Audiencia p¨²blica para la paz
"?ste es el ¨²nico sitio que nos queda; el ¨²nico donde tenemos posibilidad de que nos escuchen", dijo a este peri¨®dico un hombre de 40 a?os que lleg¨® a Villa Nueva Colombia para participar de la segunda audiencia p¨²blica, la primera abierta a los colombianos de la calle, dentro de las negociaciones de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Lleg¨® con otros tres desempleados. En las caras y las l¨¢grimas que se asoman cuando cuentan su historia se ve la angustia que cargan por no tener c¨®mo alimentar a sus hijos.No fueron los ¨²nicos que atravesaron medio pa¨ªs, con dinero recolectado entre amigos y parientes, en busca de una esperanza: "Ya sufrimos lo m¨¢s, podemos aguantar lo menos", dijo Godofredo, un anciano de 60 a?os que despu¨¦s de 27 horas en autob¨²s durmi¨® all¨ª mismo, esperando su turno para contarle a Gobierno y guerrilla el drama de los que como ¨¦l viven en tugurios (ranchos de latas y telas).
Minutos antes de empezar la jornada, transmitida a todo el pa¨ªs por radio y televisi¨®n, apareci¨® Manuel Marulanda, Tirofijo, el legendario comandante guerrillero de 72 a?os. Sonriendo, alz¨® las manos para dar la bienvenida a los participantes y responder a los aplausos con que fue recibido. "Como siempre, estoy aqu¨ª para participar en este proceso; vengo a o¨ªr lo que dice la gente". Y se sent¨® a un lado junto al alto comisionado de paz y el comandante Ra¨²l Reyes. "?sta es la contribuci¨®n de la gente al proceso", dijo al salir del auditorio un rato despu¨¦s.
Cincuenta ciudadanos colombianos hablaron en la audiencia de ayer. Siguiendo las normas establecidas, cada uno tuvo cinco minutos para expresar su propuesta para generar empleo. Pero como ocurri¨® en la primera, cuando hablaron empresarios y sindicalistas, el auditorio sin paredes de Villa Nueva Colombia -una aldea de San Vicente del Cagu¨¢n, epicentro de los 42.000 kil¨®metros de la zona de distensi¨®n- se convirti¨® en un lugar de desahogo, y al lado de las propuestas -cambio del modelo neoliberal, el fin a las privatizaciones, generaci¨®n de empleo a trav¨¦s de la construcci¨®n de vivienda social...- hubo quejas y dramas individuales.
Jorge Cortez, desplazado de la provincia del Huila, pidi¨® a los sectores armados respetar a la poblaci¨®n civil, y al Gobierno que apoye a los m¨¢s de dos millones de desterrados de la violencia para generar empresas familiares.
Una delegaci¨®n de las madres de los 520 soldados y polic¨ªas prisioneros de guerra en manos de las FARC llegaron tambi¨¦n a esta Villa Nueva Colombia en busca de una esperanza. El pasado fin de semana, seg¨²n informaci¨®n oficial, l0 de ellos se escaparon y el comandante Mono Jojoy dio la orden de "ejecutar" a los fugitivos. "Venimos a saber si es verdad o no; el Mono Jojoy es el que puede decirlo; si es as¨ª, pedimos que les respeten la vida", dijo a EL PA?S Luz Ruiz. Esta mujer lleva, como todas estas madres, la foto de su hijo Alberto, de 20 a?os -secuestrado hace a?o y medio-, estampada en su camiseta blanca. La guerrilla exige una ley de canje permanente que permita el intercambio de estos soldados por insurgentes hoy en prisi¨®n. "Pedimos a Colombia que no se olvide de estos soldados", se le¨ªa en el cart¨®n que trajeron las madres.
Falta ver en la pr¨¢ctica qu¨¦ resultados tienen estas audiencias. El comit¨¦ tem¨¢tico, con representantes de las FARC y el Gobierno, tiene ahora la tarea de procesar todo lo que se diga en estas audiencias para dar un informe a la mesa de negociaci¨®n. El padre Jorge Mart¨ªnez, de la Conferencia Episcopal, se siente optimista: "A medida que pasen los d¨ªas y nos vayamos serenando y el comit¨¦ tem¨¢tico empiece a analizar cada uno de estos puntos, vamos a llegar a un acuerdo".
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