AS? HABLA... La Semana Santa andaluza Y el verso se hizo barroco
El concentrado de tradiciones que estos d¨ªas recorre el territorio andaluz tiene su reflejo m¨¢s directo en el habla de la gente. Un habla barroca, sensorial, llena de ponderaciones superlativas, de diminutivos, de un l¨¦xico espec¨ªfico, exacto, que resucita de su sue?o anual. El l¨¦xico de la pollinica y de los tronos en el oriente, la borriquita y los pasos, en occidente. Mil minuciosas manualidades entretienen a miles de personas alrededor de la cera, la palma, los encajes, los bordados, la orfebrer¨ªa, la talla, la reposter¨ªa...Del programa Andaluc¨ªa Directo, de Canal Sur TV, los d¨ªas 11 y 12 de abril, tomamos las siguientes muestras: Ehte a?o ¨¦h nuevo pa loh d¨® (una madre sevillana, en San Gonzalo); hay que pag¨¢ lah medaya, tieneh que pagahle el cirio, lah varita, loh capirote, lah sandalia, loh ehparto, lah t¨²nica, bueno... Yo ya no quiero ni hac¨¦ cuenta...(unas 50.000 pesetas, los dos nazarenitos) pero, vamoh, yo ehtoy mu contenta de que sargan loh d¨®. La bordadora: Tan bonito que yo creo que una persona la veh t¨² con una mantiya y eht¨¢h viendo m¨¢h o meno como una vihen (virgen), por lo menoh para m¨ª.
Otro har¨¢ preciosas distinciones entre el encaje de blonda y el shantiy¨ª, que tambi¨¦n s'usaba en Francia... y luse much¨ªsimo. La colocaci¨®n de la mantilla es todo un arte: la voy a pon¨¦ como tradisionalmente se debe de pon¨¦. Pliegues por aqu¨ª, pliegues por all¨¢, horquiyah y peinesiyoh sin cuento. Como media hora, y no me ehtoy recreando, advierte. En el ehcaparate d'un comersio se conjuntan crucifijo, bordados en oro, una calavera y unas flores, nadie sabe c¨®mo.
Un repostero se emboba ante su propia obra de complejos dulzores, aunque el paladar parece lo de menos: Se v¨¦ que ¨¦h presioso, dice. Las mujeres de Ojuelos Altos, una aldea de C¨®rdoba, le sacan brillo a candelabros, navetas, incensarios, y el blanquea¨® de la ieglesia, precisa: yevaboh una semanita buena, s¨ª.
Otros preparan el Juda, un mu?eco de paja. Luego lo corgamoh en un palo y tor que quiera va a pegahle tiroh con unah'copeta. En Huelva capital, en una sola hermandad, alrededor del muy barroco trenzado de palmas, encontramos ceceo y seceo: la oha se tapa para que no le d¨¦ el z¨®... Procesionan el el mihmo tramo.
En Fuensanta de Martos (Ja¨¦n), unas 80 personas hacen la representaci¨®n en vivo de la pasi¨®n (tambi¨¦n en Montilla y en otros muchos lugares): Loh romanoh somoh tr¨¢ (tres). En Almer¨ªa este a?o sacan a la Virgen una cuadrilla de muchachas (tambi¨¦n las vimos prepararse en Villamart¨ªn, C¨¢diz). La periodista interroga peligrosamente: ?Por fe? La interpelada no parece muy segura: Puede s¨¦. Algunah s¨ª, y otrah... a lo mej¨® no.
Otra piensa en su novio, que est¨¢ en la cuadrilla convencional de hombres: Cuando ehtamoh en mi casa loh d¨® juntico, me dice: ?y ehto c¨®mo se hace? ?A qu¨¦ se referir¨¢, tan junticos?
A. R. ALMOD?VAR
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