Vuelve el drama al Manzanares
El M¨¢laga, con Rufete y Movilla a la cabeza, dio un repaso al Atl¨¦tico, que s¨®lo pudo conseguir el empate a ¨²ltima hora
Cuatro d¨ªas despu¨¦s de dispararse una euforia casi incontrolable, el Atl¨¦tico retorn¨® a la cruda realidad. Frente a un excelente M¨¢laga, sac¨® un empate dram¨¢tico que apenas le sirve de nada. Se agota el calendario y el descenso se antoja cada vez m¨¢s pr¨®ximo. El Atl¨¦tico dispone de un escas¨ªsimo margen de maniobra, de ah¨ª la desolaci¨®n que provoc¨® el resultado en el Manzanares.El pesimismo se agrand¨® por la expulsi¨®n de Hasselbaink, frustrado despu¨¦s de su error en el lanzamiento de un penalti que parec¨ªa trascendental. Hasselbaink no se recuper¨® del fallo y pag¨® su abatimiento con una actuaci¨®n decepcionante. Su previsible ausencia por sanci¨®n puede resultar devastadora para el Atl¨¦tico, cuya dependencia de Hasselbaink ha sido notoria.
ATL?TICO 2M?LAGA 2
Atl¨¦tico: Molina; Gaspar (Hugo Leal, m.67), Santi, Gamarra, Toni Mu?oz (Luque, m.62); Aguilera, Baraja, Valer¨®n (Paunovic, m.70), Solari; Kiko y Hasselbaink.M¨¢laga: Contreras; Rojas (Musampa, m.83), Roteta, Larrainzar, Valcarce; Ruano, De los Santos, Movilla, Rufete; Dar¨ªo Silva (Luque, m.77) y Catanha. Goles: 1-0. M.5. Valer¨®n, tras un despeje fallido de Rojas. 1-1. M.36. Rufete se aprovecha de un fallo de Gamarra y marca con la izquierda. 1-2. M.51. Catanha bate a Molina tras un contraataque. 2-2. M.81. Solari fusila desde cerca a Contreras tras el rechace de una falta lanzada por Hasselbaink. ?rbitro: Alfonso P¨¦rez Burrull. Expuls¨® a Hasselbaink por lanzar una patada a un rival (m.89). Amonest¨® a Solari (m.66), Ruano (m.24), Larrainzar (m.63), Roteta (m.69) y Rufete (m.73). Incidencias: Unos 45.000 espectadores en el estadio Vicente Calder¨®n.
En las cuestiones puramente futbol¨ªsticas, el equipo volvi¨® a su lamentable estado, preso de defectos que estuvieron a punto de costarle la derrota. No le falt¨® entusiasmo, ni desesperaci¨®n para rebelarse contra la amenaza de la derrota, pero el M¨¢laga le dio un repaso en un partido intenso, de juego racheado, sin tregua.
La tarde vino a confirmar la trayectoria de los dos equipos en la Liga. Desbordante de adrenalina, el Atl¨¦tico no consigui¨® maquillar la sensaci¨®n de debilidad que transmite en cada encuentro. Nada cotiza m¨¢s bajo que la defensa, empe?ada en fracasar frente a cualquier rival. Gamarra dio el cante en varias jugadas, y muy especialmente en el primer gol del M¨¢laga. Cometi¨® todos los errores posibles: se qued¨® por detr¨¢s de la l¨ªnea defensiva, habilit¨® a tres rivales y fall¨® en el despeje. Pero si alguien lo pas¨® mal, fue Gaspar, abrumado por el sensacional Rufete. Gaspar no le ha cogido el punto al puesto de lateral, de manera que se produjo un debate espont¨¢neo en el Manzanares sobre la calidad de Rufete. Se puede discutir si Gaspar le ayud¨® o no en su partidazo, pero el caso es que Rufete jug¨® a lo grande por el costado izquierdo. Su repertorio fue espectacular. H¨¢bil, ingenioso, veloz y directo, Rufete se elev¨® como la mejor expresi¨®n de un equipo que super¨® al Atl¨¦tico en casi todas las cuestiones.
Dos llegadas explosivas en el arranque del partido vinieron a explicar las intenciones del M¨¢laga. Lleg¨® para ganar y no le importun¨® el grav¨ªsimo error de Rojas en el primer gol del Atl¨¦tico. Aquel bal¨®n corr¨ªa sencillo para Contreras, que sali¨® confiado de la porter¨ªa. Rojas se ofusc¨® y despej¨® hacia adentro, contra la ley. Sin el portero enfrente, Valer¨®n emboc¨® la pelota. Estall¨® la fiesta en el Manzanares, todav¨ªa bajo los efectos de la victoria frente al Barcelona. Luego el penalti a Solari, alegremente concedido por el ¨¢rbitro: el derribo se produjo fuera del ¨¢rea. Hasselbaink fall¨® el lanzamiento y all¨ª gir¨® bruscamente el partido.
Ruano, Catanha y Rufete comenzaron a salir como flechas. En el caso de Rufete, cada una de sus incursiones provocaba el temblor de la defensa del Atl¨¦tico. Por detr¨¢s, Movilla rivaliz¨® en importancia con Rufete. Movilla, que no hace mucho ten¨ªa que ganarse la vida en la recogida de basura, comienza a hacerse un nombre en el f¨²tbol espa?ol, siempre hospitalario para los cl¨¢sicos volantes centrales. Futbolista de decisiones sensatas e inteligentes, Movilla dirigi¨® el juego del M¨¢laga con una comodidad asombrosa. A su lado, el s¨®lido De los Santos actu¨® con oficio. Entre los dos, conquistaron el medio campo y lanzaron a sus rapid¨ªsimos delanteros.
Los goles del M¨¢laga fueron la consecuencia de una superioridad incontestable. En el Atl¨¦tico todo era esfuerzo y confusi¨®n. S¨®lo Aguilera hac¨ªa da?o en sus carreras por la banda derecha. En estos tiempos dif¨ªciles para su equipo, Aguilera se ha resistido hasta lo imposible a caer en el abandono. Todo lo contrario. Pocas veces se le ha visto tan pujante en su juego, y hasta sereno para resolver situaciones que parecen dif¨ªciles de solucionar en el estado de tensi¨®n del Atl¨¦tico.
Solari se uni¨® a Aguilera en el rescate del equipo local. En los momentos de mayor desesperaci¨®n, Solari no se achic¨®. Cuando Antic puso toda la artiller¨ªa, con Hugo Leal y Luque por Gaspar y Toni, Solari tuvo v¨ªa libre para aparecer por todas las zonas del campo. Con un coraje excepcional, se adue?¨® del centro del campo, empuj¨® al equipo y protagoniz¨® los ¨²ltimos minutos con un tiro al palo y el gol del empate. Insuficiente, en todo caso, para un equipo que regresa a su dram¨¢tica realidad.
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