Cinco minutos y hasta ma?ana

No hablar, no discutir, no mirar atr¨¢s. Una charla de cinco minutos y al entrenamiento. No queda m¨¢s tiempo. Ni siquiera para torturarse en el div¨¢n con nueve d¨ªas de abril t¨¦tricos. Medio p¨¦rdida la Copa, con la Liga muy dif¨ªcil tras su derrota en Oviedo -otra vez recibi¨® tres goles en contra- el Bar?a se propuso ayer superar su estado de conmoci¨®n y pensar s¨®lo en el Chelsea (3-1, en la ida). Los azulgrana se jugar¨¢n ma?ana a cara o cruz toda la temporada. "Necesitamos juntar las fuerzas y unidad para vencer este partido", dijo Dani, el delantero suplente, convertido en el portavoz del equipo, el jugador que mostr¨® m¨¢s ganas, m¨¢s entusiasmo y m¨¢s pundonor. Todo un s¨ªntoma. El vestuario intenta una ¨²ltima reacci¨®n para aguantar el a?o. Necesita marcar al menos dos goles y no encajar ninguno. El reto es enorme porque parece que cualquier rival es capaz de golear por tres al Bar?a.El balance vuelve a ser propio de un colista: cuatro derrotas consecutivas, doce goles encajados -a tres por partido- y s¨®lo un gol a favor. El Chelsea abri¨® en Londres una racha nefasta, impropia de un equipo que aspiraba a todo hace quince d¨ªas, que manten¨ªa el pulso por la Liga con el Deportivo, que presum¨ªa de ser el ¨²nico imbatido en Europa -era el favorito de las casas de apuestas brit¨¢nicas- y que daba por sentado llegar a la final de Copa tras deshacerse del Atl¨¦tico. Diez d¨ªas han convertido al Camp Nou en un desierto. S¨®lo queda el gol de Figo en Londres para la ¨²ltima oportunidad. "?C¨®mo vamos a estar despu¨¦s de cuatro derrotas? Estamos an¨ªmicamente mal. Hay que pensar en el Chelsea. Ya hablaremos de todo esto despu¨¦s del martes", insisti¨® Figo. Y, entre ellas, no pudo evitar algo: insinu¨® que el Bar?a hab¨ªa sido perjudicado por los ¨¢rbitros desde que fue acusado de ser favorecido por los mismos en M¨¢laga (1-2). Pensaba en el penalti en contra que le se?alaron al Bar?a en Oviedo. Frank de Boer no toc¨® con la mano el bal¨®n. "De eso tambi¨¦n tendremos que hablar", apunt¨®.

Pero nadie quiso escudarse en las excusas. El di¨¢logo est¨¢ m¨¢s roto que nunca. Louis Van Gaal, t¨¦cnico del Bar?a, consciente del agotamiento ps¨ªquico que sufren sus jugadores, opt¨® ayer por una mini charla, m¨¢s corta incluso que si hubieran goleado en Oviedo. Despu¨¦s del 3-0 del Atl¨¦tico dijo que a veces era mejor callar. Quiz¨¢s sabe que ya no puede convencer a sus jugadores. "Somos los primeros en saber en la situaci¨®n en la que estamos. Hemos hablado much¨ªsimo estos d¨ªas y hemos vuelto a perder. Sobran las palabras. S¨®lo queda ganar o ganar", abund¨® Dani. Tras la derrota en Oviedo, Guardiola, el capit¨¢n, expres¨® su certeza de que iban a superar la eliminatoria. No hay m¨¢s soluci¨®n que esa para atraer ma?ana al Camp Nou a la afici¨®n, consternada e irritada ante el desplome.

El p¨²blico s¨®lo ha visto en casa la derrota ante el Mallorca -los otros tres partidos se jugaron lejos del Camp Nou- y opt¨® de forma abrumadora por abandonar las butacas cuando el equipo isle?o logr¨® el tercer gol. "Saldremos a ganar", dijo Figo, "y espero que la gente comprenda la situaci¨®n, que sea tolerante y nos ayude". Fue un mensaje directo a la afici¨®n, que suele ser fiel los d¨ªas duros. Al menos eso sucedi¨® la noche del Oporto cuando el estadio se llen¨® pese a que el Bar?a llegaba de ser zarandeado en el Bernab¨¦u. Y es tambi¨¦n otro mensaje claro a Van Gaal para que olvide reproches, deje de se?alar culpables y levante castigos como el de Kluivert. El equipo abandon¨® Londres hace dos semanas convencido de que el Chelsea pagar¨ªa el esfuerzo f¨ªsico de las grandes dimensiones del Camp Nou. Stamford Bridge es demasiado peque?o. Pero la plantilla admite que el Bar?a solo transmite sensaci¨®n de fragilidad y que sufre una par¨¢lisis cuando encaja un gol. Y que no ofrece mucha seriedad encadenar nueve victorias para tirarlo todo en cuatro d¨ªas por la borda. Y que le acechan las dudas. S¨®lo as¨ª se entiende que Figo afirmara que quiz¨¢s ser¨ªa mejor ceder la iniciativa, para luego confesar que el Bar?a no sabe jugar al contraataque. Y acab¨® con otra ambig¨¹edad. No se quiso pronunciar cuando abord¨® la tibia reacci¨®n del equipo en Oviedo cuando jug¨® con tres defensas en lugar de cuatro: "Es subjetivo. El rival baj¨® tambi¨¦n el nivel. Pero me llegaron muchos balones y me sent¨ª m¨¢s c¨®modo".