Todo es blanco y negro
El fot¨®grafo Manuel Cruzado presenta su ¨²ltimo libro, 'Revivir en Cuba', tras m¨¢s de dos a?os de trabajo
T¨²nica morada, sombrero, bast¨®n y un rosario al cuello. Unos jeans de color rojo muy gastado y un su¨¦ter con peque?os agujeros, dado su excesivo uso. La casualidad ha querido que dos trabajos bien distintos del fot¨®grafo Manuel Cruzado se hayan unido en el tiempo, pese a que entre ellos existan 25 a?os de diferencia.Por una parte, en el centro cultural provincial Las Aulas se inauguraba ayer la muestra fotogr¨¢fica de Els Pelegrins de Les Useres, realizada por Cruzado en 1975. Media hora m¨¢s tarde, este castellonense presentaba su nuevo libro, el tercero, titulado Revivir en Cuba, que, adem¨¢s, recoge cinco breves relatos del mismo autor.
Las ¨²nicas coincidencias entre todas las instant¨¢neas expuestas es que son en blanco y negro y que Manuel Cruzado invirti¨® el mismo m¨¦todo para realizarla: el vivir, tanto con unos como con otros, cada uno de los momentos que iba a plasmar sobre el papel.
Manuel Cruzado se siente algo culpable de haber realizado aquellas fotos del els pelegrins, puesto que, a partir de entonces, un ritual que no contaba con seguidores, ni turistas, ni visitantes, se ha convertido en visita anual obligada. Con las im¨¢genes que desde ayer cuelgan en el centro cultural de Las Aulas comenz¨® a darse a la peregrinaci¨®n una magnitud que ha desbordado hasta a los mismos peregrinos, que ataviados con las mismas ancestrales t¨²nicas, ven c¨®mo el silencio se rompe, las interrupciones se han vuelto habituales y el caracter penitente de la marcha se ha distorsionado. Ni siquiera el blanco y negro que incrementaban el tono dram¨¢tico de aquel recorrido desde Les Useres hasta los pies del Penyagolosa, que data del siglo XV, se respeta. Este a?o, tal como se?ala Cruzado, una vez m¨¢s, el ¨²ltimo viernes de abril, aparecer¨¢n, acompa?ando a los peregrinos, anoraks verdes, amarillos y rojos.
El rojo, pero en este caso el desgastado, tambi¨¦n es un color que Manuel Cruzado ha visto en Cuba. Pero no en la Cuba de La Habana y Varadero, sino en la ra¨ªz de un pa¨ªs que se descubre en los ojos de cada uno de sus habitantes. Cruzado, despu¨¦s de ganar varios premios nacionales, tuvo que ir, por primera vez, a Cuba como terapia. Despu¨¦s, ha vuelto en otras ocho ocasiones, durante dos a?os y medio, siempre para hacer fotograf¨ªas, pero no de una forma obligada y nerviosa, sino a la par que viv¨ªa el contacto diario con los cubanos, en sus casas, un d¨ªa compartiendo habitaci¨®n con el hijo y otro, con los abuelos. Despu¨¦s de recorrer cientos de kil¨®metros en un coche alquilado para un destino incierto, nada m¨¢s bajar del avi¨®n.
En Cuba, seg¨²n dice, ha encontrado la Espa?a de los 60 y ambientes y personajes semejantes a los que hall¨® durante sus viajes en un dos caballos. "El mismo labriego abierto con el que compart¨ªa queso en El Maestrat, lo he encontrado en Cuba para beber ron", dice.
Revivir en Cuba es el cuarto libro de Manuel Cruzado. A ¨¦l le precedieron el de Els Pelegrins de les Useres, el de los Fasc¨ªculos de Jesucristo y el de los Curros, que muestra los caballos salvajes de Sancedo, cuyas im¨¢genes est¨¢n acompa?adas por un texto de ?lvado Cunqueiro.
En esta ocasi¨®n, ha sido el propio Manuel Cruzado el que ha creado el relato de sus instant¨¢neas. "Dicen que una imagen vale m¨¢s que mil palabras, pero si lleva palabras, mejor", afirma el fot¨®grafo convertido de este modo en escritor. As¨ª, elabor¨® cinco relatos que, en un principio, estaban destinados a ser editados individualmente y que, al final, han acabado en un mismo tomo, dedicado a "los que que ofrecieron amistad sostenida, los que s¨®lo me dieron amor interesado y a los que tanto me dieron a cambio de nada", tal como reza en el mismo.
Las fotograf¨ªas de Revivir en Cuba ense?an y desnudan las imagen cotidiana del pa¨ªs. Y el fragmento de uno de los relatos descubre a su autor: "Cuba es Cuba, el amor es desamor, pero yo soy yo y quiero seguir siendo tal cual soy. Poder a?orar lo que jam¨¢s tuve y quise poseer, poder maldecir a mi entorno, poder tener, por qu¨¦ no, un nudo en la garganta, que ni por ¨¦l, hablar puedo, pues me aprisiona el coraz¨®n. Necesito a este pa¨ªs...".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.