durante 15 minutos. Despu¨¦s, a la una de la tarde, en el despacho presidencial, se present¨® la plantilla. "Ha sido una conversaci¨®n de amigos, de viejos guerrilleros", explic¨® Gil tras una hora de reuni¨®n. "Hemos hablado fuerte", confes¨®. El presidente reconoci¨® que "quiz¨¢s" se equivocara al decir, tras el partido con el Deportivo, que algunos jugadores no se hablan con el entrenador. "Remover esta historia no nos lleva adelante", explic¨® Gil.
Pasadas las dos de la tarde, Jes¨²s Gil recuper¨® su estilo mitinero en una conferencia de prensa. "Tardaremos a?o y medio o m¨¢s en restablecer la normalidad econ¨®mica del club", asegur¨® con un rictus de resignaci¨®n. Su principal objetivo es ahora recuperar la motivaci¨®n de los jugadores y de la afici¨®n. S¨®lo en la ma?ana de ayer la recaudaci¨®n por venta de entradas del partido contra el Bar?a super¨® los 25 millones.
El presidente del Atl¨¦tico intent¨® desbloquear el estado an¨ªmico de los jugadores. "En estos cuatro meses han estado hablando con una pared [por el administrador judicial]. Esta ma?ana han tenido la oportunidad de echar todo lo que ten¨ªan dentro y se han liberado del trauma que nos llevaba a la ruina. Me han dicho: 'Esto se ha acabado. Ahora vamos a jugar al f¨²tbol'. Tenemos la Copa y seis finales [por los partidos de Liga que restan]", declar¨® el presidente.
Jes¨²s Gil retom¨® igualmente una costumbre perdida: comer con los dirigentes del rival de turno, en este caso del Barcelona, en el restaurante del Vicente Calder¨®n. Anunci¨®, adem¨¢s, que tiene la intenci¨®n de viajar con el equipo en las tres salidas que le restan en la Liga. Baje o no el equipo, Gil no quiere retener en el club a ning¨²n jugador a la fuerza. As¨ª se lo dijo: "No quiero enga?ar a nadie. Por eso no podr¨¦ obligar moralmente a ninguno de mis hombres a jugar en Segunda".
Gil, finalizado el partido, se mostr¨® un hombre feliz y contento. "Hoy hemos visto un equipo distinto, luchador, y le hemos dado a la aficci¨®n un triunfo", asegur¨®. "Si no hubiese sucedido lo de ayer , hoy hubi¨¦semos perdido. Y reconoci¨®: "Me he emocionado; he visto a las limpiadoras llorar, a los trabajadores llamarme presi...".
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