El Bar?a se 'funde' ante el Maccabi
El equipo israel¨ª jugar¨¢ la final con el Panathinaikos, que elimin¨® al Efes Pilsen
El Bar?a escribi¨® el s¨¦ptimo cap¨ªtulo de la historia de su desamor con la Euroliga. La competici¨®n por la que m¨¢s suspira le transforma en el peor de los sentidos, un a?o s¨ª y otro tambi¨¦n. Resulta dif¨ªcil ser tan negativamente original pero el Bar?a a?ade cada vez un nuevo cromo a su colecci¨®n de los horrores. La derrota de ayer le sobrevino por la par¨¢lisis que le llev¨® a convertirse poco menos que en un mu?eco de feria en manos de un Maccabi que se lo pas¨® en grande d¨¢ndole por todos lados.No hubo apenas matices. La hemorragia que sufri¨® el Bar?a fue tal que no averigu¨® d¨®nde se localizaban sus heridas hasta que se encontr¨® despanzurrado y con la ingrata tarea de salvaguardar su honor. Apenas cinco minutos y empez¨® a doblar la rodilla en todas las facetas: se declar¨® impotente para hacer mella con la presi¨®n defensiva a la que suele remitirse, primero por todo el campo y luego ni tan siquiera en su propia zona, perdi¨® por completo la perspectiva en ataque, primero porque el Maccabi le impidi¨® correr y despu¨¦s porque no dio pie con bola con el juego en est¨¢tico. Se li¨® una y otra vez y la desesperaci¨®n e incomodidad en la que engatill¨® se vio perfectamente reflejada en la estad¨ªstica: 6 canastas en sus 25 lanzamientos. Una miseria que reflej¨® el desenfoque con el que mir¨® el partido.
Su quinteto inicial naufrag¨® porque ni acert¨® a sujetar a Huffman, el jugador que por otra parte ya se sab¨ªa de antemano iba a ser el mejor salvoconducto ofensivo del Maccabi, ni a manejar el ritmo de partido atascado ya de inicio por la estrategia de desgaste sobre Goldwire que aplicaron los israel¨ªes, que dedicaron a esa labor a Sharp, un jugador que suele entrar poco en su quinteto inicial pero que es su mejor arma defensiva. Y a partir de ese par de detalles el Bar?a se desvaneci¨® como un castillo de naipes. McDonald, el base americano del Maccabi, llev¨® las riendas con maestr¨ªa y a base de darle velocidad al juego consigui¨® que Due?as se las viera y se las deseara para perseguir el trajinar de Huffman por toda la pista. El ex p¨ªvot del Fuenlabrada, casi tan alto pero mucho m¨¢s r¨¢pido que Due?as, abus¨® bajo el aro azulgrana. Y el Maccabi acab¨® de coger la directa gracias a sus buenas circulaciones de bal¨®n y a que Brisker las aprovech¨® para endosar dos triples que abrieron una brecha tremenda en el marcador que reflej¨® 21 puntos de diferencia (17-38) cerca del descanso. Hab¨ªan bastado 15 minutos para alejar, una vez m¨¢s, al Bar?a de la carrera por el t¨ªtulo.
Los cambios que efectu¨® A¨ªto no lograron resituar a su equipo en el campo. La situaci¨®n se hizo insostenible. Nacho Rodr¨ªguez no logr¨® frenar a McDonald, ni De la Fuente ni Navarro ni Gurovic lograron apenas anotar -seis puntos entre los tres en el primer tiempo- ni Elson ni Rentzias llevaron mejores noticias a sus compa?eros bajo los aros, donde Alston hab¨ªa naufragado por completo con seis lanzamientos errados y un solo rebote en 16 minutos de juego. El t¨¦cnico del Bar?a no encontr¨® forma de remediar ni sus propios errores a la hora de trazar el partido en la pizarra, ni tal c¨²mulo de desprop¨®sitos encadenados.
Cierto es que por dos veces en la segunda parte se situ¨® el Bar?a a ocho puntos (33-41 y 47-55) pero en estos casos es sabido que el herc¨²leo esfuerzo defensivo y el derroche f¨ªsico que acarrea el remonte suele pagarse. El equipo que domina lo tiene relativamente f¨¢cil. Con muy poca cosa le basta, apenas administrando m¨ªnimamente, estudiando con la comodidad del bot¨ªn obtenido por d¨®nde deja huecos su rival, algo inevitable si quiere acometer tan descomunal prop¨®sito. Y el Maccabi no se dej¨® sorprender, entre otras cosas porque el Bar?a tuvo que relevar a causa de sus dolores de lumbago a Alston, justamente despu¨¦s de que hubiera logrado sus primeras canastas y de que hubiera dejado a cero a Huffman, con el que se emparej¨® durante los cinco primeros minutos de la segunda parte. El Bar?a estuvo dos veces a punto de resituarse en el partido pero no resisti¨® el tremendo desgaste f¨ªsico que tuvo que desplegar para ello y acab¨® saliendo de la Final a Cuatro, una vez m¨¢s, y van siete, por la puerta falsa.
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