Calcetines Libre

Un d¨ªa de ¨¦stos por la ma?ana, vistiendo a mi hijo de tres a?os, una observaci¨®n suya me despert¨® cual ca?onazo directo al cerebro. Acababa de ponerle los calcetines, un par de ellos de color verde manzana, y cu¨¢l no ser¨ªa mi sorpresa cuando me hizo la siguiente observaci¨®n: "?Verdad que son Libre?", espet¨® como un apunte de absoluta certeza y evidencia. "S¨ª", le respond¨ª yo, comparando la cadena asociativa que ¨¦l, de forma natural, hab¨ªa confeccionado: verde, una compa?¨ªa de telefon¨ªa m¨®vil y la canci¨®n Libre. Sus calcetines eran, pues, ciertamente Libre.Mir¨¦ de reojo sus piececitos ya entonces perfectamente enfundados en sus calcetines verdes y, bajo tormentas de palabras, mensajes encubiertos, leyendas entre l¨ªneas y canciones elevadas a "himnos publicitarios", le dese¨¦ con todas mis fuerzas un certero y recto caminar en este mundo. Disfrut¨¦ pensando que para m¨ª quedaba el privilegio y el gozo de contarle que el verde es tambi¨¦n el color de la esperanza, el verde esmeralda, "verde que te quiero verde", el verde del poeta y el verde del mar.- .