Los futbolistas como h¨¦roes
Por encima de cualquier consideraci¨®n, la grandeza de la victoria del Barcelona ante el Chelsea estuvo en el protagonismo de los futbolistas. La manera en que los jugadores se implicaron en el remonte fue tan natural y leal que la hinchada se sinti¨® correspondida, de manera que el Camp Nou estall¨® de gozo ante la coincidiencia de intereses despu¨¦s de un curso en que los mon¨®logos han querido imponerse a los di¨¢logos. Frente a quienes adivinaban una actitud maquiav¨¦lica del plantel contra el entrenador y ante los aficionados que pudieran avalar un resultado catastrofista que comprometiera al presidente, se impuso el sentido de la responsabilidad, del deber y de club. Jug¨® el Bar?a con tanta racionalidad y respeto al sentir de cada uno que la corresponsabilidad entre la grada y la cancha fue completa. Fue un partido a pelo, sin intermediarios.El entrenador nada tuvo que decir ante un consenso que propici¨® desde el momento en que cant¨® la alineaci¨®n. Por una vez, pint¨® un equipo a gusto de los jugadores y, sobre todo, acorde con su cultura futbol¨ªstica, la misma que propici¨® su contraci¨®n en detrimento de Robson y como prolongaci¨®n futbol¨ªstica de Cruyff. M¨¢s que por lo que es, un tipo muchas veces despreciable, Van Gaal tiene importancia por lo que representa. El Bar?a est¨¢ parido para jugar de una manera, y el entrenador debe facilitarla m¨¢s que abortarla como ha ocurrido con cierta reiteraci¨®n.
El intervencionismo del t¨¦cnico ha sido muchas veces m¨¢s nocivo que favorable, hasta el punto de que en tres a?os de mandato, Van Gaal no ha hecho todav¨ªa un equipo sino que ha ido introduciendo remiendos y d¨¢ndole vueltas al asunto de la t¨¢ctica, buscando m¨¢s salidas coyunturales que soluciones. Por lo dem¨¢s, los partidos le superan, pues le cuesta leerlos, aunque el martes estuvo l¨²cido cuando dio entrada a Dani en sustituci¨®n de Zenden, y el ariete result¨® decisivo.
La determinaci¨®n con la que jug¨® Dani fue estremecedora, pese a pasarse una hora en el banquillo, y corrobor¨® la buena disposici¨®n del equipo para superar la adversidad. Los gestos de los futbolistas tuvieron m¨¢s trascendencia que los del entrenador, quien, en cualquier caso, supo delegar en el equipo, dispuesto a defender el juego de ataque, a partir de una defensa de tres, una l¨ªnea de cuatro medios y de dos extremos fijos que alargaran y ensancharan el campo.
Rivaldo no tiene sentido en este orden si no act¨²a de media punta, de cuarto volante, porque no sabe jugar sin la pelota, as¨ª que visto que le proteg¨ªan en la cancha por encima de su contribuci¨®n al partido, asumi¨® la responsabilidad en los momentos cr¨ªticos. Rivaldo fue decisivo por lo que hizo y por lo que dej¨® de hacer en comparaci¨®n con partidos anteriores, en los que comprometi¨® el juego posicional.
El m¨¦rito de los futbolistas en el partido del martes es que ninguno se olvid¨® de las obligaciones.Puestos a jugar un 3-4-3, con cada uno en su sitio, no hab¨ªa lugar para el escaqueo. La concentraci¨®n y la motivaci¨®n ayudaron al despliegue. Van Gaal deber¨ªa aprovechar el impacto e inercia del choque. No hay nada que d¨¦ mejor resultado que respetar el orden natural de las cosas.
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