"Parece que s¨ª que tengo carta blanca"
Pregunta. ?Hay que darle la enhorabuena o el p¨¦same?Respuesta. La enhorabuena hay que d¨¢rmela el d¨ªa que lo deje. Espero celebrarlo por la tranquilidad que volver¨¦ a recobrar. Y si ha sido fruct¨ªfero mi paso por la gestora, con mayor motivo.
P. ?Se trata de un retorno o s¨®lo de un servicio especial?
R. De un servicio especial. Y en momentos especiales, porque estoy convencido, y preocupado, de que estamos haciendo un simulacro de vuelta al pasado. Va a quedar p¨¢lida la ¨¦poca de las mayor¨ªas absolutas del PSOE comparada con las mayor¨ªas absolutas del PP. Hay comportamientos de vuelta al pasado, y es s¨®lo el comienzo.
P. ?Esto es lo que le ha impulsado a aceptar la presidencia de la gestora?
R. En efecto. Porque el deterioro del PSPV-PSOE como primer partido de la oposici¨®n ha llegado a tales extremos que quien manda est¨¢ sin oposici¨®n. La consecuencia es que volvemos al absolutismo.
P. ?A instancias de qui¨¦n le llega el nombramiento?
R. La verdad es que no podr¨ªa identificarlo. Se lo atribuyen varios y desde diversos sectores. Y yo, encantado de que sea as¨ª.
P. Coinciden todos en que usted es el hombre.
R. Lo que no acabo de entender es que no vean que, dada esa coincidencia, su responsabilidad est¨¢ en ayudarme. No tendr¨ªa sentido nombrar entre todos a una persona para a continuaci¨®n empezar a ensayar el pimpampum contra ella.
P. La composici¨®n de la nueva gestora no ha evitado susceptibilidades. Algunos miembros dudaban si integrarse o no.
R. Se han planteado los resultados bajo el prisma de un modelo de convivencia dentro del partido ya agotado, como es qui¨¦n tiene la mayor¨ªa en esos bloques que han estado enfrent¨¢ndose todos estos meses. Si se persiste -y hay quien persiste- en volver a vivir ese pasado bajo los mismos modelos se est¨¢ equivocando. No he venido a presidir esta gestora bajo los mismos moldes de las anteriores. Tengo noticias de que quienes esperaban guerra desde el primer momento est¨¢n reconsiderando su postura y les parece m¨¢s oportuno la paz. Vamos a evitar que se voten todas las cuestiones que no tienen por qu¨¦ someterse a votaci¨®n, sino simplemente a di¨¢logo. Estoy convencido de que ¨²ltimamente ha faltado mucho el di¨¢logo, han sobrado muchas votaciones y mucho ordeno y mando. Eso es lo que quiero deshacer como m¨¦todo de trabajo. Quiero mucho di¨¢logo, mucha reflexi¨®n, que sepamos asumir nuestra cuota de responsabilidad y el d¨ªa que haya que votar, se votar¨¢. Y en este per¨ªodo, que ojal¨¢ sea corto, vamos a tratar de salir del atasco.
P. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ si no se integran?
R. No s¨¦ si ser¨¢ un deseo que se me forma como realidad, pero conf¨ªo en la sensatez de los compa?eros. Si me equivoco, lo lamentar¨ªa, la gestora se reunir¨ªa igual y yo me dedicar¨ªa al doble trabajo de los asuntos de la gestora y a convencer a los disidentes para que vuelvan. No me dar¨ªa por vencido. Soy un poco pegajoso en eso y persistente.
P. ?Para cu¨¢ndo el congreso?
R. Eso s¨ª que es una inc¨®gnita absoluta para m¨ª. Es un tema que ir¨¢ saliendo a medida que se vayan solucionando los problemas, porque la salida a la situaci¨®n tiene que darla un congreso que asegure la estabilidad, que alumbre una nueva ejecutiva con un respaldo considerable. Yo dir¨ªa que un respaldo m¨ªnimo del 65% ser¨ªa un resultado fiable desde el punto de vista de la estabilidad. A eso es a lo que aspiro, a alumbrar ese congreso mediante unos criterios para la designaci¨®n de delegados, para lo que habr¨¢ que ver los problemas del censo militantes.
P. ?Habr¨¢ que depurarlo?
R. Habr¨¢ que adecuar la realidad a la documentaci¨®n que existe de esa realidad. Si no coincide, lo siento pero habr¨¢ que adecuarla. Mantener un germen de mentira o de irrealidad sobre un dato tan importante como es saber cu¨¢ntos somos, me parece que no conduce a nada serio. ?Es posible hacerlo en tres meses o cuatro? Vamos a intentarlo. Y a continuaci¨®n, hay que saber los contenidos de las ponencias, que es lo fundamental. En la clandestinidad, lo accesorio era la renovaci¨®n de cargos, y lo que importaba era qu¨¦ iba a defender el partido en unas elecciones. Y ah¨ª es donde vamos.
P. ?Tiene carta blanca?
R. Parece que s¨ª. Por deducci¨®n. Nadie me ha llamado para imponerme ning¨²n criterio y ya he empezado a actuar como si la tuviera. La v¨ªa de los hechos consumados consolida muchas situaciones que salen de la idefinici¨®n.
P. Antonio Moreno ha puesto el cargo de portavoz a disposici¨®n de la nueva gestora.
R. Es un gesto habitual y como tal lo interpreto.
P. Ha dicho que se pensar¨¢ "muy mucho" permanecer en el cargo.
R. No es un cargo f¨¢cil ni c¨®modo, pero no creo que haya llegado el momento de plantearse, siquiera con perspectivas de proximidad, esas palabras de Moreno.
P. ?Est¨¢ en condiciones de hacer un diagn¨®stico de la situaci¨®n que atraviesa la federaci¨®n socialista valenciana?
R. No soy m¨¦dico, pero est¨¢ bastante inclinado hacia el encefalograma plano. Atraviesa uno de sus peores momentos: no hay m¨¢s que hablar con la gente de la calle, con los votantes. Y lo m¨¢s preocupante es que esa desmoralizaci¨®n va a m¨¢s. Ha llegado el momento de dar el golpe de tim¨®n.
P. ?En el fondo se trata de un problema de personas o de distintos modelos de partido?
R. Las personas siempre hacemos que fracase o triunfe una empresa: somos determinantes. Si sabemos convivir o no, el fallo es personal. Ahora: ?se puede mejorar mediante cambios de modelo? Pues tambi¨¦n ayuda, pero desde la comprensi¨®n y la admisi¨®n de criterios que impone la democracia.
P. La falta de cultura de integraci¨®n en el PSPV, ?d¨®nde se origina?
R. Ha sido la consecuencia de sustituir la reflexi¨®n pol¨ªtica en el seno de las agrupaciones por el oropel de los cargos p¨²blicos. Nos hemos ido desideologizando. Se ha acusado con la p¨¦rdida de las elecciones, porque antes no se notaba tanto. Entonces es cuando aparecen los profesionales de la pol¨ªtica y se resisten a perder los puestos de los cuales depende su subsistencia y su futuro. Y est¨¢n en todos los niveles, no hay por qu¨¦ mirar s¨®lo al que est¨¢ arriba.
P. ?C¨®mo lo ha hecho para estar todos estos a?os en el PSPV-PSOE sin estar adscrito a una corriente?
R. Porque visceralmente siempre me he opuesto. Mi contradicci¨®n es que soy bastante independiente y acepto la disciplina del partido, con el sacrificio correspondiente de la propia libertad y personalidad. Creo que todas las personas valemos lo que aportamos en un momento determinado. Lo importante es saber a qui¨¦n tenemos a la otra parte de la trinchera.
P. ?El partido tiene que cambiar?
R. A fondo. Los viejos aparatos se tienen que oxidar porque no se pueden mantener. Los ciudadanos votan a los partidos si en un momento determinado les convence su programa, pero no se condicionan para lo sucesivo. Eso comporta ideas claras para poderlas transmitir y exige debate interno, estudio y reflexi¨®n. Mientras no se funcione as¨ª no saldremos del atasco.
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